donantes de médula ósea

Un año sin Pablo y con más donantes

  • Tras la espectacular subida provocada por su campaña de 2016, las donaciones bajaron el año pasado, pero aún así son más del doble de las que había antes de que lanzara su mensaje

Un año sin Pablo y con más donantes

Un año sin Pablo y con más donantes / rosell

El 25 de febrero se cumple un año de la muerte de Pablo Ráez. Un año sin él, pero con muchísimos más donantes de médula ósea. Porque aunque apenas tenía 21 años y atravesaba el momento más duro de su vida, supo concienciar a varias generaciones de la importancia de la donación. "Su campaña supuso un punto de inflexión; el despegue en la cifra de donantes tanto en Málaga como en Andalucía", explica el responsable del Programa de Donación de Médula Ósea en la comunidad autónoma, Sergio Fernández. Ciertamente. Desde que la Administración sanitaria comenzó a impulsar estas donaciones, en la provincia se cumplían los objetivos, pero con resultados modestos. En 2015 se hicieron donantes 1.267 personas. Pablo con su mensaje lanzado en el verano de 2016 tuvo mucho que ver con que ese año se alcanzaran los 11.201.

Pero el efecto Raéz sigue. "El pico se produjo especialmente a partir de aquel verano, con su campaña, lo que se tradujo en un récord absoluto en Málaga y Andalucía. En 2017 se ha reducido, aunque sigue con un nivel alto de donación, especialmente entre la población joven", sostiene el director del Centro Regional de Transfusión (CRTS), Isidro Prat. De hecho, los donantes bajaron a 2.656 en 2017, pero esa cifra supone más del doble de la registrada el año anterior a que este joven marbellí lanzara su mensaje.

"Era un chaval al que se le vino el mundo encima, pero luchó por él y por los demás"Sergio FernándezPlan Médula Ósea Andalucía

Fernández explica la importancia de la sensibilización que sembró: "Él hizo un gran cambio en la sociedad porque normalizó la donación de médula ósea, poniéndola en igualdad con la de sangre". Pero su logro no sólo fue cuantitativo. También ha sido cualitativo. Porque ahora hay más donantes y de edades más jóvenes. Este matiz es importante porque tienen más vida por delante para una potencial donación. Y, además, porque al manejar las redes sociales pueden multiplicar el impacto de su mensaje a favor de donar.

Los profesionales que lo conocieron debido a su enfermedad describen a Pablo como un chaval vital y comprometido. Sergio Fernández lo conoció cuando al principio de su enfermedad acudió al CRTS. "Era un joven al que de repente se le vino el mundo encima y lo afrontó de manera extraordinaria, diciendo 'voy a luchar por lo que me pasa a mí, pero también por lo que le pasa a mucha gente'. Fue realmente encomiable", sostiene.

Un profesional del Regional que lo conoció durante su ingreso en el hospital lo describe como "un ser humano excepcional, que llevó su enfermedad con una dignidad extraordinaria". El sanitario compartió con él los momentos más difíciles de su lucha contra la leucemia: "Me encanta que le hagáis un homenaje. Para mí fue un privilegio atenderlo porque se hacía querer. Fue una persona especial. La prueba era su capacidad de comunicar y de llegar a los demás. Fue capaz de movilizar y sensibilizar a muchas personas en favor de la donación de médula ósea, justamente en momentos de la enfermedad que eran muy duros para él".

La Asociación Malagueña para la investigación de la Leucemia (Ampile) también destaca su aporte en favor de la donación. Su presidenta, Julia Sánchez, resalta "su fuerza y su don de gente" para sensibilizar a muchas personas en este sentido. "Hasta entonces se habían hecho otras campañas, pero él movilizó a un montón de gente pese a que ya estaba enfermo; y lo hizo hasta el último momento". Sánchez pide que su legado no se pierda y reivindica más investigación porque recuerda que los trasplantes de médula ósea aún no curan al 100% de los pacientes y que son tratamientos muy agresivos.

El responsable del Programa de Donación de Médula Ósea recuerda que la familia ha recogido su testigo y continúa implicada en la sensibilización para mantener su mensaje vivo. Un legado que beneficiará a pacientes de cualquier parte del mundo, durante muchos años y que todos le deben a un chaval de apenas 21 años.

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