Málaga

Unos ladrones roban con un tractor un cajero de Cartaojal

  • También intentaron llevarse la caja fuerte de la sucursal de madrugada, pero acabaron abandonándola en su huida

Los vecinos de la pedanía antequerana de Cartaojal sufrieron en la madrugada del lunes un sobresalto. Sobre las 2.00, unos ladrones arrancaron de cuajo el cajero automático de la entidad bancaria de Unicaja con la ayuda de un tractor, provocando un estrepitoso ruido que levantó a más de un curioso para ver qué estaba ocurriendo. Sin embargo, "nadie pudo ver nada, ya que los ladrones actuaron muy rápido y cuando los vecinos llegaron al lugar ya se habían marchado", explicó para este periódico, la directora de Unicaja en Cartaojal, Enriqueta García. Pero para los delincuentes, el plan tampoco les resultó fácil. A pesar de que lograron llevarse el cajero, fue un robo frustrado ya que no consiguieron abrir la caja fuerte.

Según explicó García, los ladrones "robaron un primer tractor del cortijo Garay, pero se metieron en una acequia y se les volcó el tractor. En un segundo intento fueron a por otro tractor y con éste se desplazaron hasta Cartaojal. Arrancaron el cajero, destrozaron la valla del restaurante Caro y salieron por la parte de atrás campo a través. A unos siete u ocho kilómetros en dirección a Villanueva de Algaidas, dejaron el cajero pero la caja fuerte estaba bloqueada y al comprobar que no podían abrirla, la abandonaron".

Horas más tarde y escoltada por la Guardia Civil, la entidad bancaria conseguía de nuevo la caja fuerte. "Un vecino recogió la caja fuerte con la pala de su tractor y la llevó escoltada por dos coches de la Guardia Civil hasta la oficina. Allí los técnicos soldaron la caja y la abrieron dos horas después", manifestó la citada fuente.

"Pasamos mucho disgusto y un mal rato enorme", afirma la dueña del restaurante Caro, Cristina Caro, quien aseguró no haber visto nada a pesar del "escandaloso ruido que formaron los ladrones tras llevarse el cajero. Nos asustó y nos impresionó bastante pero cuando nos asomamos para ver qué estaba pasando ya se habían ido y nos dimos cuenta del destrozo que habían hecho. Los ladrones huyeron por el aparcamiento del restaurante hasta llegar a los olivos. Para ello, tiraron una valla metálica de unos 10 metros de longitud y un gran macetón. Había pedazos del cajero por toda la calle y por el suelo del aparcamiento y muchas huellas de ruedas de un tractor. Afortunadamente no ha pasado nada pero el susto aún lo tenemos".

Este tipo de robos se produjeron con cierta asiduidad hace unos dos años en distintos puntos del país. Los ladrones llegaban a cortar las carreteras con árboles para evitar la llegada de la Guardia Civil.

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