Málaga

Los inspectores dan el alta a casi el 40% de los trabajadores que ven en la revisión

  • El absentismo vuelve a crecer, tras haber caído en los años de la crisis

  • Los problemas óseos y musculares son los que más incapacidad temporal generan

Los inspectores médicos están muy denostados. Pero a ellos le corresponde velar por el correcto uso de las bajas laborales para que no haya una utilización indebida ni abusos de cara a garantizar la sostenibilidad del sistema. El año pasado, estos facultativos concluyeron que casi en el 40% de los casos revisados no procedía prolongar más la incapacidad temporal (IT) y que el paciente debía reincorporarse a su trabajo. Estos profesionales son siempre reticentes a hablar de fraude o abuso, simplemente sostienen que son situaciones en la que la baja ya no se justifica.

Los datos concretos son los siguientes: de los 10.068 pacientes vistos en la Unidad de Valoración Médica de Incapacidades (UVMI) en 2016, 3.908 -el 38%- fueron dados de alta. Es decir, enviados a trabajar; bien por los inspectores o por su médico de cabecera, a instancias de la UVMI.

La duración media de las bajas en la provincia de Málaga es de 37,1 días

Pero es más. La mera citación por parte de la Unidad o bien coincide con la mejora del proceso patológico o actúa como un elemento disuasorio para prolongar la baja más allá de lo debido. De los 17.049 trabajadores llamados a control por la Inspección, ubicada en la calle Córdoba, 4.901 -el 29%- se dieron de alta con antelación a la fecha de revisión.

Los más de 17.000 trabajadores con IT llamados a control suponen el 14% de la 125.077 bajas registradas en 2016 en la provincia. La cifra puede parecer baja, pero tiene su explicación. Hay casos en los que es evidente que hay una utilización correcta de la incapacidad temporal, como ante una operación, una hospitalización o un tratamiento oncológico. De modo que los inspectores se centran en aquellos pacientes en los que puede haber un uso no adecuado de las bajas. O, según palabras del coordinador de la UVMI, Antonio del Corral, "en los que haya dudas sobre la veracidad de la incapacidad temporal y de la necesidad de que continúe".

Ese 14% de trabajadores de baja son citados por la Inspección porque superan el tiempo estimado para su recuperación, porque lo solicita su médico de cabecera o porque lo demanda la mutua. En este último caso, los inspectores no siempre dan la razón a estas entidades colaboradoras. De las 6.613 propuestas de alta remitidas por las mutuas, la UVMI resolvió que el empleado debía volver a trabajar en el 86% de los casos. En el 14% restante mantuvo la baja.

Las estadísticas de la Unidad tiene datos llamativos. Por ejemplo, que el absentismo laboral cayó durante los años de la crisis y ahora que hay ciertos brotes verdes, vuelve a subir. Por tomar algunos elementos de comparación, en 2008 fue del 3,10% -porque había 3,10 trabajadores de baja por cada 100 asegurados-, en 2010 bajó a 2,25%, en 2013 continúo cayendo y se situó en el 1,57%. En 2016, ya era otra vez más alto: el 2,20%. Sin embargo, era menor que la media andaluza, situada en 2,38%.

En términos absolutos también se aprecia esa caída y posterior subida, en la misma línea descendente y ascendente que la economía. En 2012 hubo 111.439 bajas; en 2013, 105.583. A partir de ahí, con los primeros vientos de mejoría, las bajas empezaron a subir. Un total de 109.668 en 2014, 118.851 en 2015 y 125.077 en 2016. ¿Por qué se produce ese valle justamente en los años en los que más castigó la crisis? ¿Mera coincidencia? ¿Miedo a perder el trabajo? "Puede ser, pero no dejan de ser interpretaciones", responde Del Corral en relación a que el temor a quedarse sin empleo fuera la causa de esa caída. "Se habla del presentismo, que es cuando hay gente que está trabajando cuando debería estar de baja", acota el coordinador de la UVMI.

Pero lo cierto es que ahora la tendencia es a que se incremente el absentismo. Un 18,4% en 2016 con respecto a 2013. En cambio, en ese periodo, las altas han aumentado menos; exactamente un 12%, al pasar de 105.181 en 2013 a 129.388 en 2016.

El año pasado se registraron 4.802.253 días de baja. La duración media de la IT en la provincia fue de 37,1 días. El 20% de la población trabajadora tuvo a lo largo del año una baja; una cifra superior a la media autonómica situada en el 16%. Las enfermedades que más bajas generan son las musculoesqueléticas, seguidas de las respiratorias y las digestivas. Las que originan IT más prolongadas son también en primer lugar las musculoesqueléticas, seguidas de los traumatismos, los trastornos mentales y los tumores; en ese orden. Hay otro dato que sorprende. Los jóvenes de 16 a 24 años son los menos en el conjunto de trabajadores. Sin embargo, son los que proporcionalmente más bajas generan. En cuanto a la prevalencia por edad, a medida que los trabajadores son más mayores hay más bajas. Pero también en este apartado sorprende que los jóvenes tienen un peso mayor del que se piensa, una realidad que se sospecha puede deberse a los traumatismos.

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