Málaga

Ultiman el acuerdo para convertir la fábrica Salyt en un centro comercial

  • La operación está pendiente de que se solventen "varios flecos" en materia de movilidad

Vista de la antigua fábrica de ladrillos Salyt.

Vista de la antigua fábrica de ladrillos Salyt.

Las negociaciones entre el Ayuntamiento de Málaga y el grupo holandés Ten Brinke para la construcción de un centro comercial en la fábrica de ladrillos Salyt, que arrancaron hace ahora algo más de un año, parece que se acercan al final. A falta de solventar una serie de "flecos" relacionados con los flujos de tráfico, fuentes próximas al proyecto informaron de la existencia de acuerdo en lo relativo a la ordenación del ámbito de actuación, a las infraestructuras y equipamientos a desarrollar en el marco de la intervención privada, así como en la compensación económica que recibirá el Consistorio por impulsar las adecuaciones urbanísticas necesarias.

Por ello, las fuentes confiaron en que en el primer trimestre de 2018 se pueda poner sobre la mesa una propuesta de convenio para allanar definitivamente el camino a una superficie comercial que dispondrá de unos 22.000 metros cuadrados de techo (a desarrollar en medias superficies abiertas), con unas 1.200 plazas de aparcamiento en superficie y bajo tierra. Conforme a los números que se manejan, la inversión podría ronda los 30 millones.

Dentro de este montante hay que incluir la suma a aportar al Ayuntamiento en el marco del convenio futuro, los trabajos de ejecución de los espacios comercios y las infraestructuras viarias pactadas con Urbanismo para garantizar la circulación en el entorno de la Avenida Valle Inclán. Estás últimas intervenciones, según las fuentes, pueden rondar los 4 millones de euros. Meses atrás la suma que se manejaba, incluyendo además los equipamientos y las zonas verdes planteadas, era de unos siete millones.

El propio concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, ya señalaba meses atrás la necesidad de que la actuación contase con unos accesos viarios suficientes para soportar la previsible demanda de tráfico que atraerá el complejo; la importancia de disponer de un cinturón verde en este espacio, "que permita una cierta conexión visual con el parque del norte" y habló del posible uso deportivo.

En cuanto a la discrepancia, las fuentes aludieron a la decisión sobre los puntos por los que entrarán al futuro centro los camiones y el resto de la circulación rodada. "Se trata de alcanzar un acuerdo, una solución consensuada, como se ha hecho hasta ahora", expusieron, al tiempo que apuntaron que la propuesta realizada por el Ayuntamiento no cuenta con el aval de los operadores que planean asentarse en la parcela. Aunque las fuentes admiten que se trata de algo "menor", fueron claras al precisar que sin solventar ese detalle no se firmará el acuerdo. Este periódico trató ayer de contactar con la concejala de Movilidad, Elvira Maeso, para conocer las diferencias en esta materia.

A pesar de que las conversaciones progresan, como confirmaron también desde el Ayuntamiento, la hoja de ruta trazada que habrá de diseñarse para que el proyecto llegue a buen término no está exenta de dificultades. Incluso en el caso de que se solventen los asuntos de movilidad, serán necesarios unos dos años más de trámites urbanísticos. De un lado, porque para hacer posible el uso comercial sobre un suelo actualmente catalogado de industrial será precisa una innovación del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), un plan especial y un plan de urbanización.

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