El futuro de uno de los más simbólicos edificios de Málaga capital, La Equitativa, sigue sin definir. Tras activar el pasado viernes la petición de licencia para convertir la manzana oriental del inmueble, como informó ayer Sur, en un hotel de 5 estrellas, con capacidad para 80 habitaciones, la propietaria mayoritaria de esta parte, con el 97%, Key International, informó a este periódico de que en el plazo de un mes aproximadamente tiene intención de presentar también la documentación para solicitar otro permiso de obras pero con el fin de habilitar una treintena de viviendas. Mientras que la inversión hotelera podría rondar los 14 millones de euros, en supuesto de mantener el uso residencial la cifra sería de unos 6,5 millones.

La mercantil mantiene, de este modo, viva las dos opciones, supeditando el camino final a la posición que adopten los dos propietarios minoritarios asentados en la parte de la construcción. En concreto, se trata de la propietaria de una de las viviendas y el dueño de un local comercial situado en los bajos, que suma el 3% de la superficie. Hasta la fecha ambos han venido rechazando el uso hotelero, sin que hayan prosperado las negociaciones y contactos mantenidos.

En ningún caso queremos molestar a los vecinos. Otros hacen cosas raras, nosotros no"

Jaime Ardid, uno de los administradores de la sociedad Alameda Retail, vinculada a la propiedad, fue claro al admitir que el deseo de la firma pasa por el uso hotelero, para lo que durante algunas semanas se mantuvieron contactos con varias cadenas interesadas, "pero hemos cortado cualquier contacto por la posición de los propietarios minoritarios; vamos a ver si nos contestan", expuso. Al tiempo, admitió que el dueño del local desde el primer momento se opuso a ese destino, defendiendo más el residencial. "En ningún caso queremos molestar a los vecinos", dejó claro el representante de la empresa, quien añadió: "otros hacen cosas raras con los vecinos, nosotros no". Y esa aceptación, como ya informó este periódico el pasado mes de marzo, es clave. Porque si bien técnicamente se puede buscar el modo de que el uso hotelero no les afecte, sin tocar zonas comunes, sí se necesita de su autorizacion, por ejemplo, para intervenir en las fachadas, que requerirían de una acción estructural.

En este escenario, de haber cambio en el parecer de ese 3% de la propiedad, la idea de hotel se formalizará, con la posibilidad de culminar la tramitación administrativa necesaria en un plazo de entrega 6 y 8 meses. A partir de ahí, los trabajos de adecuación del edificio, que incluirían una intervención más ambiciosa sobre las fachadas de la parte baja de La Equitativa. El número de habitaciones potenciales iría entre 80 y 92 habitaciones. Las primeras si la inquilina decidiese aceptar el hotel pero se mantuviese dentro del edificio (se le garantizaría un acceso y salida independientes); las segundas, en caso de que el acuerdo incluyese la salida de esta propietaria.

"Se ha presentado esto porque ya lo teníamos avanzado", explica Ardid en alusión a la petición de licencia para hotel, pero acto seguido precisa que el próximo mes "presentaremos también el proyecto de viviendas". En este supuesto, la tramitación podría ser de entre 5 y 6 meses. La inversión también sería inferior, de unos 6,5 millones y los plazos de ejecución podrían ser inferiores.

Lo que sí queda claro es que la recuperación definitiva de La Equitativa pasa irremediablemente por dos proyectos. De un lado, la que lidera Key International por medio de Alameda Retail, correspondiente a la base del inmueble; de otro, la que está en manos de Ingomar, poseedora de la sección del edificio que incluye la torre. Sobre ello, Ardid es claro al señalar que "va a haber un proyecto conjunto" y señala que la pretensión de Ingomar parece apuntar a la de ejecutar viviendas en su parte del inmueble.

El bloque de La Equitativa fue obra de Manuel Cabanyes y Mata y Juan Jáuregui Briones, que culminaron su construcción en 1956. En la actualidad, acoge varios locales comerciales en sus bajos, algunos de los cuales están desocupados, así como 27 viviendas en su interior, la gran mayoría sin inquilinos. El edificio lleva el nombre de la empresa de seguros que en 1943 adquirió los terrenos donde antes se había levantado el palacio de la familia Larios. Está integrado en la base de datos de arquitectura contemporánea elaborada por la Junta de Andalucía, en el que se destaca cómo aprovecha su posición "privilegiada" para dotarse "del carácter emblemático que las compañías de seguros acostumbraban, utilizando recursos racionalistas y decorativos". Con una superficie construida de 4.125 metros cuadrados y una altura máxima de 42 metros, el inmueble se plantea como articulación del volumen del cuerpo menor, de ocho alturas y la torre, de 14, retranqueada en el plano de fachada hacia la Alameda Principal, y dispuesta asimétricamente en este frente para convertirse en el foco visual que preside la calle Larios desde la Plaza de la Constitución.