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Objetivo: un hotel en Málaga

  • Los inversores quieren entrar en la capital a toda costa por su alta ocupación media anual, el fuerte crecimiento de viajeros, la escasez de oferta y su rentabilidad

Todos los inversores hoteleros tienen a Málaga capital en sus pensamientos porque es negocio. Hay mucha demanda, poca oferta, la segunda mayor ocupación de España y una rentabilidad alta. Todo lo que cualquier inversor quiere escuchar y ver en los planes de negocio antes de aventurar millones de euros.

La ciudad recibe cada año más turistas y, aunque ha aumentado de forma considerable el número de plazas en el último lustro, la demanda está tirando con tal fuerza que la ocupación media anual por habitaciones de los hoteles el año pasado fue del 76%, la segunda mayor de España. En estos momentos, solo en Barcelona se ocupan más habitaciones en todo el año que en Málaga y la diferencia es de apenas tres o cuatro puntos. Si hay clientes, el precio sube y la rentabilidad también. Es un fenómeno general en todo el país porque está en máximos históricos de turistas, pero es especialmente llamativo en los destinos urbanos porque se garantiza un ingreso continuado prácticamente los doce meses del año, independientemente de las temporadas. El sector mide la rentabilidad por el Rev Par (ingresos por habitación disponible) y el de la capital ha crecido un 12,5% en el último año hasta los 60,98 euros, 13,5 euros más que la media andaluza y 9,6 euros más que la media nacional.

La rentabilidad hotelera en la capital es superior a la media nacional y andaluza

La oferta cultural, gastronómica o de ocio, unido a un gran aumento de conexiones aéreas directas con numerosos puntos de Europa y al rápido enlace con Madrid y otras ciudades vía AVE, ha puesto a la capital en el mapa turístico. "Málaga se ha reinventado y lo dice todo el mundo, está de moda y hay un efecto llamada", asegura Julio Andrade, concejal de Turismo. Podría sonar chovinista, máxime tratándose del segundo máximo responsable político del turismo en la ciudad tras el alcalde, pero los datos, lo avalan. Hay ahora 5.000 plazas turísticas regladas más en la capital que en 2010, lo que representa un crecimiento del 55%, al pasar de 9.140 a las 14.156, según los datos del Observatorio Turístico Ciudad de Málaga. Eso sin contar con las viviendas de uso turístico, que estaban operando en la clandestinidad y que ahora están saliendo a la luz como setas tras el decreto regulador aprobado por la Junta de Andalucía el año pasado.

Los hoteles han ganado casi un millar de plazas en seis años, hasta sumar 8.562, tras la apertura de nuevos establecimientos como el Valeria o, recientemente, el Miramar, el primer cinco estrellas gran lujo de la ciudad, entre otros establecimientos. Las pensiones y hostales han duplicado su capacidad y casi se han triplicado en las casas rurales, aunque su volumen es escaso. No obstante, el salto más espectacular se ha dado en los apartamentos turísticos, que han multiplicado por 24 sus plazas en apenas siete años, pasando de 122 en 2010 a 2.956 en 2016. Eso se debe, en buena parte, a que muchos turistas están prefiriendo este tipo de estancias porque les da una mayor versatilidad a la hora de pasar varios días en la ciudad, sobre todo, si vienen con familiares.

Los hoteles de la capital acogieron el año pasado a 1,1 millones de turistas que realizaron 2,3 millones de pernoctaciones, lo que representa crecimientos del 23 y del 22% respectivamente sobre hace tres años, siendo la tendencia siempre ascendente. Y eso llama al dinero. Según el informe Radiografía del Mercado de Inversión Hotelera en España en 2016, elaborado por la consultora especializada Irea, los inversores desembolsaron el año pasado 184 millones de euros en proyectos hoteleros en la provincia de Málaga y buena parte de ellos estaban ubicados en la capital. El fondo francés Fonciére des Murs compró en diciembre un paquete de hoteles a Merlin Properties en el que se incluía el Tryp Alameda; el grupo alemán Activum ha adquirido el Palacio del Marqués de la Sonora, en calle Granada, para levantar un complejo hotelero y otra firma ha adquirido el número 10 de la calle Larios con la misma finalidad. En febrero, además, saltó la noticia de que el fondo de inversión Hispania, perteneciente al Grupo Azora, había comprado el NH Málaga por 41 millones de euros, dos años después de haber comprado el Vincci Málaga por 10,4 millones. El NH es uno de los hoteles más conocidos de la capital y uno de los que va a sufrir una mayor remodelación, ya que va a ser ampliado con un nuevo edificio anexo en el que se crearán 112 habitaciones con una inversión de unos 18 millones de euros. Entre los proyectos futuros, el más ambicioso es el hotel del puerto, un cinco estrellas en el dique de levante que aún debe superar numerosos trámites administrativos pero que, según los primeros números, supondría una inversión de 106 millones de euros solo en la construcción.

Pero no todo son grandes fondos con inversiones millonarias. En la capital también se han puesto de moda los hoteles boutique, es decir, establecimientos céntricos, con una alta dosis de diseño y originalidad y un número reducido de habitaciones. Un empresario local llamado Francisco Palomar inauguró, por ejemplo, un establecimiento de estas características en noviembre en la calle Álamos. Se llama Palacete de Álamos, tiene cuatro estrellas y 17 habitaciones. "El proyecto parte de una ilusión, de hacer algo que fuera como nos gustaría ir a nosotros a hospedarnos a algún sitio", explicó el director del establecimiento, José María Araujo.

El concejal de Turismo ha repetido hasta la saciedad que faltan plazas hoteleras e incluso ha señalado que la capital ha perdido eventos por falta de capacidad o que los participantes de varios de los que se han organizado se han tenido que alojar en otros municipios porque los de la ciudad estaban completos. Los inversores, con los números en la mano, recogen el guante, pero no siempre es fácil. Las cadenas, normalmente, prefieren tomar edificios ya operativos, pues iniciar proyectos desde cero supone una amplia inversión de tiempo y dinero en trámites urbanísticos y en la construcción del recinto. Solo hay que ver el eterno problema del hotel de Moneo, un proyecto que lleva años paralizado, en parte, por los problemas financieros de la promotora.

Los inversores están peinando la ciudad buscando buenos proyectos. El propio fundador y presidente de AC Marriot, Antonio Catalán, adelantó en este diario hace unos meses que buscaban emplazamientos para otro hotel en la ciudad. Los inversores huelen el dinero a la legua y en Málaga parecen verlo claro en el sector turístico porque, al margen de la ocupación y el Rev Par, hay un elemento clave: el 84% de los turistas asegura que volverá seguro a Málaga y el 98% se lo recomiendan a cualquier amigo o familiar. Ingresos actuales y futuros, un sueño para cualquiera.

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