Tres años después de que la ordenación urbanística del antiguo Campamento Benítez iniciase su particular y ardua singladura, la tramitación administrativa parece llegar a su fin. La Consejería de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía emitió el pasado lunes el último de los informes sectoriales avalando finalmente las correcciones y ajustes que fueron reclamados al Ayuntamiento de Málaga el pasado mes de octubre.

Con la resolución positiva, según confirmaron fuentes de la Administración autonómica, resta solo la publicación definitiva del plan especial del sector en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) para dar por cerrado este capítulo del proyecto. De facto, ello abre la puerta de par en par para que el Consistorio ponga en marcha la maquinaria mediante la que transformar las 28 hectáreas de suelo del antiguo espacio militar y su conversión en un parque de uso ciudadano.

El delegado territorial de Medio Ambiente, Adolfo Moreno, confirmó estos extremos y apuntó la posibilidad cierta de que en un plazo de 15 días pueda estar publicado el documento. "En la línea de colaboración que tenemos queremos solventarlo todo pero con garantías y una vez que hemos visto que está garantizado, hemos hecho la propuesta", expuso Moreno.

Si bien la Gerencia de Urbanismo impulsó unas primeras obras de adecuación de la parcela por valor de 1 millón de euros, el grueso de las actuaciones sigue pendiente de desarrollo. Muestra de ello es que hoy está pendiente de adjudicación el concurso que en agosto de 2015 tramitó este departamento municipal para la ejecución de los nuevos accesos a la futura zona verde. El último paso dado por la Junta deja el camino despejado al Consistorio para concretar el y las inversiones necesarias para adecuar la parcela.

"Hasta que no se publique no voy a encargar la redacción de los proyectos", dijo el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, semanas atrás. Un mensaje que afectaba al diseño final del parque y a la obra de intervención sobre el arroyo El Cañuelo, exigida por la Dirección General de Planificación y Gestión del Dominio Público Hidráulico. Las estimaciones municipales apuntan que será una obra que requerirá de año y medio o dos años, lo que aboca la terminación de uno de los proyectos estrella del alcalde, Francisco de la Torre, a 2019.

Las exigencias de este departamento regional, ya subsanadas, obligan a Urbanismo a realizar ajustes de consideración en la primera idea que tenía para el parque. Una de ellas era la construcción de un canal paralelo al arroyo El Cañuelo para garantizar el desagüe ante una avenida de 500 años. Ese canal cruzará de parte a parte la futura zona verde.

El plan especial aprobado inicialmente en febrero de 2014 dibujaba sobre este espacio verde, cedido por el Gobierno central en septiembre de 2013, pistas deportivas, una senda de cross de en torno a 2 kilómetros de longitud y zonas de estancia ciudadana, al tiempo que planteaba la obtención de una parcela privada de 30.000 metros cuadrados para un equipamiento que sirva de complemento al parque. A la tardanza de la Administración regional hay que sumar el impacto que tiene sobre la intervención el informe de Aviación Civil, que obligó a Urbanismo a tapar el estanque ejecutado en el centro de la parcela. Su finalidad era doble: de un lado, servir de referente estético; de otro, ser un depósito para el riego de las zonas verdes. La negativa del organismo forzó ha provocado un quebranto económico para las arcas municipales de unos 70.000 euros.