Málaga

La fiesta de la bicicleta congrega a miles de personas en el centro

  • La buena climatología animó a cerca de 8.000 malagueños a recorrer varias calles de la ciudad en familia o disfrazados dentro del IX Día de la Bicicleta · Los niños fueron los grandes protagonistas

Sol, una temperatura casi veraniega, mañana de un domingo tranquilo, una bicicleta y las principales vías de la capital totalmente libres para circular sin miedo a ser atropellado por nadie. Es el sueño de cualquier ciclista, independientemente de su edad. Desde los pequeños hasta los ancianos. Hay contadísimas ocasiones en el año en las que es posible hacerlo y ayer era una de ellas. La capital malagueña celebró el noveno Día de la Bicicleta -organizado por el Ayuntamiento de Málaga con el patrocinio de Unicaja y El Corte Inglés- y fue un auténtico éxito de participación. Había 6.000 inscritos pero varios centenares se fueron incorporando sobre la marcha hasta el punto que, según la Policía Local, participaron entre 7.000 y 8.000 personas.

A diferencia de los maratones o las carreras ciudadanas, esta es una fiesta sin mayores pretensiones que pasar un buen rato. Nadie está preocupado por realizar el recorrido en el menor tiempo posible y no hay que utilizar la foto finish en el sprint final. De hecho, se mirara donde se mirara se veían principalmente dos cosas: familias completas y personas disfrazadas.

Enrique de Fez se apuntó al Día de la Bicicleta junto a su esposa y sus dos hijos pequeños. "Salimos con los dos niños y volvemos con los dos y en buen estado", afirmó entre risas. Viven en Teatinos y asegura que los fines de semana suele pasear con sus hijos por el carril bici. "Hemos decidido venir porque hacía un muy buen día y las carreteras estaban cortadas, así que no había peligro", comentó, a la vez que destacó como anécdota que sí hubo ciertos momentos de tensión porque se cortó el paseo marítimo de poniente al tráfico y había conductores que no se habían enterado, ocasionándose las oportunas caravanas, cambios de sentido y sonidos de claxon.

"¿Qué pasa ahora? ¿Otra vez está cortado el centro? Cuando no son las Fuerzas Armadas, es el Rocío, cuando no las bicis, la Semana Santa...", decía indignado un conductor en medio del barullo. El recorrido era de 11 kilómetros y ocupó buena parte de la capital -la carrera salió a las 10:30 de El Corte Inglés, siguió por Alameda de Colón, Muelle Heredia, paseo Antonio Machado, calle Pacífico y regreso hasta el Paseo de los Curas donde se puso la meta-, de forma que se originó un pequeño caos de tráfico en algunos momentos puntuales al juntarse el corte de vías con las miles de personas que iban a la playa.

Pero ayer era el día de la bicicleta y los conductores de motocicletas y turismos, que ya dominan la carretera todos los días de la semana, tenían que aguantarse. Cabe señalar que a las 12:00 ya había terminado la jornada por lo que fue relativamente rápido.

Los chavales fueron de los que más disfrutaron. Muchos iban vestidos con las camisetas del Málaga CF gracias al tirón del equipo con los fichajes del jeque, pero los padres también se lo pasaron en grande. Muchos de ellos incluso colocaron sillitas en sus bicicletas para pasear a los bebés o niños pequeños que aún no pueden coger la bici. Otros optaron por una especie de carritos que funcionaban a modo de remolque.

Los otros grandes protagonistas de la jornada fueron los disfrazados. La organización hizo un concurso en el que premiaba a los mejores disfraces para dar color y diversión a la cita y muchos asistentes no dejaron escapar la oportunidad. Claudia Romero iba de robot y fue una de las premiadas. Recibió una bicicleta pero tiene un problema: "Tengo tres hijas y ahora se van a pelear por ella", señaló. Romero estuvo una semana preparando el traje de robot. "Quería llevar algo original", subrayó, y tuvo mérito porque no es fácil conducir una bicicleta con semejante atuendo y porque, según reconoció, pasó bastante calor en la cara al tenerla completamente maquillada.

No pasaron desapercibidos un grupo de amigos que, en un gigantesco tándem en el que cabían casi una decena de ciclistas, surcaban las calles en un barco pirata creado para la ocasión. De Marge Simpson, de maruja, de Ferrari de Fernando Alonso y hasta de lápida había personas disfrazadas que no paraban de reírse y hablar de sus respectivos artilugios con el resto de los presentes.

El Ayuntamiento quería fomentar el deporte y el uso de la bicicleta como medio de transporte, dando a conocer que la ciudad ya cuenta con una red de 30 kilómetros de carriles bici. Objetivo cumplido. Ya solo resta que este tipo de actos puedan repetirse con mayor asiduidad y que el tiempo acompañe.

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