universidad | la uma ofrece 61 títulos oficiales y pondrá en marcha tres nuevos el próximo curso

Ponga un máster en su vida

  • En los seis últimos años crece un 43% el número de matriculados en los másteres oficiales de la UMA

Aunque sea de esta forma, el caso del máster de Cristina Cifuentes ha hecho que en los últimos días se hable más de estas enseñanzas que nunca. En un mercado laboral inestable y cambiante, los jóvenes intentan disponer de las máximas herramientas posibles para aterrizar en él con buen pie y esto se nota en las universidades. Al menos en la de Málaga. Desde el curso 2012-2013 hasta este año el número de matriculados en másteres oficiales ha crecido un 43%. Actualmente hay inscritos 2.532 estudiantes en los 61 títulos que imparte la UMA. La inserción laboral de los alumnos está en torno a un 70% y de ahí que muchos elijan la vía del conocimiento y la especialización para continuar una vez terminado su grado. Otros son másteres habilitantes, es decir, obligatorios para acceder a ciertas profesiones como la abogacía, la docencia en Secundaria o la psicología clínica. La gran mayoría de estos estudios son presenciales, el 80% tiene estipulada la asistencia obligatoria y ésta se controla de forma estricta. Esto ya se hacía mucho antes de que Cifuentes apareciera con su título debajo del brazo.

Del total de matriculado en los títulos oficiales de la UMA, un 58% son mujeres. Alba Aguilera estudia el Máster en Mediación que se imparte en la Facultad de Derecho. Tiene 24 años y ya cursó Educación Social. Mientras trabaja como educadora en un centro de menores, aunque con un contrato de sustitución, hace importantes esfuerzos para compaginarlo con las clases. "En el terreno laboral, en mi ámbito, tener un máster es bastante aconsejable, aunque esto no sólo implique esfuerzo sino también una cuantía considerable", estima Alba Aguilera. Y subraya que supone "tener más seguridad y una formación más completa". Aunque en su caso, apunta, "nos hemos llevado un chasco con el título, la mediación parece que está en auge pero el máster está más enfocado para abogados, está basado en el terreno legal". La estudiantes lleva dos años "estudiando y trabajando al mismo tiempo y es muy complicado hacer las dos cosas a la vez", dice. Más aún cuando las clases son lunes, miércoles y viernes de 16:00 a 21:00 y la asistencia obligatoria. Ahora está con su trabajo fin de máster pero cuando cursaba la teoría "no podía faltar y tenía que estar hablando con los profesores y entregando trabajos si llegaba tarde", comenta Aguilera. Por eso afirma que "duele que alguien como Cristina Cifuentes se saque un máster de la manga, que mienta o que tire de influencias cuando a nosotros nos cuesta mucho esfuerzo, tiempo y dinero".

Irene Jurado Fernández es alumna del Máster de Abogacía, uno de los cinco habilitantes que imparte la UMA. Desde hace cuatro años es obligatorio cursar estos estudios y realizar el examen de acceso, con sus respectivas tasas, para poder ejercer como abogado tras colegiarse. Su duración es de año y medio, cuenta con 60 créditos de teoría y 30 de práctica externas y su precio ronda los 1.200 euros. "Se ha conseguido que sea a precio de grado", explica Irene Jurado. "Las clases son presenciales y obligatorias, pasan lista tanto al inicio como al final y no puedes ni llegar 15 minutos después ni salir 15 antes, con la asistencia son muy estrictos", señala la estudiante, que también está comprobando un alto nivel en los contenidos teóricos. "Pensé que iba a ser un repaso de lo que ya habíamos dado en el grado, pero no es así, nos estamos enfrentando a unos estudios duros, con exámenes cada dos o tres semanas, nos estamos hinchando de estudiar, estamos todo el tiempo en época de exámenes", subraya. Por eso, sus compañeros que intentan compaginar los estudios con prácticas en algún despacho lo hacen a duras penas.

Otro problema son las plazas. Aunque la Universidad de Málaga es la que más ofrece de Andalucía son un total de 160 por lo que "hay alumnos del grado que se quedan fuera". Para ellos, la salida es difícil ya que el acceso se realiza en función de la nota del expediente y saben que esperar un año más no les aportará mayores oportunidades. Por eso suelen intentarlo en otra universidad con diferentes criterios de admisión. "Me lo estoy trabajando, me esfuerzo mucho para que ahora lleguen distintos personajes públicos con un máster que no les ha costado nada, no es de recibo", critica Irene Jurado. "Además se da una imagen muy mala, ya parece que esto se lo saca cualquier y para nada es así", añade.

La Universidad de Málaga también tiene másteres propios como el de Domótica, Gestión de la Energía y Gestión Técnica de Edificios. Aida Villarías es graduada en Arquitectura y es alumna de este título que terminará en septiembre con el proyecto. Por el momento y mientras el sector de la construcción se reactiva de nuevo, trabaja en una empresa de márketing. Pero lo suyo, y lo tiene claro, es la arquitectura. "Me matriculé en este máster porque la domótica me llamó la atención durante la carrera y se toca poco y, por otra parte, sé que tiene mucha salida, es hacia dónde se dirige el mercado tanto de las ingenierías como de la arquitectura, que es aquí en este punto donde se unen. Yo lo quiero para adaptar y complementar mi formación como arquitecta", explica Aida Villarías.

Los viernes por la tarde y los sábados por la mañana tiene cita obligada en la universidad. Y aunque los horarios son más flexibles para poderlos hacer compatibles con el trabajo no se puede saltar las diez horas de clase que tiene a la semana. "Me está costando trabajo, lleva horas y más viniendo desde Arquitectura, los ingenieros tienen más formación que nosotros en algunos aspectos", comenta la alumna. Además está la cuestión económica, ya que ha invertido en él unos 4.500 euros. Por eso, critica que noticias como la de Cifuentes "pueden hacer que estos estudios se devalúen y la gente no les de el valor que tienen, se pueden poner en tela de juicio".

Quizás ninguna de estas tres alumnas de la Universidad de Málaga termine su etapa formativa con los títulos que ahora cursan. Puede que se vean obligadas a seguir estudiando para ascender en el terreno laboral, actualizarse o, simplemente, por interés personal o investigador. Y la Universidad seguirá estando pendientes de la demanda social. Para el próximo curso estrenará dos másteres oficiales nuevos, los de Psicopedagogía y Consultoría Laboral y uno reconvertido, el de Química Aplicada que ofrecen en colaboración cuatro universidades andaluzas.

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