Málaga

El impacto 'mínimo' de una torre de 135 metros

  • El estudio ambiental detecta varios puntos de la ciudad donde la incidencia es evidente

  • Gibralfaro, los paseos marítimos o la bocana de acceso al puerto...

El estudio de impacto ambiental encargado por la Autoridad Portuaria de Málaga a la firma Sfera para justificar la modificación de elementos que permitirá la construcción del hotel de 135 metros de altura en el morro de Levante minimiza el "impacto" visual y paisajístico que producirá la torre una vez sea ejecutada. Si bien los responsables del documento, entregado semanas atrás a la Gerencia de Urbanismo en el marco de la petición formal para adecuar el Plan Especial del Puerto, rebajan las repercusiones de la nueva edificación, lo que no hacen es obviar la existencia de "impactos" visuales que llegan a calificar de "mínimos".

De acuerdo con el análisis realizado, el equipo técnico confirma que hay varias localizaciones en las que el impacto es mayor: el Monte Gibralfaro, el Parque de Huelin, los paseos marítimos Antonio Machado y Pablo Ruiz Picasso, la bocana de acceso al puerto y el entorno de la Aduana. Son seis de los 15 puntos distribuidos sobre la geografía de la ciudad y desde los que, al situarse un observador de altura media, podrá observar el hotel. El estudio parte de la base de que el edificio podía llegar a los 150 metros, 15 más de los finalmente propuestos por el grupo inversor que proyecta su construcción.

De manera más pormenorizada, las comparaciones realizadas en Gibralfaro inciden en que se trata del punto "más crítico" desde el que la construcción "es más visible por cuestiones de altura, se da el mayor impacto detectado en todo el entorno de la ciudad en lo referente al campo de visión respecto al área de estudio". No obstante, se matiza que siendo "obvio" y "real" el impacto, el mismo es "mínimo" si se compara con todo el horizonte de estudio.

Otro de los puntos analizados es el entorno del Palacio de la Aduana, donde "la afección sobre el horizonte existe pero es mínima", aunque se destaca que al encontrarse en un horizonte más cercano con respecto al mirador de Gibralfaro, "el impacto de forma comparativa es mayor". El mayor impacto, se señala, se produciría en el punto de observación de la bocana del puerto, si bien se precisa que "por situarse en mar abierto, sería el menos transitable por su situación y la densidad de observadores previstos en este punto sería el menor con respecto a los demás puntos de estudio".

En el caso del Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso, se destaca que si el observador se sitúa en primera línea de playa "y en la ausencia de obstáculos, se producen modificaciones sobre el skyline y sobre el horizonte", aunque vuelve a considerar "mínimo" el citado impacto. En el otro extremo, en la zona del Paseo Antonio Banderas, el hotel provocará un cambio en el horizonte, dado que antes del edificio el campo visual "se centraba en la desembocadura del Guadalmedina y el muelle de descarga de contenedores pasando al escenario de proyecto donde se instala un hito singular en el horizonte".

Respecto a otras posibles ubicaciones, el estudio apunta que la percepción del edificio será "mínima" desde el Centro Pompidou, "debido a la pantalla visual que ejercen los edificios" de La Malagueta; por el contrario, sí será perceptible desde La Marina y Muelle Heredia.

Frente a los emplazamientos en los que el impacto es mayor, el documento subraya la ausencia de incidencia en la observación que se pueda realizar desde el Centro histórico de la capital. Algo a lo que contribuye la distancia existente entre el casco urbano y la parcela elegida para el edificio, situada a unos 1,7 kilómetros. "Está suficientemente distanciada de la delimitación del conjunto histórico", apuntan los redactores del estudio, que dentro de un capítulo específico sobre la posible afección a este BIC, llegan a plantear: "el paisaje urbano histórico goza de una identidad que les propia, pero ¿se debe conformar con esa identidad petrificada, una escenografía inmutable o debería continuar un proceso de ofrecimiento, que le aporte complejidad?".

Pero a modo de premisa para alcanzar ese objetivo, Sfera pone sobre la mesa la necesidad de "aspirar a que el diseño del edificio, además de ser un alarde de ingeniería contemporánea, sea también una creación estética que contribuya a ser un atractivo más de la ciudad de Málaga". Un deseo que choca con el hecho cierto de que el diseño del hotel ya está perfilado y acordado. Cumplidas estas consideraciones, concluyen: "la integración en el paisaje urbano de Málaga será completa".

Incluso, se ignora si en respuesta a los movimientos sociales y ciudadanos contrarios a la intervención, los redactores llegan a mencionar la existencia de "numerosos ejemplos donde inicialmente existían muchas reticencias a implantar nuevos hitos urbanísticos", haciendo referencia expresa a la Torre Eiffel, "rechazada por todos los estratos de la población, diseñada para ser desmantelada y, sin embargo, hoy día no se entendería París sin este gigante de acero de 324 metros de altura". Y apostilla: "el panorama urbano de Málaga va a cambiar, la cuestión es entender que este cambio será positivo".

Recreación del rascacielos proyectado en el puerto.

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