Málaga

Vera quebró con 40 millones de euros de deuda y 500 acreedores

  • La administración concursal ha presentado al juzgado la propuesta del plan de liquidación

Vista exterior de la sede del Grupo Vera en la capital.

Vista exterior de la sede del Grupo Vera en la capital.

El Grupo Vera tiene una deuda acumulada de unos 40 millones y más de 500 acreedores que están a la espera de saber si podrán cobrar algo en los próximos meses. La compañía solicitó en el juzgado mercantil de Málaga la liquidación a finales de septiembre y la administración concursal ya ha presentado el plan de liquidación, es decir, el documento en el que se refleja qué activos quedan en la empresa, cómo se podrían vender y cómo se repartiría el dinero obtenido entre los acreedores. Se abre ahora un periodo de observaciones para incluir posibles sugerencias y será el juzgado mercantil el que dicte finalmente el auto con el que se inicie el procedimiento, algo que no se espera que suceda hasta, al menos, enero.

Fuentes próximas a la administración concursal explican que en el plan de liquidación propuesto se han formado varios lotes con contratos de obras, inmuebles o maquinaria. Construcciones Vera estaba especializada en obra pública, pero en el momento de su desaparición apenas contaba con cinco contratos vigentes de los cuales cuatro eran en unión temporal de empresas con otras firmas y un quinto una obra propia de infraestructuras en la provincia de Málaga por un importe de unos tres millones de euros. A eso hay que añadirle que Construcciones Vera está pendiente de cobrar una obra realizada en el tramo Carchuna-Castell de Ferro en la autovía del Mediterráneo a su paso por Granada por parte del Ministerio de Fomento. Esa obra finalizó en septiembre de 2015 y fue desarrollada por Vera en unión con FCC. La ley permite ceder a otras empresas esos contratos de obra pública en el proceso de liquidación siempre que se cumplan una serie de requisitos.

Hay cinco contratos de obra pública vigentes y unos 300 inmuebles en cartera

El Grupo Vera estaba formado por la constructora, el alma mater de la compañía, y por Draba, una sociedad en la que agruparon el resto de divisiones. Ambas entraron en liquidación y, aunque son expedientes distintos, hay en torno a 300 inmuebles que pueden ser comercializados, así como fincas rústicas o solares para edificar. "Todo eso tiene un valor importante y esperamos que se consiga vender, aunque es cierto que ahora no es el momento más brillante para hacerlo", indican las fuentes mencionadas, que resaltan que varios fondos de inversión ya se han puesto en contacto con la administración concursal interesándose por esos activos. Hasta que el juzgado no apruebe definitivamente el plan de liquidación no se puede proceder a su venta, aunque el interés es evidente. El problema es que estos fondos conocen sobradamente la delicada situación de Vera y, al estar en liquidación, ofrecen un precio muy por debajo de su valor real para intentar sacar la mayor rentabilidad posible.

Cuando el plan de liquidación tenga luz verde se ofrece el inventario de bienes con un valor asignado y se empiezan a recibir ofertas. Si no hay ninguna se procede a una rebaja y si tampoco hay compradores pasan a venderse los activos de forma individualizada. En caso negativo, se procedería finalmente a una subasta, aunque el dinero obtenido sería menor.

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