Daños en la zona este

"Salimos solos del foso. Nadie vino a rescatarnos"

  • Un vehículo con dos ocupantes, que resultaron ilesos, se precipita por un socavón en la calle Los Flamencos del Cerrado de Calderón

Alejandro Zaragoza (izquierda) y Carlos Moya en el fondo del foso, ayer tarde, junto al automóvil en el que circulaban.

Alejandro Zaragoza (izquierda) y Carlos Moya en el fondo del foso, ayer tarde, junto al automóvil en el que circulaban. / MARILÚ bÁEZ

Disfrazados de príncipes, después de haber participado en los carnavales, Alejandro Zaragoza y Carlos Moya enfilaban el último tramo de la calle Los Flamencos, en El Cerrado de Calderón, de regreso a su casa. "Eran entre las 4:00 y las 5:00 de la madrugada. Llovía muchísimo y las farolas estaban apagadas. No se veía nada. Íbamos muy despacio. De repente, el coche cayó y empezó a dar vueltas de campana. Cuando por fin paró, quedó boca arriba".

Alejandro Zaragoza, copiloto del automóvil siniestrado, sospecha que el desprendimiento de tierra que partió en dos la calzada, dejando al menos 30 metros entre lado y lado, debió haber ocurrido algunos minutos antes de engullir el Opel Corsa en el que circulaban y con el que cayeron hasta el fondo de un precipicio de no menos de 50 metros. "Entraba agua y barro, me quité el cinturón y traté de abrir la puerta, pero no podía y empecé a gritar. El barro me llegaba a las rodillas. Entonces Carlos, que sí pudo salir, tiró desde fuera mientras yo le daba patadas a la puerta desde dentro".

Una vez liberados comprendieron que no podían esperar allí a ser rescatados. "Gritamos a un vecino que había hecho señales con una luz y le pedimos que llamara a la Policía o a los bomberos, pero no venía nadie y el agua, las piedras y el barro no dejaban de llegar hasta el foso. No teníamos otra solución más que salir por nuestros propios medios".

Alejandro Zaragoza, sin zapatos porque los había perdido dentro del coche, y Carlos Moya emprendieron la subida en medio del temporal y sin luz como pudieron. Treparon por el barranco, entre el barrizal, hasta llegar a la calzada. Justo entonces, allí, mientras Carlos trataba de recuperarse del impacto, vieron aproximarse las luces de un coche patrulla de la Policía Nacional que se dirigía directo hacia el precipicio. "Corrí por la ladera del monte, les gritaba y hacía señas hasta que, a apenas a 20 metros del borde, me vieron". "Cuando salieron del coche dijeron que les había salvado la vida", subraya. "Si hubiéramos tardado un minuto más en salir del foso, ellos también habrían caído".

Los agentes habían participado en el dispositivo policial organizado en Los Baños del Carmen y circulaban en dirección a la autovía de regreso a la comisaría cuando casualmente tropezaron con los jóvenes. Fueron estos agentes los que los trasladaron hasta el hospital, donde los auscultaron para comprobar que, salvo las contusiones, habían resultado completamente ilesos.

"Allí nos limpiamos un poco y nos dieron un pijama. Todavía íbamos con el disfraz, pero llenos de barro, agua y arañazos".

El desprendimiento de la calzada a la altura del número 71 de la calle Los Flamencos, en El Cerrado de Calderón, provocó además roturas en los sistemas de gas, electricidad y suministro de agua. La tubería que distribuye el agua corriente a gran parte del distrito desde un aljibe quedó fracturada. "El depósito se ha vaciado al completo", explicaba por la mañana un técnico de la empresa de mantenimiento. Esa fuga de agua a gran presión fue, precisamente, uno de los factores que contribuyó a complicar la salida de Alejandro Zaragoza y Carlos Moya del fondo del barranco.

Un segundo vehículo también cayó por el precipicio, aunque quedó detenido pocos metros más abajo. En este caso se trataba de un automóvil que se encontraba estacionado junto al bloque de viviendas que, según las fuentes consultadas, no ha sufrido daños. No obstante, numerosos vehículos sufrieron accidentes y daños en las calles de El Cerrado de Calderón, ayer por la mañana sembrado de coches estrellados contra muros y farolas.

Las precipitaciones también originaron desprendimientos de roca y tierra en la A-7 a su paso por El Cerrado de Calderón que obligaron a cortar un carril en cada sentido.

También se registraron desprendimientos en la A-45, a la altura de Casabermeja y, según informó por la mañana la Subdelegación del Gobierno, obligaron a cerrar un carril mientras se realizaban tares de reparación.

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