Foro Joly

Rafael Moneo aboga por solucionar el "vacío" del río Guadalmedina

  • Habla de que Málaga vive "acostumbrada" a esta mala escena urbana y piensa en un "túnel verde" como posible cierre a la cicatriz · Explica los detalles del hotel que diseña en Hoyo de Esparteros, en la margen del cauce.

Los 300 asistentes que ayer acudieron a una nueva edición del Foro Joly Andalucía tuvieron el privilegio de asistir a una auténtica clase magistral de una de las principales referencias arquitectónicas del último siglo, Rafael Moneo. La intervención del urbanista tudelano, reciente Premio Príncipe de Asturias de las Artes y, antes, galardonado con el Pritzker (equivalente al Nobel de arquitectura), permitió vivir en primera persona el proceso creativo que ha seguido para dar forma al hotel que levantará en Hoyo de Esparteros, junto a una de las márgenes del río Guadalmedina, y que le ha llevado a indagar en los últimos cuatro siglos de la ciudad.

Pero sus reflexiones no se limitaron al que será su primer proyecto en la capital de la Costa del Sol, sino que atendieron igualmente a los interrogantes que desde hace décadas se generan en torno al río Guadalmedina y su integración en la urbe. "Lo que hay ahora está muy mal", dijo de forma taxativa.

Lejos de esquivar la interpelación que se hizo desde el público sobre el asunto, Moneo abundó en la cuestión, al entender que el cauce "se ha convertido en un vacío de la ciudad". "Ese vacío tal y como está no tiene sentido", opinó, e incluso se atrevió a dibujar mentalmente una actuación que permitiese plasmar sobre la que para algunos es la principal cicatriz que se mantiene abierta en Málaga lo que hoy es la Alameda Principal. "Es una especie de túnel verde maravilloso; uno se puede imaginar el río convertido en algo parecido", afirmó.

Una reflexión que coincide en el tiempo con el momento en que en la Fundación Ciedes, se cuentan los días para fallar el concurso de ideas convocado para decidir la actuación sobre el Guadalmedina. El autor de proyectos como el Kursaal de San Sebastián o el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, que citó como dos de sus obras "más osadas", descartó opciones tendentes a convertirlo en un río con agua permanente. "Los ríos domesticados no son demasiado hermosos tampoco; no lo veo con una lámina de agua constante", explicó.

Moneo defendió que de "hacer una obra muy importante" actuaría directamente sobre las calzadas laterales del cauce, ampliando el espacio destinado al paso del tráfico. "A veces, cuando uno está acostumbrado a vivir en una determinada escena urbana la encuentra natural, pero Málaga no ha explotado, no ha convertido en una estructura ciudadana un cauce que antes jugaba otro papel", insistió, aludiendo incluso al ejemplo de las plantaciones de árboles en el Turia, en Valencia, opción que "no es maravillosa, pero no está mal".

Mucho tiene que ver el Guadalmedina, por su cercanía, con la labor que Moneo realiza desde hace aproximadamente cuatro años sobre Hoyo de Esparteros, donde Promociones Braser impulsa un establecimiento hotelero de cuatro o cinco estrellas, así como sendos edificios de oficinas. Una intervención que remozará lo que hoy es un triángulo de la periferia del centro histórico marcado por el abandono. Sobre el mismo, el arquitecto dibuja una edificación de diez alturas (ocho plantas, más planta baja y ático), volumen no exento de polémica y que obligó a modificar el plan urbanístico del casco antiguo.

Un efecto que visualizó el también arquitecto José Seguí, encargado de presentarlo en el acto de ayer, celebrado en el hotel NH. A su juicio, la propuesta ideada por su antiguo maestro "se convertirá en una referencia arquitectónica y paisajística del nuevo perfil urbano de Málaga", cuya importancia es aún mayor por tratarse "de esa difícil transición del lienzo de la fachada del centro al otro lado del Guadalmedina".

Sobre el hotel, su autor destacó la trascendencia que tiene para esta pastilla de suelo la construcción en 1995 del Puente de la Esperanza. "Cambia la lectura y el entendimiento de este solar", dijo. "El área descubre que cuanto se haga debe hacerse pensando en la condición de espina dorsal que tiene el puente; lo que guía nuestro pensamiento es entender que lo que se construyese ahí debía ser cabecera del puente".

Aunque en su discurso, un edificio no es sólo un edificio. "Implica toda una serie de impactos, de flecos que se hacen sentir; la nueva construcción ayudará a mejorar las condiciones de ese espacio urbano, a filtrar y permeabilizar el Hoyo de Esparteros con el río y a mejorar las condiciones del puente", explicó a los asistentes. Porque, en su cabeza, esta suma de parcelas debería transformarse en un lugar "en el que pasan cosas que no pasan en otros lugares de la ciudad".

Las dimensiones del hotel, polémicas en algunos foros, fueron relativizadas por Moneo en sus argumentaciones, al entender que incluso permite "neutralizar" el impacto de otra construcción situada más al sur, "más erosionada por el paso del tiempo". Y como gesto de acercamiento a los símbolos urbanísticos asociados a Hoyo de Esparteros, subrayó como "una de las operaciones más atrevidas del proyecto" el haber optado por rehacer "literalmente" el edificio de la pensión La Mundial en la parcela. "Si tiene resonancias sentimentales que los malagueños entienden que se deben mantener, mejor trasladarlo y que no obstaculice el nuevo cambio que la ciudad necesita al enfrentarse al Guadalmedina", expuso. Incluso, abogó porque el futuro nuevo inmueble tenga uso público, que sea "un lugar característico para tomar boquerones victorianos o servir la mejor cerveza de la ciudad".

Toda la presentación del proyecto de Promociones Braser estuvo acompañada de infografías y otras imágenes de Moneo, algunas de las cuales permiten imaginar fielmente lo que será este punto de la urbe en el momento en que el hotel sea una realidad. Desde el punto de vista arquitectónico, desde el lateral más próximo a Atarazanas, el autor habló de "retranqueos" con el fin de "perder tamaño", si bien uno de los elementos más llamativos de la propuesta tiene que ver con las habitaciones y el empleo de azulejos en las terrazas de las mismas, detalle que dota de color el exterior del inmueble.

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