Aunque en el centro histórico los efectos del tornado fueron menores, los árboles caídos en cualquier vía daban cuenta de la fuerza que alcanzó el viento. El Ayuntamiento anunció que se retiraron de la vía más de 120 troncos. Desde las 6:30 hasta mediodía Rafael Cuevas y otros cinco trabajadores de Limasa ya habían llenado dos camiones con ramas, chapas, baldosas y cristales. "Por lo menos la lluvia nos ha dado una tregua y podemos trabajar tranquilos", comentó.

En la Plaza de la Solidaridad, Francisco Vallejo, operario de Sando, retiraba los restos que podían causar peligro para intentar restaurar la normalidad lo antes posible. Ayer, todos sus compañeros estaban inmersos en trabajos de urgencia. En el aparcamiento Andalucía el viento arrancó cinco chapas del tejado, cada una de unos 60 ó 70 kilos y ocho metros de largo.