Pasear por algunas calles de la ciudad puede llegar a suponer todo un reto si se tiene en cuenta el lamentable estado en el que se encuentran. Las últimas lluvias, la falta de reformas o el vandalismo hacen que los desperfectos de los barrios de la capital salten a la vista con un simple paseo. Ahora que la lluvia ha dado tregua y la ciudad recupera su normalidad, todavía quedan calles en las que el agua se ha quedado estancada. Es el caso de la calle Distancia, en la zona de Monte Dorado, que carece de asfalto y lleva inundada desde que empezaron las primeras lluvias. Los vecinos aseguran que el olor del agua es cada vez más insoportable. Justo ayer se decidieron a arreglar esta situación porque para hoy tenían previsto elaborar en la calle una paella por el Día de Andalucía y los mismos vecinos, con la ayuda de una excavadora, aplanaban la zona. Aún así, este arreglo es temporal porque en cuanto empiezan a circular los coches, el agua sale de nuevo a la superficie.

Los desperfectos en la calzada se encuentran por casi todas las barriadas. Las zonas del campus de El Ejido y del Camino de San Alberto, en Carlinda, son de las más deterioradas de la capital y las lluvias han hecho aún más visible el problema.

Señales de tráfico inclinadas y a punto de caer al suelo y un aparcamiento para bicicletas que alguien ha intentado arrancar del suelo, se encuentran en el Hospital Materno y en La Malagueta, desde hace algún tiempo. Y no se puede olvidar que las torres de alta tensión de la Colonia de Santa Inés acompañan a las cada vez más numerosas urbanizaciones que se instalan en la zona, mientras los vecinos luchan por su eliminación.