La bacteria xylella fastidiosa ha matado a más de un millón de olivos en Italia y esta pasada semana se ha detectado el primer caso en Andalucía en un vivero de Almería. Solo estaba en tres plantas ornamentales en un sitio cerrado y no se ha propagado, pero el temor siempre está ahí, máxime en una provincia como la malagueña en la que hay miles de olivos y que el aceite de oliva es el primer producto exportado.

"Hay que estar preocupado porque es una enfermedad que está en fase de investigación y para la cual no hay aún remedio, pero hay que contextualizar la situación y no ser alarmista", afirma Esteban Carneros, director de Relaciones Corporativas de Dcoop, el productor líder mundial de aceite de oliva virgen extra. Carneros subraya que, tras la aparición de casos en Almería o Madrid, "estamos más preocupados de lo que estábamos antes, pero hay que ceñirse a lo que realmente ha ocurrido". En este sentido, el directivo de Dcoop afirma que "hay que insistir en que haya controles, se hagan inspecciones y esta situación tiene que servir de acicate para que todo se refuerce". Carneros ve con buenos ojos que crezca la supervisión y denuncia el efecto colateral entre los productos locales europeos y los importados de terceros países. "Hay mucho control interno de los productos que hacemos en Europa pero mucha laxitud con todo lo que viene de fuera y hay que jugar con las mismas reglas", recalca ante la inseguridad sobre la procedencia de la bacteria.

Francisco Moscoso, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores de Málaga, asegura que en el campo malagueño "estamos preocupados pero tranquilos porque la bacteria se ha detectado en una visita rutinaria en un vivero, lo que demuestra que se hacen muchas visitas por parte de los técnicos y que hay controles". En este sentido, Moscoso quiere transmitir un mensaje de "tranquilidad" aunque también advierte que "hay que estar muy atentos". "Hay que pedir a los agricultores que sigan con la normalidad porque se está haciendo un buen seguimiento de la xylella", añade el máximo representante de UPA en Málaga quien, no obstante, explica que sí le preocupa el control que pueda haber en los mercadillos sobre las plantas. "Muchos mercadillos venden plantas ornamentales y árboles como naranjos o almendros y no sabemos si en todos esos mercadillos se vigila el pasaporte fitosanitario", expone Moscoso, en relación a una posible puerta de entrada de la bacteria a otros puntos de Andalucía.

Desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), su presidente en Málaga, Baldomero Bellido, también lanza un mensaje de tranquilidad aunque sin dormirse en los laureles. "Es muy importante realizar buenas prácticas agrícolas y en el caso de uso de cubiertas vegetales, puesto que la presencia de las ninfas del vector es más abundante en las plantas que las conforman, es recomendable el desbroce temprano de dichas cubiertas vegetales para evitar la proliferación de las mismas", indica.

En los últimos días ha habido varias reuniones sobre esta materia a escala autonómica -la UPA prevé dar una rueda de prensa este lunes en Málaga- y se ha transmitido la idea de tranquilidad controlada. El consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez de Haro, detalló el pasado martes cómo se produjo el primer caso del conocido como ébola del olivo en Andalucía e hizo hincapié en que "esto nos indica que el sistema de búsqueda y detección de la bacteria funciona, los trabajos de prospección son correctos y nuestros laboratorios de diagnóstico presentan unas capacidades analíticas del más alto nivel". Habrá que confiar en que se mantenga esa extrema vigilancia para que no se propague la enfermedad y haya un serio contratiempo para el sector agrícola malagueño y andaluz en general.