Málaga ayer y hoy

El icono 'femenino' que preside el puerto

  • La Farola A mediados del siglo XVIII se instaló una linterna en el primitivo muelle de Levante que dio origen al faro malagueño que no quedó terminado hasta 1817 y ha sufrido dos reformas

Es por excelencia uno de los iconos más señeros de la capital. El faro del puerto malagueño, uno de los tres de España que es conocido con nombre femenino junto a los de Ciudadela en Menorca y Santa Cruz de Tenerife, tiene su origen en una linterna que se instaló a mediados del siglo XVIII en el muelle de Levante, cuando éste aún estaba en construcción. Una vez terminado, se planteó la necesidad de establecer en su punta o morro una señal marítima más potente que marcara la situación de la embocadura del puerto. Fue entonces cuando, según el historiador Víctor Heredia, la junta de reales obras encargó al ingeniero de la Armada Joaquín María Pery y Guzmán la construcción de una edificación sólida y adecuada para instalar en su parte superior un fanal giratorio. La nueva torre quedó terminada en 1817.

Años más tarde, en 1854, se le añadió una vivienda para el farero en su base, proyectada por el ingeniero Ángel Mayo, y cuatro años después se modernizó el sistema lumínico para dotarlo de mayor alcance. La Farola fue reformada nuevamente entre 1909 y 1915, y fue cuando se le añadió una planta a su base, lo que dio origen a "la silueta que se ha convertido en uno de los símbolos más queridos de Málaga", aseguró Heredia. Junto a la base de la Farola estaba la batería de San Nicolás, donde ahora está el Club Mediterráneo, en cuyo terreno quedó incluida en 1953. Dentro de las instalaciones actuales de esta entidad se conserva la base semicircular, y además da nombre a una calle cercana.

Esta batería data de finales del siglo XVIII y llegó a estar artillada con 15 cañones y una dotación militar permanente. Formaba parte de las defensas del puerto junto con el castillo de San Felipe, la batería de San José en el Muelle de Poniente) y la de San Rafael, junto a la desembocadura del Guadalmedina. La confluencia de la escollera en el arranque del dique de Levante, según la ampliación ejecutada a finales del XIX, y de la batería generaba una pequeña playa y a salvo de miradas indiscretas con la pertinente vigilancia. El uso por parte de mujeres de estas playitas del entorno de La Farola hizo que los malagueños las conocieran como el "lavachochos".

Anteriormente La Farola y la batería marcaban el final del muelle de Levante, que dio origen al arenal que se convirtió posteriormente en el barrio residencial de La Malagueta.

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