Málaga

Las niñas solidarias de La Luz

  • Dos pequeñas de 8 y 9 años se cortan la coleta y la donan para que fabriquen pelucas para niños con cáncer

  • Ver a la abuela, que padece un tumor de mama, sin pelo fue el origen de su decisión

"Porque vi a mi abuela sin pelo". La explicación para que a una niña de 8 años se le ocurra cortarse el pelo y donarlo a una asociación que fabrica pelucas para pacientes oncológicos es así de simple. Pero Inmaculada García no sólo tomó esa decisión. También convenció a una amiga de 9 años, María del Carmen Robles, para que siguiera sus pasos.

Así que el jueves pasado a las 17:00 estaban las dos en la peluquería de Cristina Díaz, en la barriada malagueña de La Luz, su barrio, para cortarse la coleta. Las dos tenían el pelo por la cintura y salieron con una bonita melena hasta los hombros.

El pelo de ambas se ha entregado a la asociación Mechones Solidarios

La peluquera -que colabora con la asociación Mechones Solidarios y que con este fin ya ha cortado unas cuantas coletas- confesaba que era la primera vez que cortaba el pelo a dos niñas para su donación. "Y es un buen pelo, virgen, sin tintes", añadía.

La abuela de Inma lleva varios meses luchando contra un cáncer de mama. Le dieron quimioterapia y se le cayó el pelo. Inma la vio así y aquello fue lo que marcó su decisión. Cuentan que cuando la pequeña y su madre salían el jueves hacia la peluquería, al abuelo se le escaparon algunas lágrimas.

Minutos después de las 17:00, Cristina daba el tijeretazo a la coleta de Inma. Un poco más tarde, a la de Maricarmen. La donación debe ser por lo menos de una melena de 20 centímetros. Ambas niñas eras las candidatas perfectas porque tenían el pelo por la cintura.

Inmaculada Hurtado, la madre de la niña de 8 años, confiesa que se quedó anonadada al conocer la decisión de su hija. La pequeña sabía de la posibilidad de donar pelo por una madre de su colegio -Nuestra Señora de La Luz- que pertenece a Mechones Solidarios. Así que tras la quimio de su abuela lo tuvo claro. Hace unos días, cuando fue a peinarse para la comunión, comentó que después de este evento se cortaría la melena. "Me dejó sorprendida, pero pensé que eran cosas de niños", admite la madre. Se equivocaba. Tras la comunión, no sólo se mantuvo firme, sino que convenció a su amiga Maricarmen.

Así que su madre se tuvo que poner a buscar por internet peluquerías que colaboraran con esta iniciativa solidaria. La idea de las niñas no es para despreciar. Una peluca puede costar de 300 a 1.000 euros. De esta forma el precio se abarata considerablemente. Incluso, a algunos pacientes oncológicos sin recursos y a los niños menores de 14 años se les da de forma gratuita.

"Estoy orgullosa. Se lo he dicho a todo el mundo", comentaba emocionada la madre sobre el gesto de su hija. Relataba que el grupo de whatsapp de la familia echaba humo de tantas felicitaciones.

Mientras Maricarmen esperaba para que Cristina le cortara el pelo, sostenía: "Ya hace mucho calor. Mejor así, más corto para el verano". Como Inmaculada también se lo iba a dejar por los hombros. La peluquera les donó el corte, conmovida por el gesto de las niñas. Las pequeñas aclaraban que donan el pelo para que se fabriquen pelucas para los niños enfermos de cáncer.

"Ahora tu padre va a tener más fácil lo de secarte el pelo", le decía Inma a su hija. Contaba también que el fotógrafo que le hizo los retratos de la comunión le prometió regalarle una sesión de fotos si cumplía su palabra de cortarse el pelo. Así que ya puede ir preparando el objetivo...

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