Málaga

El Metro en superficie de la Junta no cala

  • El director de Movilidad crea polémica al asegurar que "las personas no son topos y les gusta ir por la superficie"

La Consejería de Fomento y Vivienda trató de ganar ayer aliados ciudadanos en la particular guerra entre Ayuntamiento y Junta de Andalucía sobre la realización del Metro entre Guadalmedina y La Malagueta soterrado o en superficie. Pero la jugada le salió mal, pues recibió más críticas que aplausos. El viceconsejero, José Antonio García, expuso las ventajas de hacer el Metro en superficie en un power point en el que, entre otras cosas, se mostraban proyectos similares en Burdeos, Sevilla, Montpellier o Bilbao. Alegó problemas económicos, falta de tiempo, la necesidad de cumplir el convenio firmado en 2003 -que implica acabar las obras hasta La Malagueta en 2014- para evitar demandas y lamentó que tanto PSOE como PP hayan tardado 10 años en desarrollar dos líneas de Metro, la 1 y la 2, que aún no están en funcionamiento.

El viceconsejero señaló que, si se hace el Metro en superficie, las líneas 1 y 2 llegarían hasta La Malagueta en 2015 e incluso se podría continuar hasta El Palo en 2016, alcanzado los 25 millones de usuarios al año a un precio muy inferior que si se hiciera soterrado. También explicó que a Metro Sevilla le han puesto una demanda de 150 millones de euros porque las obras se terminaron con dos años de retraso -en Málaga podría ser aún superior-, o que Málaga debe tener un sistema de Metro "proporcional" a sus necesidades, rechazando así las propuestas de algunos participantes que reclamaban un suburbano como el de Madrid.

Sus explicaciones no convencieron a la mayoría de los presentes o, al menos, a aquellos que decidieron tomar la palabra en una sede de Turismo Andaluz que estaba repleta. Antonio Fuentes, presidente de la Federación de Vecinos Civilis, señaló que "hay cosas que son una tomadura de pelo" e indicó que un Metro en superficie sería más lento y peligroso para los viandantes. "La gente quiere ir lo más rápidamente posible a los sitios y para eso el Metro tiene que ser soterrado", apuntó Fuentes, quien aseguró que "dinero hay, pero es una cuestión de prioridades".

Antonio Pérez, directivo de la asociación de vecinos Parque del Mar, incidió en el asunto económico. "Las prisas ahora por el Metro son por la demanda que se pueda poner. Los políticos son el problema porque llevan 10 años y no han podido acabar dos líneas", subrayó.

Andrés Jiménez, representante de la asociación de vecinos Torrijos, siguió en la misma línea argumental. "Es un tema de dinero y todo lo demás son excusas de unos y otros. Necesitamos un acuerdo y tiene que haber una salida", dijo. Juan Antonio Rodríguez, miembro de la Academia Malagueña de Ciencias, no consideró oportuno comparar a Málaga con otras ciudades centroeuropeas y defendió que hacer el Metro subterráneo en su totalidad "sería un hito importante". Un abogado señaló que el tranvía en superficie "es más lento y quita espacio para la peatonalización, por lo que sería un atraso y se pueden generar accidentes". El tema de la seguridad de los ciudadanos con un Metro en superficie fue uno de los que más salieron a la palestra en la tarde de ayer. El ingeniero Carlos Corral, redactor del informe encargado por la Consejería de Fomento para defender un suburbano en superficie, destacó que "el tranvía es visible y si se integra bien no tiene por qué haber problemas de seguridad". Incluso afirmó que "el tranvía es más seguro que el autobús".

El debate se prolongó y la Consejería no logró conseguir los adeptos que esperaba. Tampoco ayudaron las palabras vertidas por el director general de Movilidad, José Luis Ordóñez, por la mañana en las que aseguraba que "las personas no son topos y les gusta ir por la superficie", aludiendo a la ventaja que supondría que el metro no fuera bajo tierra. El PP criticó duramente esa declaración unas horas después.

La polémica está servida. La Consejería de Fomento y Vivienda defiende el Metro en superficie hasta La Malagueta e incluso El Palo. El Ayuntamiento dice que o se hace soterrado o no se hace. Entre los ciudadanos hay opiniones para todos los gustos, pero ayer la propuesta del tranvía en superficie no pareció ser muy convincente.

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