Málaga

La grieta que no cesa

  • El mal estado de las casas de Carranque es denunciado desde hace al menos dos décadas · En un escrito enviado a la Junta se apuntan desperfectos desde 1961

Carranque es un barrio que convive con las grietas en las paredes de sus viviendas desde hace décadas. Aunque no fue hasta hace una semana cuando los vecinos afectados reactivaron sus numerosas reclamaciones ante la Junta de Andalucía, anterior dueña de los pisos de la barriada, la realidad es que las primeras quejas que se hicieron llegar a la Administración regional datan de muchos años antes, al menos 21. Así lo constata la documentación a la que tuvo acceso este periódico y en la que queda constancia de cómo un vecino, por aquel entonces presidente de la comunidad de propietarios del edificio 74 de la Avenida de Andalucía, remitió desde 1991 en adelante hasta seis comunicaciones alertando de la situación en la que se encontraba el bloque ante la aparición de desperfectos en la estructura.

La primera de ellas, fechada el 28 de junio de 1991, resume a las claras un problema que se acabó dilatando en el tiempo hasta el momento presente, si bien a lo largo de este periodo la propiedad de los inmuebles ha pasado, en muchos de los casos, de la Junta a los inquilinos. "La vivienda que habito desde su fundación, en el año 1961 y que desde su fundación empezaron a aparecer grietas en la junta de dilatación de dicho edificio hasta el extremo que a los pocos años de habitarla parte del tejado se hundió", advertía el vecino afectado, que alertó de la aparición de nuevas grietas en el hueco de las escaleras desde el techo al suelo. La comunicación culmina solicitando a la Delegación de Obras Públicas que los técnicos del departamento "den fe del peligro que puedan ver o no en dichas grietas y su reparación si la hubiera antes de que cualquier accidente pueda ocasionar algún desprendimiento".

Estos precedentes refuerzan la idea que tienen los actuales propietarios sobre la falta de actuación por parte de la Junta, al punto de que se consideran "estafados" después de haber adquirido los pisos. Así lo expuso Miguel Rueda, presidente de la Asociación de Vecinos de Carranque, que espera mantener en los próximos días un encuentro con el delegado de Ordenación del Territorio del Ayuntamiento de Málaga.

Desde la Junta de Andalucía sigue sin aportarse una respuesta concreta a las demandas vecinales. Así lo expuso ayer el delegado provincial de Obras Públicas, Enrique Benítez, que sigue buscando una vía que permita financiar una acción de gran coste.

Precisamente, técnicos de Urbanismo giraron ayer visita al barrio para comprobar los posibles efectos que una obra de Gas Natural en la zona, que supone la apertura de zanjas en la vía pública, pudiera tener sobre las grietas ya existentes en edificaciones colindantes. Según el jefe de Arquitectura, Javier Pérez de la Fuente, no se ha observado "causa-efecto" entre los trabajos y los problemas de las viviendas, por lo que se autoriza a Gas Natural continuar con las obras. No obstante, se le propone que los sistemas de compactación del terreno "sean menos agresivas" para generar menos vibraciones.

Pérez de la Fuente expuso que según los diferentes estudios realizados, Carranque presenta "unas patologías serias estructurales debido al subsuelo, que tiene zonas en las que se producen alteraciones de aguas freáticas, lo que causa variaciones de la capacidad portante del mismo en los estratos superiores". Es decir, que aquellas casas con cimientos superficiales "tienen problemas de asentamiento, que es lo que causa las grietas".

Y por lo que se ve la solución no es sencilla, al menos en lo que al coste económico se refiere. Si bien no puso números, el responsable del departamento de Arquitectura municipal fue claro: "Una solución pasa por conectar la cimentación somera mediante micropilotes hasta estratos más profundos... Son valoraciones costosas porque afecta a la cimentación". Una de las vecinas afectada llegó a cifrar la pasada semana la intervención en unos 50.000 euros sólo en su casa. El escollo fundamental es que sin esta acción sobre el terreno, se antoja imposible que lo que hoy asusta a los vecinos tenga salida. "No podemos avanzar en la evolución de esa patología, pero mejorar por sí sola no va a mejorar; puede estar estacionada en el tiempo si las condiciones climatológicas no son negativas para la misma, pero también cabe la posibilidad de que empeore".

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