medio ambiente

Las 'natas' de Málaga no son peligrosas

  • La UMA y Costas buscan colaborar para elegir sedimentos con menor porcentaje de arcilla a la hora de regenerar las playas para minimizar su impacto

Las natas que tan mala imagen dejan en las playas malagueñas ni se forman por culpa de las aguas residuales ni son peligrosas ni contaminantes. Lo que ya se vislumbraba hace un año como la hipótesis más probable cuando se inició la primera investigación científica para resolver este enigma se confirma. No hay lugar a dudas y la causa de este fenómeno es totalmente natural motivado por el tipo de sedimento arcilloso que forma la arena de las playas de la provincia.

Ni hay microbios, ni agua no depurada ni aceites en ellas. La explicación que tanto revuelo ha causado sobre el origen de las natas y que dio el pasado lunes la concejal de Playas en el Ayuntamiento de Málaga, Teresa Porras, es una verdad a medias. "Cuando vamos a la playa, nos echamos la cremita, y al mezclarse con la arena arcillosa se crea la espuma, no es nata, es como la espuma del caldo del puchero". Su aspecto puede ser similar al tradicional plato, pero nada de cremas.

La composición de estos desagradables agregados flotantes es de origen animal en un 90%, en concreto arcillas microscópicas no visibles para el ojo humano y que de media tienen un tamaño de cinco micras (la millonésima parte de un metro). Es la conclusión definitiva del pionero proyecto, que han financiado todas las empresas de agua de la costa de la provincia, y que coordina el profesor titular del departamento de Química Inorgánica, Cristalografía y Mineralogía de la Universidad de Málaga, Francisco Ignacio Franco, el mismo que extrajo las primeras conclusiones sobre las muestras tomadas por la empresa pública de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Axarquía, Agua y Saneamiento de la Axarquía (Axaragua) el año pasado. A su juicio, Porras trató de "hacer una similitud de apariencia, pero hacer esas comparaciones pueden llevar a un error".

Hasta ahora se daba por hecho que la falta de depuración de algunos municipios y el vertido de aguas residuales directamente al mar era la causa. Pero tras analizar las 42 muestras de natas que se han tomado en distintos puntos de la provincia y en diferentes épocas del año desde el mes de julio del año pasado, la hipótesis de la que partía este estudio se ha convertido en realidad, puesto que el 95% de ellas tenían un origen mineral y solamente en dos había un mayor porcentaje de microalgas.

Estos minerales son absolutamente inocuos para la salud al estar compuestos por cuarzo, calcita, caolinita y mico, presentes en las rocas de la provincia y los mismos que "cuando están en suspensión en la atmósfera y llueve dejan un polvo rojizo sobre los coches", explicó el experto.

En el caso del mar, las arcillas están en suspensión en el agua y debido a las corrientes generan turbidez, pero no es que "el agua esté sucia ni contaminada", aclaró Franco, que aseguró que se trata de la composición natural de los sedimentos malagueños y que impiden que sea cristalina como en otros lugares salvo cuando hay mar en calma.

La calidad del agua está, por tanto, más que garantizada pese a la presencia de las natas puesto que los dos parámetros que se usan para determinar su contaminación es la medición de la cantidad existente de dos tipos de microbios: los enterococos intestinales y la bacteria Escherichia coli. Y ninguno ha aparecido en las muestras analizadas.

Es cuando hay temporales de levante cuando las natas hacen acto de presencia en el agua. La razón, según Franco, es que "las olas se adentran en la playa arrastrando hasta el mar los sedimentos arcillosos que hay en una zona que no suele ser lavada por el agua".

Hacer que desaparezcan de las playas no será posible, aunque a raíz de las conclusiones de este pionero proyecto sí se podrá minimizar su impacto. De hecho, este grupo de investigación tiene previsto reunirse próximamente con los responsables de la Demarcación de Costas de Málaga para tratar de mejorar la calidad de los sedimentos que se utilicen para la regeneración de las playas. Para ello, habrá que ver de dónde se traen.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios