En las grandes ciudades de Málaga, difícilmente, se escuchará la voz de una mujer en primera línea. Entre las candidaturas a la Alcaldía de los 14 municipios de más de 20.000 habitantes que PP y PSOE tiene confirmados tan sólo hay ocho mujeres. El PSOE cerró la pasada semana la primera fase de sus primarias. En 14 de las 16 grandes ciudades malagueñas, únicamente se presentó un aspirante que, de facto, fue designado como candidato a la Alcaldía. Entre estos casos, hay unicamente tres mujeres: Emma Molina (Estepona), Rosa Arrabal (Nerja) y Micaela García (Alhaurín de la Torre).

Bien es cierto que en Ronda, la disputa estará, precisamente, entre dos féminas: Teresa Valdenebro, actual alcaldesa, e Isabel Aguilera, ex regidora y actual secretaria general del partido. En Fuengirola, la otra ciudad en la que se celebrarán primarias, se presentaron tres precandidatos, entre los que hay una mujer: la actual secretaria general, Carmen Segura. Con esta suma, el número de mujeres alcaldables podría llegar a cinco -de 16-, dos menos que en los anteriores comicios. En 2015, además de Valdenebro en Ronda, Arrabal en Nerja y García en Alhaurín de la Torre, estuvieron en las papeletas socialistas Inmaculada Agüera (Coín), Fuensanta Lima (Mijas), María Gámez (Málaga) y Encarnación Anaya (Rincón de la Victoria).

En las pasadas elecciones, el PSOE presentó siete mujeres y el PP, cuatro

El PP, por su parte, tiene confirmado 13 de los 16 alcaldables a estas grandes ciudades, entre los que hay cuatro mujeres: Mari Paz Fernández (Ronda), Margarita del Cid (Torremolinos), Ángeles Muñoz y Ana Mula (Fuengirola).

Entre los tres municipios que están en el aire, además, hay un nombre de mujer sonando con fuerza. En Alhaurín el Grande, Antonia Ledesma, actual alcaldesa por un partido independiente, suena como candidata popular en lo que sería su vuelta a las filas del PP. El mes pasado, ella misma confirmó que el acuerdo con el partido estaba "muy adelantado y cercano". En total, podían ser cinco candidatas, sin tantear lo que pueda suceder en Cártama y Coín, que, si fueran mujeres, en el más esperanzador de los casos, ascendería el número hasta siete -de 16-. En las pasadas elecciones, las alcaldables femeninas del PP fueron cuatro, tres que repetirán el próximo año -Mari Paz Fernández, Ángelez Muñoz y AnaMula- y Paloma García, que dimitió el pasado año como presidenta del PP de Benalmádena.

En España, la Ley de Igualdad modificó la Ley Orgánica de Régimen Electoral General introduciendo el "principio de presencia de género". Desde entonces, las listas electorales, para que sean válidas, deben tener una representación de cada sexo que no exceda un mínimo del 40% y un máximo del 60%. Para Micaela García, este 60-40 "está bien" pero no hace que las mujeres lleguen a las primeras filas porque en algunos casos, pese a cumplirlo, son relegadas a la parte baja, con la consecuente menor visibilización.

La socialista, que repetirá el próximo mayo, cree que estas cifras trascienden de lo accidental, ya que son "pocas" las mujeres que ostentan este tipo de cargos mientras que son muchas, y en situación de igualdad, las que forman parte de la militancia. Por esto, defiende, "las políticas activas en materia de igualdad e inclusión de la mujer aún no están produciendo efectos reales".

En una línea similar, la candidata del PP en Ronda, Mari Paz Fernández, achaca estas cifras dato a que "la igualdad no existe todavía en la vida real". "La sociedad todavía no ve en ocasiones a la mujer en puestos de responsabilidad", afirma la popular, consciente, por otra parte, de los avances que se están produciendo en este ámbito: "Estamos rompiendo barreras y cada vez hay más mujeres en cargos de responsabilidad".

Para Emma Molina y Rosa Arrabal, las dos candidatas oficiales restantes del PSOE en municipios con más de 20.000 habitantes, se trata por el contrario de una mera curiosidad, algo "circunstancial" porque, tal y como alegan, los cabezas de lista de las municipales salen de un proceso interno en cada municipio, las primarias, que están abiertas a cualquier militante y en las que las bases tienen la última palabra.