Málaga

El mismo Metro, las mismas dudas

  • La declaración de interés metropolitano del tranvía al Civil y la reactivación de las obras en el tajo de El Corte Inglés marcan el arranque del nuevo año

Vista del lateral norte de la Alameda y, al fondo, de la obra del Metro.

Vista del lateral norte de la Alameda y, al fondo, de la obra del Metro. / Javier albiñana

Unos 12,2 millones de viajeros se habrán subido a los coches del Metro de Málaga desde que arrancó su explotación el último día del mes de julio de 2014. En los 29 meses transcurridos, la imposibilidad de acercarse al Centro de la ciudad merma de manera evidente el éxito de un medio de transporte nacido para mover del orden de 21 millones de pasajeros anuales. El devenir de los acontecimientos, por el contrario, no permite augurar la llegada a la Alameda al menos hasta dentro de dos años, en los que, en el mejor de los casos la demanda real se mantendrá en poco más de los 5 millones de pasajeros.

La sombra que se cierne sobre el proyecto ferroviario lejos de difuminarse se mantiene intacta, acechando tanto al presente como al futuro inmediato de la infraestructura. La losa que lastra el avance del suburbano encuentra su origen en el casi eterno enfrentamiento institucional, que bloquea la terminación de la red en los términos pactados, y en el estancamiento de una parte del trazado en obras, que fuerza a anular las últimas previsiones de llegar al Centro en el verano de 2018. El objetivo de alcanzar el corazón de la ciudad, puesto sobre la mesa cuando en el año 2004 se contrataron los trabajos de construcción, no se alcanzará hasta la primera mitad del año 2019.

A dos años vista, el Metro se enfrenta a un ejercicio clave. 2017 verá la 'muerte' definitiva del tranvía al entorno del Civil o su resurrección; será testigo de la reactivación de los trabajos de terminación del tramo Renfe-Guadalmedina, de 713 metros (con un túnel de doble nivel), y sobre el que pasan ya 82 meses sin que la actuación esté concluida.

La resolución de conflictos se le acumula a la Administración regional en esta primera parte del año. Tras confirmarse el anunciado divorcio con el Ayuntamiento por la prolongación en superficie del ramal de Carretera de Cádiz hasta la zona norte, la Consejería de Fomento puso en marcha a principios de año el trámite para declarar de interés metropolitano esta parte del recorrido. Tal denominación, que ha de contar con el visto bueno del Consejo de Gobierno andaluz, le abre la puerta a la Junta para impulsar la licitación y contratación del tranvía al Civil incluso sin el aval municipal.

Pero siendo ello factible, no lo es pensar en que puedan empezar las obras de una infraestructura de este calado sin la mínima colaboración por parte del Ayuntamiento. Un apoyo que, de acuerdo con las posiciones hasta ahora mantenidas, queda totalmente descartada. De cumplirse la hoja de ruta prevista, el alcalde, Francisco de la Torre, responderá negativamente al mecanismo autonómico, formalizando de manera institucional la posición contraria del Ayuntamiento a que se ejecute.

Un pronunciamiento que, a priori, empleará Fomento para hacer responsable al Consistorio de la ruptura del trazado acordado en noviembre de 2013 y que formaba parte de un protocolo de intenciones rubricado por el propio De la Torre. Y ello, conduce a la vía judicial. Tanto el alcalde como el consejero del ramo, Felipe López, ya apuntan a este escenario como previsible para solventar la fricción entre las dos partes.

La incapacidad de las dos administraciones por encontrar un punto de entendimiento abocan al Metro a un escenario de mínimos. No llegar al Civil, de acuerdo con las estimaciones de la concesionaria, implicará restar del orden de 3 millones de viajes, con la consiguiente traducción en el aumento de los costes de explotación.

La rémora económica es especialmente significativa si se relaciona con la demanda. La aportación realizada por la Junta en los dos años y medio transcurridos desde la inauguración del Metro se sitúa ya en los 145 millones de euros, a los que hay que sumar otros 65 millones para este ejercicio. El estado de insostenibilidad se mantendrá hasta 2020, cuando el Metro podrá al menos alcanzar los 18 millones de pasajeros al llegar a la estación Atarazanas.

Para cumplir este último hito, Fomento tendrá que desbloquear el rescate del tramo Renfe-Guadalmedina, sin actividad desde hace ya año y medio. Aunque se esperaba una solución rápida tras acordarse los términos económicos con la adjudicataria original, Grupo Ortiz, la tramitación administrativa aplaza el acuerdo al menos hasta finales de febrero. Será en ese momento cuando la consejería tendrá vía libre para licitar la terminación de los trabajos de este tajo. Los parámetros iniciales marcan un plazo inicial de 22 meses, con una inversión de unos 23 millones de euros.

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