El consejero de Empleo de la Junta de Andalucía, Antonio Fernández, afirmó ayer que los "primeros indicios" señalan que no se habían tomado "todas las medidas de seguridad que son razonables y algunas añadidas" debido a la acumulación de agua en el derrumbe en Alhaurín el Grande y que causó el jueves seis heridos. Fernández, que visitó en el hospital Clínico Universitario de Málaga a los dos jóvenes que permanecen ingresados, aseguró que se va a proceder "a la clausura provisional" de la escuela-taller donde los heridos hacían prácticas "para que se tomen todos los datos por la Inspección de Trabajo y la Policía Judicial".

Con todos los elementos se abordará "una investigación sobre el cumplimiento o no de los requisitos de seguridad, al margen del añadido que ha originado un mayor peligro, el importante volumen de agua sobre la vivienda y la antigüedad y deterioro de sus vigas". Por ello, se investigará "lo prudente o no prudente de haber realizado en ese momento prácticas laborales", según Fernández, que reiteró que "los primeros datos dan que pensar que ha sido una falta de la diligencia debida y que no se ha contemplado, además de los riesgos inherentes, los añadidos del agua sobre la vivienda y el estado de las vigas".

En todo caso, el suceso no se produjo por "ninguna imprudencia de los alumnos, sino que la responsabilidad, de existir, estaría enfocada sobre otros elementos". La Inspección de Trabajo "elevará en los próximos días sus conclusiones y a partir de ahí se abrirán las responsabilidades administrativas y también, en su caso, la remisión al Ministerio Fiscal para que incoe las responsabilidades penales si las hubiere", ha explicado el consejero. Al preguntársele quién podría ser el responsable del accidente en esta escuela-taller gestionada por el Ayuntamiento de Alhaurín el Grande, ha señalado que hoy quería "primar la cercanía humana a los accidentados, y habrá días para tener un debate sobre las responsabilidades, que va a haber". "Hay suficientes indicios de que ha habido irresponsabilidades, y quienes sean responsables, otros o nosotros, tendrán que responder ante la Administración y, en su caso, ante la Justicia", dijo.

Según ha podido saber este periódico de fuentes cercanas al Gobierno andaluz, los seis alumnos se encontraban restaurando el interior de la vivienda en el momento del accidente. Durante la visita que el consejero hizo ayer a los heridos, uno de ellos le comunicó a Fernández que en el momento del desplome estaba trabajando en el interior de la casa picando la pared. Además, precisó que los alumnos estaban repartidos entre la primera y la segunda planta, según fuentes del Ejecutivo autónomo. En un primer momento se informó de que los jóvenes se encontraban trabajando en el solar limpiando las zonas verdes y que se refugiaron en el interior del inmueble por la lluvia. Es más, el informe preliminar que dispone la Consejería de Empleo cuenta con una serie de fotografías del interior del inmueble en el que se aprecia cómo "una de las vigas está carcomida", así como numerosas grietas en las paredes, según las anteriores fuentes.

Sobre el estado de los dos hospitalizados, el consejero apuntó que uno de ellos podría recibir el alta en los próximos días, mientras que sobre el otro, el más grave, dijo que está "con sedación, esperando que reaccione", y hay "fundadas esperanzas de que no ocurra el mal mayor y de que la solución de su situación sea favorable". Por su parte, fuentes del centro sanitario informaron de que el herido más grave, de 17 años, permanece estable dentro de la gravedad en la unidad de cuidados críticos, está sedado, precisa de respiración mecánica y presenta traumatismo abdominal, torácico y craneal, aunque lo más grave es una contusión pulmonar. El derrumbe parcial de la casa deshabitada, en la zona de la Huerta del Jorobado del municipio, se produjo ayer a las 14:33, y causó heridas a seis jóvenes de una escuela-taller.