Medio ambiente Grupos de voluntarios se encargan de su restauración desde noviembre

A Los Prados se le agota el tiempo

  • Es uno de los pocos humedales naturales costeros que se conservan y la lentitud de las administraciones en conservarlo ha obligado a retirar la basura que lo están asfixiando

El tiempo pasa y a la laguna de los Prados, uno de los pocos humedales naturales costeros que se conservan en la provincia de Málaga, se le agotan las posibilidades de salir victoriosa del acorralamiento urbanístico que sufre. Más de una década llevan las administraciones discutiendo acerca de la necesidad de proteger este espacio, pero poco se ha avanzado y la Sociedad Española de Ornitología (SEO) no ha tenido más remedio que coger las riendas para evitar que el abandono la haga desaparecer.

Desde hace algo más de tres meses grupos de voluntarios dedican su tiempo libre a tratar de restaurar el entorno de esta laguna, situada en pleno polígono industrial del Guadalhorce y a escasos metros de las vías del tren de alta velocidad AVE. Su misión consiste en eliminar parte de los tarajes que han invadido el vaso lagunar. África Lupión, miembro del grupo local SEO Málaga, asegura que durante los años de sequía estos árboles han ido avanzando "hasta provocar la disminución de la superficie de aguas libres y de la variedad de las especies que utilizan este humedal".

Cada fin de semana acuden para retirar la basura que se acumula en el interior y en los alrededores de la laguna que se está convirtiendo en una escombrera "sin que las autoridades competentes hagan nada para evitarlo", señaló. La SEO denuncia que los accesos creados en las inmediaciones de la laguna con motivo de las obras del AVE han quedado abiertos "facilitando los vertidos ilegales de escombros hasta alcanzar volúmenes preocupantes". Incluso se han producido varios incendios que han afectado a la vegetación de la zona y han puesto en peligro la fauna que alberga.

También las modificaciones producidas en el régimen hidrológico de la laguna es, junto a la sequía, una de las causas de que ésta no se haya inundado en los últimos años lo que ha hecho que muchas especies hayan optado por no elegirla como zona de cría. La intención la SEO va más allá de su restauración y limpieza. En los próximos meses pretende señalizar adecuadamente el entorno de la laguna para resaltar sus enormes valores ambientales.

Y es que a pesar de la asfixiante presión que sufre por culpa del ladrillo y la actividad industrial, milagrosamente esta laguna aún conserva una importante colonia de reproducción de garzas formada por más de 500 parejas de tres especies distintas y que la convierten en un espacio único en el litoral malagueño.

Su cercanía con el paraje natural de la desembocadura del Guadalhorce hacen además de este humedal un enclave natural donde se han llegado a dar cita hasta 170 especies como la malvasía, el porrón común, el pato cuchara, el martín pescador o el aguilucho lagunero. Algunas de ellas aparecen incluso en los Catálogos Nacional y Andaluz de Especies Amenazadas.

Los lentos, aunque esperanzadores, pasos que las distintas administraciones dieron el año pasado parecen haberse frenado en seco. Tras ser incluida por la Junta de Andalucía en el Inventario Andaluz de Humedales y obtener el compromiso del ayuntamiento de Málaga para recalificar estos terrenos que ahora aparecen como industrial como sistema general en el nuevo planeamiento urbanístico de la ciudad, de momento se han quedado en meras buenas intenciones que este colectivo ecologista espera que puedan convertirse en realidad para evitar su completa desaparición.

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