El término municipal del Valle de Abdalajís está situado en el borde sur de la comarca de Antequera, rodeado casi en su totalidad por las tierras de este municipio y abierto por un estrecho corredor al Valle del Guadalhorce. La situación estratégica de este pequeño valle lo han convertido en un paso de comunicación crucial a lo largo de la historia. Una historia que aunque tuvo antecedentes muy remotos, como lo demuestran los numerosos vestigios encontrados en la zona, tiene sus primeras páginas notables en la época romana.

Allí estuvo la ciudad de Nescania, antiguo poblado romano que alcanzó el privilegio de ser declarado municipio de la provincia Bética en el siglo l y en el que, según la tradición, existía un gran templo dedicado al culto de Júpiter. Arrasada por los vándalos a mediados del siglo IV, el historiador Víctor Heredia asegura que toda esta región quedó despoblada durante varios siglos hasta que, con la llegada de los árabes, "se construyeron algunas fortalezas hoy desaparecidas". El nombre actual del pueblo viene de su fundador Abd-el-Aziz, hijo de Muza, lo que situaría su origen árabe en los primeros años de la presencia de este pueblo en la Península, pero apenas si se conocen datos de dicha época, matizó el experto. Por el contrario, los orígenes del pueblo actual hay que buscarlos en el siglo XVI, cuando sus terrenos fueron cedidos como señorío por Felipe II a don Alfonso Pérez de Padilla, a cuya familia pertenecieron hasta el siglo XIX.

La zona del Valle de Abdalajís pasó a manos del reino de Castilla días después de la conquista de Antequera en 1410. Una vez que terminó la conquista de Granada se realizaron repartimientos de tierras en la zona y a mediados del siglo XVI se creó el señorío jurisdiccional de la familia Pérez de Padilla y el Valle de Abdalajís quedó segregado del término de Antequera, aunque siguió enclavado dentro del Reino de Sevilla y dependiendo eclesiásticamente del Obispado de Málaga.

La escasa población del Valle estaba diseminada en diferentes cortijos y fue en la década de 1540 cuando el eclesiástico Lorenzo de Padilla, arcediano de Ronda, construyó una casería que fue el origen del actual núcleo. Uno de los rincones más emblemáticos de esta localidad es la popular Fuente de Arriba, situada en la plaza de la Virgen de los Dolores. En la foto, tomada desde la calle Real, se ve el arranque de la calle Fuente a la izquierda y al frente asciende la calle Peligros, sobre la que asoma la sierra en cuya ladera se asienta el pueblo.

La fuente de Arriba, la más antigua

La fuente públicallamada de Arriba es la más antigua de la localidad, ya que se conocía a mediados del siglo XVI con el nombre de fuente del Nogal. Sus aguas proceden de un manantial que brota en la calle de atrás y que viene dela sierra. El agua sobrante era recogida por una alcantarilla que la conducía hasta el cercano convento de Madre Petra, donde antiguamente movía un molino de aceite.

Importante cambio

En los años 70 todo el entorno del pueblo que aparece en la imagen fue sometido a una profunda reforma urbanística, con el objeto de abrir al tráfico de coches estas calles, dado el incremento del parque móvil. Para ello se construyó un muro de contención revestido de cantería, se cambiaron las rasantes y se asfaltaron las calles. Dentro de esta obra la fuente sufrió una remodelación que redujo su tamaño y quedó encastrada en el muro.