Málaga

De un curso de Swaroski a la formación de voluntarios

  • Entre las subvenciones municipales a colectivos destacan 9.000 euros para viajes culturales, 2.000 para un curso de gomaespuma, 1.300 para el belén de La Mosca

¿A qué destina el Ayuntamiento de Málaga el dinero que reserva anualmente para subvencionar a los colectivos vecinales, deportivos o sociales de la ciudad? Admitiendo que la labor del amplio movimiento asociativo de la capital es encomiable, no está de más preguntarse si en estos tiempos, cuando la crisis lo afecta todo y las arcas públicas andan renqueantes, es razonable que entre las materias a subvencionar se incluyan, por ejemplo, cursos de yoga, viajes a diversos puntos de Andalucía o talleres de bailes regionales o de salón.

Éstas son sólo algunas de las curiosidades con las que cualquiera se topa si analiza las aportaciones que el equipo de gobierno del PP aprobó el pasado año a través de los distritos y del área de Participación Ciudadana. Ambos elementos de la organización municipal otorgaron el pasado ejercicio, según los datos recopilados por este periódico e incluidos en la web del Ayuntamiento, casi 1 millón de euros para las actividades de más de medio millar de entes.

Un tejido que, muy a su pesar, ha tomado protagonismo en los últimos días ante las irregularidades cometidas por la delegada del distrito Este, Teresa López, quien durante varios años participó activamente en la concesión de ayudas a la asociación que presidía, Jarazmín. Sólo en 2009 este colectivo recibió 1.200 euros del distrito para la semana cultural y pastorales.

Lo llamativo del caso es que entre los proyectos subvencionados hay algunos que, cuanto menos, sorprenden. En el distrito Puerto de la Torre la Junta de Gobierno Local autorizó el pasado año 1.705 euros al Club de Piragüismo Puerto de la Torre para la práctica deportiva de kayak polo y para la iniciativa Piragüismo para mujeres; así como 724 euros a la actividad Con el arco tú también puedes, organizada por la Asociación Jóvenes Amigos Tiro con Arco; o 486 euros a la Asociación de Mujeres Azucena para un curso de Swaroski.

A lo llamativo de este último caso cabe sumar la ayuda de 598 euros que recibió la Peña La Florida, en Cruz de Humilladero, para un taller de tapices, o los 338 euros a la Asociación Sol Negro para el evento Días de la Historia en Miniatura. Asimismo, se reflejan 702 euros a la Asociación de Vecinos Huerta de Morales para un curso de yoga; 1.945 euros a la Asociación de Vecinos Cortijo Alto Alameda para el proyecto Unidos por el canto, 2.017 euros a la Peña Carnavalesca El Conservatorio para talleres de curso de gomaespuma y macramé, o los 1.518 euros que recibió la Asociación Cultural y Recreativa San Vicente por el proyecto Flores en pasta rusa y pintura en tela.

También hay ayudas para los belenes, como los 1.300 euros que recibió la Peña El Belén, en la zona Este, para el nacimiento de La Mosca. E incluso el Ayuntamiento destinó algo más de 9.000 euros para viajes culturales de colectivos. En el largo y amplio listado de subvenciones se cuentan por decenas los talleres de baile de salón y regionales para los que los colectivos piden ayuda, así como numerosos casos en que las asociaciones demandan aportación para concursos de cante. Y no hay que dejar de mencionar los habituales encuentros de convivencia.

Pero más allá de estos elementos cuestionables, son también muchas las aportaciones que se hacen a la formación de voluntarios o a iniciativas contra la intolerancia. Dos píldoras: 4.500 euros al proyecto Voluntariado de calidad, ayuda eficaz y atención asistencial hospitalaria, de la Asociación para la Atención a las Mujeres Mastectomizadas u Operadas de Cáncer de Mama (Asamma), o los 4.000 euros otorgados a la Asociación Movimiento contra la Intolerancia. Igualmente destacables son las ayudas que el Ayuntamiento dio a la iniciativa Vecinos somos todos: Hacia una integración real, de la Federación Unidad, que recibió 8.400 euros, cifra, eso sí, inferior a los 10.952 euros para la Federación de Peñas para el Día del Mayor, ente al que también se concedieron otros 9.300 euros por el Día de Andalucía.

"Si te piden un curso, los técnicos no entran a valorar si es mejor uno de yoga o de seguridad personal. Eso lo valoran las propias entidades", explica Julio Andrade, concejal de Participación Ciudana, departamento del que depende buena parte de las ayudas que se dan a los colectivos. "¿Quién es soberano para decidir qué es necesario para los beneficiarios?", se pregunta, aunque admite que quizá lo mejor sería que los proyectos apostasen por "proyectos que fuesen a favorecer las habilidades personales, la formación del voluntariado...; pero la dinámica de las asociaciones es otra en algunos casos". "Cualquiera le dice a una peña que como la situación es complicada deje de hacer ciertos cursos, eso entra dentro de la soberanía de una entidad", apostilla.

Andrade recuerda, además, que la subvención que aporta el Consistorio es sólo una parte de la actividad, ya que como mucho puede cubrir hasta el 80% del coste. "No hay ninguna actividad ni buena ni mala", comenta, al tiempo que indica: "Todos tendríamos que reflexionar, incluidas las asociaciones, si se tiene que destinar a un concepto o a otro. ¿Sería bueno que se enfocasen los proyectos hacia los más necesitados y a formación y cooperación y no tanto al ocio? Estoy de acuerdo, pero eso tienen que hacerlo los propios colectivos", apunta.

El concejal del PSOE en la Casona del Parque Luis Navajas aboga por "abrir el gran debate con los colectivos, porque tienen problemas y hay que darles facilidades para hacer proyectos que sean necesarios para las zonas en las que se asientan". "Estamos en la línea de apoyar a los colectivos pero la concesión de subvenciones es un tema que lleva flaqueando desde hace tiempo", comenta el edil, que critica que se pueda dar el caso de que un mismo proyecto sea valorado de manera completamente diferente en función del distrito. "Hay que ser escrupuloso con el dinero público y darles muchas facilidades", apostilla.

Desde las grandes federaciones de vecinos también se defiende un análisis más pormenorizado de la cuestión. Ramón Carlos Morales, presidente de la Federación Unidad, es claro: "Hay que ser muy selectivos en las subvenciones en función de la utilidad que se propone, porque hay mucha diferencia entre un curso de yoga y uno de autoestima para las mujeres, por ejemplo", dice. "Todas las actividades son buenas, pero hay que ser rigurosos con el dinero público", añade.

Antonio Fuentes, presidente de la Federación Cívilis, critica la actitud del Ayuntamiento de "café con leche para todos igual". "Estoy en contra de esa fórmula para callar bocas. Hay que dar más a aquellas asociaciones que trabajan más y mirar las cosas con lupa", demanda. No obstante, señala que por ejemplo hay ocasiones en que los colectivos demandan un curso de yoga que en su primera edición reunía a siete u ocho personas y ahora, a medio centenar. Sobre este punto, Fuentes destaca la labor de los colectivos, al asumir una labor que en caso contrario "tendría que desarrollar el Consistorio y a mayor coste".

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