Control biológico del ácaro cristalino Un estudio determina su eficacia

Una araña contra la plaga del aguacate

  • La estación experimental del CSIC de Málaga ha descubierto que dos especies de arácnidos, que de forma natural viven en este tipo de árbol, actúan como depredadores ante la presencia del ácaro cristalino

Ni pesticidas ni productos químicos. Los científicos han descubierto que la mejor manera para acabar con la plaga del ácaro cristalino, que se ha convertido en el escarabajo picudo rojo de los aguacates de la Axarquía, es atacarlo con otros tipos de araña. Son depredadores naturales de este dañino arácnido que se ha extendido ya por las 8.000 hectáreas de cultivo de la provincia y que ahora se está estudiando la manera de criar a sus competidores en cautividad para que los agricultores pongan fin al problema.

Estos pequeños héroes pertenecen a dos especies de ácaros, conocidos como fitoseidos, que de forma natural siempre han vivido en los árboles del aguacate sin causarle ningún daño. Su particularidad es que ante la presencia de la araña cristalina aúnan sus fuerzas y la atacan.

Los artífices de este gran hallazgo son los expertos de la estación experimental del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) La Mayora, con sede en Algarrobo, que ya están investigando la forma de hacer sueltas controladas en los aguacates afectados para luchar biológicamente contra la plaga.

Una de las especies que se están estudiando es omnívora, es decir se alimenta principalmente de polen, aunque también le gusta la carne. El problema, según explicó Jorge González, uno de los investigadores, es que las poblaciones de este arácnido se disparan durante la primavera, coincidiendo con la época de mayor concentración polínica, y a partir de julio "caen drásticamente justo cuando el ácaro cristalino dispara su número".

Para solucionar este inconveniente, el centro ha realizado un experimento que ha tenido una gran repercusión internacional. El experto aseguró que la idea consiste en estudiar distintos tipos de polen, que estén ya en el mercado y que puedan conseguirse a un precio asequible, y "ver cuál de ellos se produce también durante el verano para que el arácnido tenga asegurado el alimento durante el periodo de eclosión del ácaro cristalino".

Y es que los resultados de los estudios hechos hasta ahora son muy alentadores. El proyecto que han llevado a cabo se ha basado en plantar maíz de forma intercalada entre los aguacates dañados debido a que este tipo de cultivo es un gran productor de polen. Después de unos meses de pruebas, los investigadores se dieron cuenta de que la parte de los aguacates que estaban más cerca del maíz habían resistido mejor a la plaga que los que estaban más lejos.

La explicación, según González, es que la araña depredadora "contaba con alimento y pudo hacer frente al ácaro cristalino". Los expertos de La Mayora sólo han encontrado un inconveniente a este arácnido y es que sólo es capaz de atacar al enemigo de los aguacates cuando está fuera de su nido, ya que la red que lo forma es muy resistente.

Pero para ese problema también han encontrado una solución. Se trata de un logro único que ha conseguido el equipo de la investigadora del centro del CSIC de Algarrobo Marta Montserrat. Con una cámara microscópica han conseguido captar justo el momento en el que la otra especie de araña fitoseida, a la que sólo le gusta la carne, consigue rasgar la red del nido del ácaro cristalino y comerse a la madre, las crías y los huevos.

El siguiente reto será lograr aumentar las poblaciones de estos dos tipos de araña y desarrollar un método de aplicación en el campo antes de este verano. De momento, el centro ya ha comenzado a criar a estas dos especies en cámaras acondicionadas proporcionándole alimento suficiente, aunque también plantea aplicar el polen de manera artificial en los aguacates para que puedan desarrollarse en el medio natural.

El objetivo parece cumplido. Los investigadores están convencidos de que la aplicación de pesticidas en los aguacates podría ser negativo puesto que, además de dañar el árbol, podría eliminar también a la fauna auxiliar y hacer que el ácaro cristalino se haga fuerte.

Hace ya más de tres años que el parásito llegó a España procedente del material vegetal exportado de California. Muy pronto se extendió por los cultivos de aguacate de la Axarquía, colonizando sus hojas y absorbiendo la savia que el árbol necesita para su crecimiento. Se ha demostrado que el ácaro no mata al árbol pero sí lo debilita hasta tal punto que la producción de aguacate ha descendido hasta un 30 por ciento desde que la plaga llegó.

La ciencia abre ahora un camino de esperanza para unos agricultores que temen perder el esfuerzo de toda una vida.

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