Antonio Fuentes Bujalance. Magistrado del Juzgado de lo mercantil número 1

"Un emprendedor no puede acabar liquidado con su empresa"

  • En un juzgado colapsado, su titular habla del derecho de los clientes a demandar a los bancos y de la futura modificación de la ley concursal y sus posibilidades

-El colapso en los juzgados de lo Mercantil no es una novedad, pero sí que se deba a avalanchas de demandas por la cláusulas suelo.

-Los juzgados de lo Mercantil han sufrido desde hace siete u ocho años que comenzó la crisis, porque ha golpeado a las empresas fundamentalmente. Y la norma concursal, en teoría, se elaboró para intentar salvar a las que pasaban dificultades económicas, lo que hizo que los procesos concursales se disparasen a partir de 2008. El colapso es la tónica habitual, ahora han bajado el número de concursos, por el momento, pero los hemos sustituido por las famosas cláusulas suelo. En volumen supone más que los propios concurso, pero quizás no sean tantas demandas de cláusulas suelo, porque las personas que han firmado una hipoteca son miles en este país y, obviamente, hay muchísimas que tienen una cláusula suelo y están en su derecho de demandar la nulidad de esa cláusula, además de las cantidades que se han cobrado en la aplicación de esa cláusula.

-¿Cree que todos los bancos deberían haber hecho lo que las tres entidades financieras condenados por el Tribunal Supremo y haber eliminado a sus clientes la cláusula atendiendo a que la habían vendido en los mismos términos que los bancos con sentencia firme?

-Yo lo que tienen que hacer los bancos no lo voy a valorar, porque al fin y al cabo no dejan de ser empresas privadas y cada uno tomará las decisiones que tenga que tomar. Lo que sí es un hecho objetivo es que de las tres entidades financieras que fueron condenadas por el Supremo a la eliminación de las cláusulas suelo no he visto prácticamente demandas en este juzgado. Y no es casualidad, si quitas la cláusula suelo, habrá muchos clientes que lo consideren suficiente y no se planteen pleitear.

-Pero todas más o menos se firmaron con el mismo criterio y casi todos los bancos tienen ya alguna sentencia en contra. Porque fue abusiva la manera de incluirla.

-La cláusula de limitar el tipo de interés hacia abajo que hace el banco no es abusiva, lo abusivo es el sistema por el que se incorpora al contrato. Cuando haces un contrato se supone que has negociado las condiciones del contrato. En los contratos masivos, como son los hipotecarios, normalmente las cláusulas no se negocian, el banco te da información básica, pero nunca nadie leerá en un contrato de préstamo hipotecario la palabra cláusula suelo. Eso es un término que se está empleando ahora. En ningún sitio se dice si el Euribor baja tanto que sepa usted que como mínimo va a pagar esto. Y es a eso a lo que se refiere el Supremo, porque en un sistema de contratación masiva hay una parte débil, que es el consumidor, personas que no tienen capacidad de análisis de las situación financiera, de la evolución de tipos y sencillamente lo que hay que explicárselo. El Supremo dice que es un cláusula que no está resaltada en el contrato.

-¿Sirven de algo las audiencias previas?¿Llegan a negociar banco y cliente?

-Una de las ideas básicas de la audiencia previa era que se llegase a un acuerdo y que no hubiese juicio, aparte de otras finalidades. Pero en el ámbito de las cláusulas suelo no está sirviendo, porque o el banco no ofrece nada o lo que ofrece no le interesa al cliente. Lo que no me cabe ninguna duda es que si se pudiese ir más rápido con la resolución de los temas, quizás hubiera más acuerdos; me da la sensación de que a alguien no le viene mal que los pleitos duren mucho, en estos casos. Nosotros no podemos forzar un acuerdo, más elemento para forzar un acuerdo que el hecho de que la mayoría de las demandas se estiman, poco más se puede hacer.

-Málaga es de las provincias con más sentencias favorables al cliente, con la ventaja añadida de que se está estimando la devolución de las cantidades pagadas por la aplicación de esta cláusula, algo que el Supremo no contempló en su sentencia. ¿Se están intentando colar demandas de otras provincias?

-Para demandar en materia de consumidores y usuarios, los juzgados competentes para conocer esas demandas son los del lugar del domicilio del consumidor, no se permite elegir otro. Es una norma que les beneficia porque si Bankia tiene su sede social en Madrid y da hipotecas por toda España, lo que no podemos hacer es que el cliente de La Coruña o de Almería se tenga que desplazar a Madrid. Pero tenemos el problema de la diferencia de criterios de las distintas Audiencias Provinciales en el tema concreto de la devolución de las cantidades, unas lo aplican desde el inicio, otras desde que se interpone la demanda. Málaga tiene el más favorable posible al demandante, la devolución desde el inicio, con lo que uno intenta meter la demanda aquí, porque sabe que la resolución le será la más favorable posible. Nos hemos encontrado gente que se cambia el empadronamiento al piso de la playa que tienen en Torremolinos o Fuengirola y que viven en Córdoba.

-¿Y se estiman?

-No, se les indica que no somos competentes y no se les acepta la demanda en este juzgado. Demande usted en Córdoba, en Ciudad Real o en Jaén o donde sea.

-¿Se encuentran muchos casos?

-Sí, hace poco en una demanda donde se han acumulado muchas partes, de más 200, la mitad no tenían domicilio aquí y la razón que daban es que como la hipoteca se la da Unicaja y tiene la sede social en Málaga, pues demandan aquí. Es un problema añadido, intentamos detectarlo, pero con el volumen que tenemos a lo mejor alguna se nos ha colado.

-¿Como solucionaría los problemas de colapso que sufren los juzgados de lo Mercantil?

-En Málaga muchos juzgado están mal y no hay varitas mágicas. Llevamos años diciéndolo, que tenemos la ratio de juez por habitante más baja de toda Europa. ¿Cómo se soluciona? Pues poniendo más medios. Siempre pongo un ejemplo muy sencillo: Si tienes diez litros de agua, necesitas 10 recipientes en los que quepan. Si tienes 3, pues se soluciona poniendo 7 más. ¿Eso quiere decir que hay que crear un montón de juzgados? No, no estamos hablando ni siquiera de crear juzgados, porque este juzgado es la prueba. Aquí hay dos jueces y la plantilla que hay es prácticamente la de un juzgado. El trabajo de oficina es muy laborioso, los funcionarios se matan a trabajar y entonces se puede dar el caso de que una plantilla pensada para un juzgado pueda trabajar con dos jueces y con ello se va a resolver normalmente el doble. Hay que ser un poco imaginativo y buscar soluciones. Aquí hay un refuerzo, pero quizás ahora mismo hubiera que poner otro más.

-Los concursos de acreedores tuvieron su boom hace algunos años, ¿se ha pasado la moda o es que ya no quedan grandes empresas en la provincia que no hayan pasado por aquí?

-Por desgracia han desaparecido muchas empresas, aunque la situación económica parece que está empezando a mejorar levemente y eso también tendrá que ver con que los concursos hayan descendido. Sencillamente era el momento económico, que era desastroso, y que produjo toda esa avalancha de concursos de acreedores. De todas formas, en Alemania por ejemplo, se presentan al año sobre 40.000 o 50.000 concursos de acreedores. Proporcionalmente al número de habitantes son muchos más de los que se han presentado en España. Eso quiere decir que el concurso no se tiene que presentar como último recurso. El legislador lo que pretende es que sea una herramienta para intentar ayudar a las empresas que pasan dificultades. Pero si vas muerto, no te pueden reanimar. Si vas con vida, pero con una herida, pues a lo mejor se te pueden curar. Creo que se debería tener más cultura en este sentido, y se recuperarían más empresas; porque es más fácil recuperar una, que montar otra nueva.

-El Gobierno está preparando ahora otra modificación de norma concursal. ¿Qué plantea?

-Va dirigida a lo que se ha llamado la segunda oportunidad. Va a incidir todavía más, por los borradores que están circulando, en proteger de alguna forma a los emprendedores, sobre todo a los pequeños y medianos empresarios que fracasan en los proyectos, para que no acaben ellos muertos civilmente junto con su empresa. Si tú has intentado montar una empresa y te ha salido mal, lo que no puede ser es que acabes liquidado junto con tu empresa y tengas que vivir en la economía sumergida, porque vas a tener la mochila de la deuda toda la vida. Eso desincentiva mucho la capacidad de emprender de las personas. Donde hay más propensión a crear empresas es en los países que tienen una legislación mucho menos dura de la que hay aquí para los momentos en que se producen situaciones de fracaso empresarial. En la norma se van a valorar una serie de factores, como el deudor de buena fe. Hay mucha gente que actúa de buena fe, que no comete barbaridades y que sencillamente su pequeña empresa no ha salido adelante, pues se liquida la empresa y se imponen una serie de responsabilidades. No se trata de hacer un sistema de irresponsables, el que sea un irresponsable, no tendrá ese beneficio.

-Cuando esta modificación se apruebe, ¿podría provocar una avalancha de nuevos concursos?

-No sé lo que va a suceder, pero si alguien después de esta modificación ve que acudiendo al Juzgado de lo Mercantil puede, con unas determinadas condiciones, liberarse de la deuda de la que ahora no se puede liberar, pues obviamente yo acudiría al Juzgado de lo Mercantil. Y nos podemos encontrar, por tanto, con una nueva avalancha. A lo mejor acabamos con las cláusulas suelo y empezamos con otra cosa.

-¿Cuando está previsto que entre en vigor esa modificación?

-Yo creo que antes del verano, pero los tiempos de la política son como son y las decisiones de un día a otro cambian, por lo que hacer predicciones hoy en día es tirarse a la piscina.

-Entre los concursos de acreedores más recientes está el de la promotora Aifos, con los compradores de casas como los más perjudicados.

-Es la esencia del concurso, que todo el mundo acabe perjudicado.

-Pero los bancos menos que los demás.

-Exactamente, unos más que otros o, más bien, unos mucho menos que otros. Los que más, en este concurso de Aifos, la persona que estuvo ahorrando y entregó una cantidad. A un banco se le podrá deber mucho dinero pero tiene las garantías hipotecarias, que las ejecuta y encima coge toda esa cartera de crédito malo o tóxico, como le llaman, y lo traspasa al Sareb, que es una entidad que hemos creado entre todos los españoles y que la pagamos todos. Y, ¿qué daño ha tenido el banco? Pues si te pones a pensar, poquito. El pobre que entregó los 15.000, 20.000 o 40.000 euros, a ese no ha venido nadie a rescatarlo.

-Y difícilmente lo comprenden.

-Claro, pero el legislador ha decidido que en un concurso los acreedores se ponen en cola para cobrar porque no hay dinero ni bienes para todos. Hay unos que tienen preferencias, el legislador ha querido que sea una cola y no una línea. Porque si fuera una línea estaríamos todos en la misma posición y repartiríamos proporcionalmente; todos van a perder, pero al menos a todos les llega algo. El problema aquí es que los primeros puede que arramblen con todo .

-Al menos se lo ha explicado a todo el que se lo ha preguntado.

-La gente, cuando pasan este tipo de situaciones, lo menos que se puede hacer es explicárselo. He dedicado muchas horas a recibir a trabajadores y clientes de Aifos. Y la gente me agradece que le haya hablado con franqueza.

-Antes comentaba que parecía que ya se estaba viendo la salida de esta crisis.

-Las crisis económicas tienen salida, la propia historia las señala como cíclicas. El problema no es tanto que haya recuperación sino de qué forma se va a recuperar la situación, porque venimos de una época con un sistema donde los trabajadores tienen sus derechos, donde hay solidaridad entre las personas y creo eso es bueno. Quiero un país solidario, porque además se puede hacer.

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