El desmesurado crecimiento turístico de la Costa del Sol no es normal. Es una burbuja y ya lo reconocen hasta el presidente de Turismo Costa del Sol, Elías Bendodo, y el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón. Suena mal decirlo, pero es la verdad. Málaga se está beneficiando de los conflictos terroristas en Túnez, Egipto o Turquía desde un punto de vista turístico, porque miles de viajeros que tradicionalmente van a esos destinos están optando por la Costa de Sol porque les ofrece más seguridad. Eso ha provocado que Málaga haya cerrado la pasada temporada de invierno -entre noviembre y marzo- con un histórico aumento del 12% en viajeros y pernoctaciones y que la previsión para el verano sea similar, lo que permitirá batir, por tercer año consecutivo, el récord total de turistas. En 2014 se logró rebasar la barrera psicológica de los 10 millones de turistas en todo el año; en 2015 fueron 10,6 millones y en 2016 Bendodo señaló que se espera "superar con creces" los 11 millones de turistas. De hecho, indicó que "podemos estar cerca de los 12 millones", pero prefiere ser prudente "porque pueden pasar muchas cosas".

"La Costa del Sol aborda el mayor reto de su historia porque nunca vamos a tener un crecimiento tan grande como este año", dijo el presidente de Turismo Costa del Sol, quien subrayó la existencia de "una burbuja porque el turismo es la industria de la seguridad". El reto, por tanto, no es sumar un nuevo récord de turistas sino intentar consolidarlos, es decir, que no sean flor de un día porque haya conflictos en otros territorios, sino fidelizarlos y que la Costa del Sol sea siempre su primera opción, pase lo que pase en otros lugares del mundo. Para conseguirlo, Bendodo defendió el hecho de que la Costa del Sol tenga una oferta segmentada que no depende solo del sol y playa, la calidad del destino y que los turistas, en las encuestas, aseguren en un porcentaje muy alto que recomiendan venir a Málaga e incluso muchos dicen que repetirán una o varias veces al año. Luis Callejón, presidente de Aehcos, fue en la misma línea. "Tenemos una burbuja a consolidar y es una oportunidad para fidelizar a turistas que vienen un poco perdidos y buscando paz, porque el turista es el ejército de la paz", comentó Callejón, quien destacó la necesidad de aumentar la rentabilidad de los hoteles aprovechando el tirón para compensar los años de descenso por la crisis y la guerra de precios. Su fórmula para fidelizar es tener hoteles sostenibles, porque por ahí va la demanda.

En verano vendrán más turistas que el año pasado y eso lo sustenta Turismo Costa del Sol en un 14% de aumento de plazas de las líneas aéreas de mayo a octubre. Gran Bretaña es el principal cliente extranjero de Málaga y las líneas que conectan el aeropuerto malagueño con las ciudades británicas han aumentado su capacidad un 18% respecto al mismo periodo del año pasado, hasta rozar los dos millones de asientos. Porcentualmente hablando, se disparan las plazas disponibles desde Dinamarca o Polonia (34% en ambos casos), mientras que Francia se eleva un 26%, Holanda un 18% o Bélgica un 16%. El mercado español, por su parte, lo hace un 5,9%. Es un impulso más discreto, pero es el segundo con mayor peso (783.349 plazas) y, lo que es más importante, muestra que el turismo nacional vuelve a pensar en vacaciones, a remontar, con lo que eso implica en ingresos, pues la mayoría de los turistas españoles no vienen a la Costa del Sol en avión, sino en coche o tren. Solo el mercado finlandés ofrece este verano menos plazas que el año pasado, un 8,7% menos, aunque no es de los más importantes.

Es tal la avalancha prevista que el secretario de Política Institucional de la Federación de Servicios de CCOO, Gonzalo Fuentes, advirtió ayer de que Andalucía puede tener un problema de "overbooking" y se quejó de que, aunque se crea empleo, es en "detrimento" de los derechos laborales y de la jornada completa, ya que en lo que va de 2016, el trabajo en jornada completa ha bajado un 15%, según datos de este sindicato.

El verano está a la vuelta de la esquina y, por ahora, todo son estimaciones. Lo que sí está ya cerrado y contabilizado es el invierno y los resultados han sido muy buenos. Según el balance de Turismo Costa del Sol, entre noviembre y marzo pasaron por el aeropuerto de Málaga algo más de dos millones de personas, lo que supuso un crecimiento del 14,8% respecto al mismo periodo del año anterior. De ellos, 1,7 millones se alojaron en establecimientos reglados, un 14,9% más, siendo un 17% el aumento de extranjeros y un 12,5% el nacional. Solo los hoteles han registrado este invierno 4,7 millones de pernoctaciones, medio millón más que en el mismo periodo anterior.

Todos estos números vienen a decir que la Costa del Sol está, poco a poco, ganado la batalla a su principal escollo: la estacionalidad. El número de viajeros que llegan en verano es, lógicamente, inmensamente mayor al que lo hace en invierno, pero, según apuntó Bendodo, "nunca había pasado que el turismo creciera al mismo ritmo en invierno que en verano". "Nunca hemos tenido y ni siquiera soñado crecer un 12% en invierno", remarcó.

La burbuja es también la causante de buena parte de ese incremento en invierno y ahora toca hacerlo lo mejor posible para fidelizar a ese turista que ha venido de rebote. Un aspecto clave es reducir el número de hoteles que cierran en invierno para dar una mayor oferta y más dinamismo al destino. Este invierno se han clausurado menos plazas, pero queda aún mucho por hacer.

Bendodo no ve un ministerio de Turismo propio

El nuevo presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón, ha defendido la necesidad de que el sector turístico tenga un ministerio propio, y no compartido con Industria y Energía como ocurre en la actualidad. Ayer se reunió de forma oficial con el presidente de Turismo Costa del Sol y del PP en Málaga, Elías Bendodo, y éste no está por la labor de crear un ministerio propio. Apuntó que el turismo "requiere una estrategia propia" pero consideró que se hace de forma "transversal", por lo que no vio mal compartir cartera con Industria o Energía. El PSOE, por su parte, sí se subió al carro de Aehcos y lo pide.