Málaga

Una muestra de capacidades

  • Una carpa en la Acera de la Marina resume el trabajo que hacen los enfermos mentales en los talleres

La exposición es pequeña, pero su intención es grande. Una carpa instalada en la Acera de la Marina exhibe desde ayer los trabajos que los enfermos mentales realizan en los talleres ocupacionales con el objetivo de acabar con el estigma que pesa sobre esos pacientes.

La iniciativa se ha hecho otras veces en hospitales o en centros sanitarios, pero nunca se había llevado a la calle. “Queremos que la gente comprenda que las personas con problemas de salud mental son lo mismo que las demás; pretendemos dignificar la salud mental porque estas personas tienen sus derechos, como nosotros”, resumió el presidente de la Asociación de Familiares con Enfermos de Esquizofrenia (Afenes).

En la carpa hay cojines, bufandas, adornos, pinturas y macetas realizadas por los enfermos. No sólo pueden verse. También pueden comprarse. Los precios son muy asequibles. El dinero recaudado se destina luego a excursiones y a actividades de ocio con los pacientes.

Llaman la atención los cuadros. Algunos parecen hechos por profesionales. En realidad, han sido pintados por adolescentes con trastornos de anorexia que son tratadas en la Unidad de Salud Mental Infantojuvenil del Hospital Marítimo. También hay jabón, que los enfermos hacen a partir del aceite usado, y sales de baño, elaborada por ellos con sal gorda, esencias y colorantes, según detalló ayer el jefe de enfermería de Salud Mental del Hospital Clínico, Emilio Andrade.

Visto desde fuera, algunas artesanías parecen muy infantiles. Pero Mercedes López, monitora de la comunidad terapéutica del Hospital Marítimo, destaca la importancia de los talleres ocupacionales y de las actividades que se organizan con los pacientes. “El primer paso es demostrarles que pueden hacerlo, que cojan confianza y que se sientan seguros”, explicaba ayer mientras algunos viandantes que pasaban frente al antiguo edificio de la Diputación se acercaban a husmear de qué iba aquel montaje.

La actividad forma parte de la I Semana de la Salud Mental, una iniciativa propiciada por Afenes para tratar de reducir el estigma que existe contra esos enfermos y que además incluye conferencias de expertos en la materia.

Juan José Muñoz, también monitor de la comunidad terapéutica, explicó que los trastornos mentales graves a veces bloquean al individuo, no le dejan ganas de vivir y recortan sus capacidades. “Les cuesta disfrutar y hay que volver a inculcárselo”, comentaba.

Para ello y también para que recuperan habilidades perdidas a causa de la patología, los monitores organizan salidas al cine, de compras o excursiones. Cosas habituales entre el resto de las personas, pero que a los pacientes les sirven para ganar autonomía. “También le enseñamos a cocinar”, aclaraba Mercedes.

En los talleres ocupaciones hay pacientes de patologías diversas. Pueden estar en la comunidad terapéutica durante un par de meses o hasta dos años. Este es el tope porque la idea es que recuperen independencia y confianza en sí mismos y luego hagan una vida lo más normal posible. El tratamiento es individualizado según el plan que marque el psiquiatra. Andrade aseguraba que los pacientes ven la muestra con mucha satisfacción. “Viven con ilusión ver expuestos sus trabajos. Es una recompensa y se la merecen”, insistió.

El intento de la asociación de familiares de que la enfermedad mental se vea con normalidad no hay que despreciarla. Según los psiquiatras, una de cada cuatro personas sufre a lo largo de su vida una patología de este tipo. Aparte de la esquizofrenia o la psicosis, también la anorexia, la bulimia, la ansiedad y la depresión son enfermedades mentales. Familiares y profesionales insisten en que hay que derribar el estigma porque puede tocarle a cualquier familia.

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