Fue en 2013 cuando el Ayuntamiento de Málaga decidió clausurar las instalaciones de la malograda piscina municipal de Campanillas, rodeada de despropósitos desde sus inicios. El estado de abandono es tal que cuesta creer que ese solar de escombros, pintadas y malas hierbas fuera en su día un equipamiento destinado a los vecinos de la zona.
El deterioro es total y aquellas instalaciones se han convertido en foco de ratas y de mosquitos por el agua estancada en lo que otrora eran dos piscinas. Los vecinos de la zona llevan años pidiendo una solución para un entorno en el que sólo encuentran silencio. La presidenta de la asociación de vecinos Evolución de Campanillas, Carmen Fernández, no piensa rendirse porque "los vecinos lo están pasando fatal y hemos denunciado el tema por activa y por pasiva al Ayuntamiento".
Aunque los daños en el interior de las instalaciones son incuantificables, siguen empeñados en que se mantengan, al menos, las piscinas y se puedan reabrir en un futuro durante el verano. Su reclamación contrasta con la postura del propio Consistorio que no está por la labor de promover su recuperación apoyándose en las conclusiones de un informe encargado a Cemosa, realizado el año pasado, y en el que se recomendaba la demolición de toda la instalación debido a su mal estado de conservación. A ello se añade que cualquier intervención obligaría a realizar inversiones elevadas, difícilmente asumibles por un potencial socio privado sobre el que hacer recaer la explotación del equipamiento.
Pero más allá de lo que ocurra finalmente, Fernández criticó que el Ayuntamiento malagueño no haya atendido las peticiones planteadas a la Junta de Distrito de Campanillas para que actúe frente a los mosquitos que aseguró que surgen del agua estancada en las propias piscinas.
No es el único foco. Los vecinos del entorno de la urbanización Roquero achacan la masiva afluencia de estos insectos a la existencia del arroyo Rebanadillas, que discurre justo entre las instalaciones municipales y las propias casas. Según la presidenta vecinal, "este año la Junta de Andalucía ha limpiado al fin el arroyo después de muchos escritos, pero mosquitos sigue habiendo". Ahora se está a la espera de que la Gerencia Municipal de Urbanismo ejecute un proyecto de encauzamiento y acondicionamiento del arroyo, y que espera que mejore la situación.
La presencia de mosquitos en la zona, más palpable al parecer desde hace unas tres semanas cuando empezaron a subir las temperaturas, fue también constatada por otros vecinos del entorno de la calle Fausto de Campanillas , como María José Cabra que señaló que "no podemos salir a la calle a partir del atardecer porque nos comen".
Para Inocencio Fernández, ex concejal y vecino también de Campanillas, "la situación no tiene nombre" y criticó el origen de un problema que "hemos pagado entre todos y lo hemos abandonado desde lo público". Tanto es así, indicó que "ha habido niños que han terminado incluso en el hospital por las picaduras". Sobre los mosquitos, el área de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de la capital aseguró ayer no tener constancia de las quejas de los vecinos con respecto al posible foco que están suponiendo las piscinas de Campanillas. Es más, fuentes municipales señalaron que el servicio de control de plagas acudió al arroyo, pero que al comprobar que discurre con agua no se detectaron larvas y no se intervino.
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