Con el verano llegan las tan ansiadas vacaciones. Para muchos es el momento de disfrutar de unos días de descanso, fuera de las obligaciones laborales. Pero para algunos trabajadores el alcanzar estos días le han supuesto algún que otro quebradero de cabeza. Las discrepancias entre empresario y trabajador por los periodos vacacionales llegan, incluso, a los juzgados de lo Social, que a lo largo de un año reciben en torno a una veintena de casos cada uno, por lo que la cifra se eleva a unas 300 denuncias -Málaga tiene 13 juzgados de lo Social-, según informaron a este periódico fuentes judiciales.

"La principal alegación que llega a los juzgados es de trabajadores que no pueden descansar durante el periodo de vacaciones debido a que han sufrido algún tipo de enfermedad. Esta es la novedad de este año en los motivos de la reclamaciones", aseguran dichas fuentes. Estos trabajadores reclaman sus vacaciones ya que consideran que los que les ha ocurrido "es más una baja por enfermedad que unos días de descanso". El 99% de las reclamaciones que llegan a los juzgados son interpuestas por los empleados. "Las empresas, por lo general intentan evitar la vía judicial", afirmaron las fuentes.

Los conflictos para cuadrar las vacaciones se han quedado en un segundo plano. Convenios colectivos hacen que empresas y trabajadores acuerden los periodos vacacionales sin necesidad de llegar a la vía judicial. "Hace años estaba a la orden del día denunciar a la empresa porque imponía el periodo de vacaciones. Ahora, tras muchas negociaciones, no ocurre esto. Los trabajadores podemos elegir hasta 15 días de vacaciones entre junio y septiembre y el resto del periodo vacacional lo elige la empresa", explica la presidenta del Comité de Empresa de Eurocén Europea de Contratas, subcontrata de Telefónica Móviles, María de los Ángeles Ibarre. "Los cerca de 800 trabajadores de la empresa disfrutan de sus vacaciones en las fechas escogidas. Además, ante los conflictos que puedan ocurrir en las semanas más demandas, se sortean las vacaciones", aseveró Ibarre.

En empresas como El Corte Inglés son los propios trabajadores los que se ponen de acuerdo en el reparto de sus vacaciones, aunque se suelen dividir en dos turnos: uno de 21 días y otro de 10.

Otras de las causas que también ha propiciado que disminuyan este tipo de conflictos es que "muchos trabajadores temen perder su empleo si reclaman los periodos vacacionales", aseveraron fuentes judiciales.

En las instituciones públicas este tipo de conflicto no suelen darse. En el Ayuntamiento de la ciudad se acordó, mediante negociación colectiva, que los empleados públicos disfruten, como mínimo, de 22 días hábiles de vacaciones preferentemente entre julio y septiembre. "Las vacaciones se conceden procurando complacer al empleado en cuanto a la época de disfrute, debiendo existir acuerdo entre el personal de la misma dependencia. Cuando no existe acuerdo, la distribución se realiza por sorteo", explicaron fuentes del Consistorio.

En la Diputación provincial la distribución de las vacaciones sigue el mismo patrón. "Los trabajadores son los que se reparten los días de vacaciones y en el caso que una fecha sea muy solicitada se procede a un sorteo", explicaron fuentes del ente supramunicipal. El único órgano dependiente de la Diputación que no se rige por esta normativa es el Centro Cultural Provincial, ya que sus empleados disfrutan de las vacaciones en agosto, mes en el que la instalación permanece cerrada.

A los juzgados malagueños también llegan casos en los trabajadores de contratos temporales de tres meses reclaman un periodo vacacional. "En estos casos lo que hace la empresa es dar una compensación económica por dichas vacaciones", recalcaron las fuentes judiciales, que puntualizaron que "la Ley no permite que se paguen las vacaciones puesto que este periodo es para descanso del trabajador, pero en casos concretos como el de un contrato de tres meses sí se hace".