Málaga, ayer y hoy

Un barrio marginal en un entorno privilegiado

  • Mundo Nuevo: hasta hace varias décadas fue una de las zonas más marginales de Málaga donde se asentaron decenas de familias sin recursos y que vivían en unas condiciones lamentables.

La Plaza de Santa María, entre el Castillo de Gibralfaro y la Plaza de la Merced, era a mitad del siglo pasado un conjunto de vetustas casas y chabolas construidas con madera y tejados precarios sujetos con piedras en un espacio abierto y terrizo sin ningún tipo de urbanización.

Esta parte de la ladera del cerro de Gibralfaro era conocida como El Garrapatal en el siglo XVIII. Aunque el origen del nombre actual, según el historiador Víctor Heredia, se debe a la actuación de un polémico personaje, Miguel de Gijón y León (1717-1794), que sin permiso municipal construyó varios edificios de viviendas en estos terrenos, en la parte trasera de su residencia de la calle Victoria.

El que fue primer conde de Casa Gijón era un ilustrado criollo, masón y amigo de Diderot y de Pablo de Olavide. Fue ayudante de este último en el plan de colonización de Sierra Morena, que supuso la fundación de las Nuevas Poblaciones. Retirado a Málaga, a partir de 1771 desarrolló en los terrenos de las faldas de Gibralfaro su propio proyecto de colonización y reforma urbana, destinado a ofrecer vivienda a familias pobres de la región. Denominó a su obra La Carolina Malagueña, en homenaje al rey Carlos III, o el Nuevo Mundo de donde derivó al nombre de Mundo Nuevo que es el que ha permanecido en el tiempo, explicó Heredia.

Apenas había 50 viviendas, que se extendían entre el final de la calle Picacho y las murallas de la Alcazaba, y cuyos espacios principales eran la plaza de Santa María y el callejón del Callao. Más adelante, parte de estas construcciones fueron arrendadas al Ejército para que sirvieran de cuartel. Una vez abandonado el uso militar, las viviendas fueron ocupadas por una población pobre que acabó por definir un espacio marginal que era una continuación del barrio degradado en el que se convirtió la fortaleza de la Alcazaba tras su abandono y que carecía de alumbrado, limpieza, saneamiento, agua potable y vigilancia. El núcleo chabolista de la Plaza de Santa María estaba habitado en 1944 por 117 familias con cerca de 600 miembros.

Desapareció cuando las vivienda fueron demolidas para edificar bloques de pisos en los años 70 y 80, que cambiaron radicalmente la concepción de este espacio.

Una zona convertida en basurero

La zona más próxima a la Plaza de Santa María estaba convertida en un basurero, según denunciaban ya los vecinos en 1863, con el consiguiente problema de malos olores y riesgos sanitarios, a causa de la falta de civismo de los habitantes del sector. Alguna vez se planteó durante la segunda mitad del siglo XIX terminar con este espacio de degradación física y moral mediante su demolición.

Un túnel para unir ambas laderas 

En 1938 se abrió el túnel que comunica ambas laderas de la Alcazaba, al final de la calle Mundo Nuevo, que fue uno de los primeros proyectos ejecutados por el primer ayuntamiento franquista, junto con la repoblación forestal de la parte alta del monte.

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