Hoy es el día a partir del cual los notarios podrán celebrar bodas, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Jurisdicción Voluntaria, por la que estos asumirán hasta una treintena de funciones que hasta ahora eran exclusivas de los jueces y con la que se pretende aliviar la carga de trabajo de los juzgados. Se trata de uno de los aspectos más llamativos de esta reforma, que también otorga a estos profesionales la potestad de autorizar divorcios. Esto supone toda una revolución para el notariado, que, sin embargo, no será completa hasta el 30 de junio de 2017, cuando los fedatarios puedan también iniciar los expedientes matrimoniales, una tarea previa a la boda y que, precisamente, "es la que más tiempo conlleva". Este trámite seguirá estando en manos del juez encargado del Registro Civil, por lo que, según subrayó Ramón Blesa, vocal por la provincia de Málaga del Colegio Notarial de Andalucía, se conseguirá descargar "solo en parte" a los juzgados.

Así, una vez que las parejas cuente con dicho expediente, podrán elegir entre que los case un secretario judicial, el alcalde o algún concejal, o cualquier notario que sea competente en función del domicilio de los contrayentes. Para esto último solo tendrán que ir a la delegación notarial de Málaga o directamente a cualquier notario particular.

Por otro lado, la ley también permite que los ciudadanos puedan separarse o divorciarse ante notario, siempre que sea de mutuo acuerdo y que no haya menores a cargo o mayores dependientes. Además, también se exige que, junto al notario, intervenga un abogado. Los notarios consideran que podrán reducir, manteniendo la seguridad jurídica, el tiempo de entre seis meses y un año que transcurre actualmente en la tramitación en la vía judicial. Estos trámites, tanto el de las bodas como los divorcios, tendrán un coste económico, como cualquier otra actuación notarial, aunque "no será muy alto".