Malas noticias para aquellos que habían planeado pasar el fin de semana disfrutando del sol y la playa, porque más que coger color pueden pillar un buen constipado. Sin embargo, si es un amante de los deportes acuáticos puede aprovechar las olas que estarán presentes en las playas de la capital al menos hasta mañana, según las previsiones. A quienes no le ha venido nada bien estas olas han sido a los vecinos de Sacaba Beach, que han sufrido más de un destrozo. "Nos hemos levantado esta mañana [ayer] y el muro estaba destrozado", contó Luis Muñoz, un vecino de la zona. El fuerte oleaje que sacudió ayer la playa de la zona hundió unos diez metros del muro perimetral de la urbanización dejando vía libre a la entrada de agua y arena que poco a poco fue llenando la zona.

La peor parte se la llevó el bar Paco", un negocio en primera línea de playa, contiguo al paredón . "Cuando hemos venido a trabajar hemos visto que se había caído una parte del muro y que estaba entrando el agua por el salón, pero no pensábamos que sería para tanto", contó el dueño del bar. Cuál fue su sorpresa cuando la marea rompió con mucha más furia y su negocio se vio afectado. "Luego se cayó la otra parte del muro y las olas hundieron la persianas y rompieron las cristaleras". El agua se filtró en más abundancia por el negocio dejando algunos deterioros más, "se fue la luz al principio, todo el mobiliario de madera se ha mojado y también algunas neveras en las que el agua al llegado al motor. Tendremos que evaluar los daños". Ayer por la tarde Rafael junto con algunos trabajadores y amigos terminaban de limpiar mientras el mar seguía chocando, a esa hora con menos potencia.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se paseó ayer por la zona para revisar la gravedad de los desperfectos y hablar con los vecinos, quienes pedían encontrar una solución eficaz a esta situación que según afirmaban no era la primera vez que ocurría. "Hasta que no pongan una escollera y refuercen el muro, esto seguirá pasando", manifestó Gloria, una de las vecinas. "Tenemos que estudiar con calma pero con rapidez las posibles soluciones para reforzar los muros y ver si podemos rehacer la escollera que hay pero que ha quedado casi enterrada por la arena o si introducen nuevas", apuntó De la Torre. Por ahora, en los próximos días, cuando el temporal amaine se procederá a limpiar la zona que ha quedado casi invadida por el agua y la arena.

Por suerte el agua no causó desperfectos en las viviendas ni tampoco daños a ningún vecino que a media tarde recuperaban la calma aunque la inquietud no desaparecía del todo, "nos queda aún algo de miedo porque dicen que en unas horas habrá un repunte y tenemos que se caiga el resto del muro", confesaba Susana, otra de las vecinas.

Según apuntan las previsiones, al menos hasta mañana el temporal seguirá residiendo en la provincia, eso sí, con menos potencia.