Málaga

El Metro de Málaga sopla su primera vela

  • A la espera de los datos oficiales, la propia Junta admite que se han cumplido las previsiones para el ejercicio inicial, con unos 5 millones de pasajeros

Justo cuando el reloj marcaba las 12.35. Ese fue el instante en el que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, dio autorización para el arranque oficial de las operaciones del Metro de Málaga. El primer viaje del primero de los trenes con pasajeros en su interior se hizo realidad. De tan significativo acontecimiento pasa hoy justo un año. El Metro sopla su primera vela... funcionando. Porque son muchos más los días que se cuentan desde que se pusieron las bases de una infraestructura aún por culminar y que inició su andadura, en lo que a obras se refiere, el 7 de junio de 2006.

A falta de conocer en detalle los datos que hoy mismo aportará el consejero de Fomento, Felipe López, en la que es su primera visita a la capital de la Costa del Sol, todo hace indicar que el suburbano ha cumplido con las expectativas. Es decir, que los convoyes habrán transportado del orden de 5 millones de usuarios (poco más de 2 millones en sus primeros cinco meses), lo que supone una media diaria de unos 13.700 pasajeros. Cifra muy lejana al horizonte que se pretende alcanzar a partir de finales de 2017, cuando, si se cumple la hoja de ruta trazada, los trenes deberán alcanzar, bajo tierra, la estación de Atarazanas, en la Alameda Principal, y, en superficie, la parada localizada entre los hospitales Materno Infantil y Civil.

A ello contribuye de manera significativa lo mermado y acotado del trayecto al que hoy da servicio el ferrocarril urbano. La demora en el desarrollo de la obra, cuya primera gestación marcaba febrero de 2009 como fecha de apertura para el recorrido completo hasta La Malagueta, obligó a la Administración regional a parchear y segmentar la puesta en servicio de la infraestructura.

La primera de las piezas se corresponde con el trayecto entre el Martín Carpena y Teatinos, pasando previamente por el intercambiador de El Perchel. El itinerario, en forma de V invertida, no tiene aproximación alguna al Centro, lo que penaliza sensiblemente el uso que se hace del nuevo medio. Ello queda constatado en las propias encuestas manejadas por la concesionaria, Metro Málaga, que incluía como uno de los principales puntos débiles del proyecto la imposibilidad de llegar, primero, al entorno del Corte Inglés y, segundo, a la Alameda Principal. El 52,6% de las personas que fueron consultadas señalaron esta cuestión como punto débil o sugerencia al servicio.

El escenario físico en el que se mueve este trazado convierten el Metro en un medio de movilidad masivamente utilizado por estudiantes universitarios que, residiendo en entornos como Carretera de Cádiz, lo emplean para desplazarse hasta el campus de Teatinos. No obstante, el recorrido de los dos ramales parcialmente en servicio alcanza otros puntos atractores como la Ciudad de la Justicia, los hospitales Carlos Haya y Clínico Universitario, en el caso del ramal 1, y el Martín Carpena, en el caso de la línea 2.

De mantenerse la hoja de ruta trazada por la Junta, no será al menos hasta finales del año cuando los viajeros podrán bajarse a las puertas de El Corte Inglés, en la estación bautizada como Guadalmedina. Ese paso, de apenas unos cientos de metros, debe permitir al Metro alcanzar los 8 millones de pasajeros (datos sensiblemente menores de las manejadas en otros escenarios temporales, en los que se habló de 13 millones). El siguiente y último peldaño a superar, a finales de 2017, con la llegada de los trenes hasta la Alameda y, en superficie, hasta el entorno del Civil, posibilitará, si se cumplen las expectativas, alcanzar los 21 millones de usuarios.

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