Málaga

El centro de Málaga

  • Una treintena de locales comerciales ubicados en bajos del centro histórico de la capital han cerrado debido a la crisis

José Luis lleva un mes con el local en alquiler. Se encuentra en calle Especería y hasta que cerró en diciembre albergaba una tienda de moda de señora. Hoy está vacío y con un cartel de 'Se alquila'. "He recibido muchas llamadas, pero todos dicen que se lo van a pensar", añade. Pide 1.100 euros de alquiler al mes por los 50 metros de su establecimiento. Pero no es el único que ha cerrado sus puertas. Justo frente al suyo hay otro bajo comercial de 200 metros también en alquiler, la antigua juguetería de la vía también cerró y se vende y un negocio de viajes se traslada junto a la Plaza de la Constitución.

El caso de esta calle es un ejemplo de lo que ocurre en todo el centro histórico. Al menos una treintena de bajos comerciales se alquilan, se venden o se traspasan. Los malos tiempos han hecho que los negocios que antes podían sobrevivir, ahora hayan alcanzado una situación insostenible y tengan que cerrar. Tanto, que el último Observatorio del Comercio indicaba que el volumen de ventas había caído un 28,6%. "Tal y como está la cosa y con las previsiones que hay [el 25% de los comerciantes cree que la venta seguirá bajando] la gente pone pies en polvorosa y se va", afirma Rafael Prado, máximo responsable de la Asociación del Centro Histórico.

En otras calles que son emblemáticas para el comercio de la zona también hay quien no ha podido aguantar la situación económica o quien ha querido cambiar de aires. En calle Granada la firma Superskunk ha cerrado una de sus dos tiendas, Babilonia está de "liquidación por cierre" y otro local de complementos ha cerrado. Además, hay algunos bajos más disponibles. También en calle Nueva hay lugares donde los interesados en poner un negocio pueden hacerlo. El último, la zapatería que hacía esquina hasta hace unos días con Liborio García. A finales de enero la tienda estaba siempre llena: una gran sábana avisaba grandes rebajas porque cerraban el día 28. Y así lo hicieron. Calle Larios se salva: "ahí no hay nada disponible, las grandes marcas se han hecho con casi toda la calle", explican en una inmobiliaria. Fundamentalmente Inditex, con marcas como Pull & Bear, Bershka o Zara.

Pero hay más. En calle Compañía la tienda Hevilla no ha llegado al año en el lugar donde se había instalado haciendo esquina con Pozos Dulces y justo enfrente, los escaparates de Divali también están marcados por grandes carteles de liquidación por cierre. Igual ocurre con varios negocios de los alrededores del mercado de Atarazanas o la empresa de trabajo temporal V2, que ha dejado su local de 190 metros cuadrados en Plaza Arriola. También está disponible el antiguo local del Festival de Cine en calle Cárcer o los restaurantes Comfussion en San Juan de Letrán y La Traviata en Salvago. Hace ya meses que el local donde se promocionaba en Málaga la ciudad de vacaciones Marina D'or ubicado en calle Martínez cerró, aunque precisamente en esa manzana la "escabechina", como dice Prado, aún es mayor: una mercería, una óptica y una tienda de regalos también han cerrado.

Unos directamente venden su local, aunque la mayoría lo alquila. De hecho, un informe de la consultora destaca a los locales comerciales como "un mercado refugio para una época de incertidumbre", como la actual. El informe, de febrero del año pasado, ya destacaba la "ralentización" de las operaciones entorno a este tipo de inmuebles, lo que permitiría una mayor oferta disponible, tal y como ocurre ahora en Málaga. "El problema es que se siguen manteniendo los precios de antes, de tal manera que es complicado ahora encontrar algo a buen precio", subraya Rafael Prado. En calle Nueva el precio medio es de unos 70 euros al mes el metro cuadrado, lo que sitúa un local de 50 metros como el que José Luis tiene en Especería a un precio de 3.500 euros mensuales. La venta es de unos 11.262 euros el metro cuadrado, según los datos de Aguirre Newman.

Por eso, también hay quien está interesado directamente en traspasar. Es lo que ocurre al local de la firma Lola Espejo en calle Fajardo, el Café Tres Siglos en calle Duque de la Victoria -donde los establecimientos de comidas La Gula y La Mentira cerraron sus puertas- el restaurante Acanto en la Plaza Jerónimo Cuervo, Modas Pilar Sánchez en Sancha de Lara o Novias Sakara en Alarcón Luján.

También hay quien se ha desplazado unos metros, como la tienda de moda Francis Sarabia, que se ha trasladado unos metros en calle San Juan o la marca Swaroski, que de calle Antonio García Baena se han ido al Centro Comercial Vialia hace tan sólo unos días.

A pesar del volumen de negocios que están cerrando o cambiando de manos en el centro, para la Federación de Comerciantes de Málaga (Fecoma) las cifras aún no son preocupantes. Eso sí, destacan que en muchas ocasiones el cambio general "no se está dando, lo que conlleva al cierre de locales", según explica su presidente, Enrique Gil. También destaca que la peatonalización del centro histórico no está beneficiando a todos igual: "En calle Larios sí que están contentos, pero en sus alrededores el movimiento no es el mismo", subraya, mientras indica que los comerciantes, a pesar de los tiempos, tienen que luchar por sobrevivir: "La mayoría somos autónomos y, ¿dónde vamos si cerramos nuestros negocios", concluye Gil.

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