Luis Bordón y Luis Gómez se mojaron el domingo. Y no sólo por la lluvia. Sino por su compromiso con el operativo de emergencia en el que participaron unas 500 personas en la provincia para tratar de paliar los efectos de la tromba. Ellos -que están asignados al helicóptero de la Policía Nacional- se sienten muy orgullosos de haber podido rescatar a diez personas que habían quedado aisladas en Mijas debido a las intensas precipitaciones.

"Salvar a personas es de los servicios que más te ilusionan. Es mejor que coger una tonelada de cocaína", afirmaba Bordón. Él, Gómez y el mecánico Rogelio Fernández trabajaron antes de ayer más de 12 horas dentro del dispositivo de emergencia. "Rescatamos a nueve adultos, un bebé de once meses y cinco mascotas", resumía Bordón. Las familias ocupaban varias casas del paraje conocido como La Peseta, en Mijas. Un grupo de viviendas situadas cerca de un barranco y que quedaron aisladas debido a la crecida del río. El acceso por carretera a las casas había quedado cortado debido al aumento del caudal y se estaban inundando.

"No tenían escapatoria hacia ningún sitio", relató Bordón que junto con su compañero asistió al comité técnico de emergencia celebrado ayer por la mañana en la sede de la Subdelegación del Gobierno.

Además del anegamiento, una torreta de tensión amenazaba con caerse sobre las viviendas porque la fuerza de la riada había socavado la base en la que se sujetaba al suelo.

Y para colmo, un muro también estaba a punto de derrumbarse.

El helicóptero aprovechó unos bancales que había en un nivel inferior de las casas. "Con diferencia, es lo más gratificante que puedes hacer como policía", insistía Bordón.

Ambos pilotos contaban que las familias subieron a bordo del helicóptero entre gritos por el susto que habían pasado y la impresión de verse en la aeronave. Luego ya se fueron calmando a medida que se vieron a salvo. Tuvieron que dar dos viajes hasta la Base Aérea, en la que dejaron a los evacuados. Ya en estas instalaciones contiguas al aeropuerto, el personal se encargó de atender sus necesidades y hasta de darle leche para que el bebé pudiera tomar su biberón.

El helicóptero de la Policía Nacional cubre desde Cádiz hasta Murcia y su sede de operaciones está en la Base Aérea malagueña. Por eso fue ahí a donde trasladaron a las personas rescatadas en Mijas, entre las que había varias personas mayores. Los pilotos no se olvidaban de citar a su compañero Rogelio, que aunque no estaba ayer para el reportaje también se mojó en ambos sentidos, ayudando a las personas rescatadas a subir al helicóptero de la Policía Nacional.

Ambos agentes tienen una larga experiencia en el pilotaje de la aeronave. Bordón, más de 30 años, y Gómez, alrededor de diez. De hecho, el primero estuvo en las inundaciones de Málaga de 1989 trabajando también desde el aire y Gómez, en las de Villanueva del Trabuco de hace cuatro años.

"Las de ayer me recordaban las inundaciones del 89", apuntaba Bordón. Gómez, más joven, destacaba que el helicóptero de la Policía Nacional fue el primero que llegó a la zona. El servicio cumple ahora 30 años. Su función es variada. Desde luchar contra el narcotráfico y -en palabras de Gómez- "gente mala que no duerme por la noche", hasta participar en rescates de Frontex o colaborar con labores de Protección Civil.

A ambos policías se le notaba ayer su satisfacción por el deber cumplido y el orgullo por el uniforme, aunque en este caso la misión no fuera perseguir a los malos.