Málaga

"Mi perro es como si fuera mi hijo, nunca lo habría abandonado"

  • Uno de los vecinos rescatados en helicóptero cuenta que, si no le hubieran dejado llevarse a 'Tyson', se habría subido con él a un tejado

"Sabía que se lo podía llevar el agua. Llevo cinco años con él, es como si fuera un hijo y no iba a abandonarlo". Antonio Olmedo se ha convertido en uno de los protagonistas inesperados de las últimas inundaciones tras ser rescatado en un helicóptero junto a Tyson, su mascota, cuando estaba en el capó de su vehículo. La imagen de este vecino de Cártama con el animal en brazos fue difundida por la Guardia Civil.

No esperaba tal repercusión, tampoco que el fin de semana del que disfrutaba en casa de sus padres junto a Lorena, su pareja, marcara un antes y un después en su vida. La tromba de agua, que desbordó el río Guadalhorce, les pilló por sorpresa, pese a que Málaga estuviera en alerta por fuertes precipitaciones. "No llovió durante la noche ni hacía viento y no me lo tomé en serio. Empezó sobre las 7:00", precisa Antonio. Pero cuando quisieron ya no podían salir de la casa, ni ellos ni el resto de vecinos: "Nos habíamos quedado aislados". Su novia añade que en cuestión de una hora y media "el río ya estaba en la puerta". "Fuimos a pasar la noche allí con tranquilidad. Nos vimos sorprendidos por la riada y nadie nos avisó, ni siquiera Protección Civil", se lamenta la mujer.

Unos vecinos de la zona acudieron a la vivienda de Antonio en busca de refugio. Su padre solicitó ayuda a la Guardia Civil. El sonido de un helicóptero que poco después sobrevolaba la zona los llenó de esperanza. Las indicaciones de uno de los residentes con un paraguas permitieron a los efectivos deducir que era esa familia a la que estaban buscando. En un primer momento tuvieron que rescatar a seis personas. Antonio quiso ser el último en abandonar la parcela. "Primero nos puso a salvo a nosotros y después dijo que sin su perro no se iba, aunque en ningún momento le pusieron pegas. Lo tiene desde que era pequeño", señala Lorena. Los funcionarios le indicaron que debía subirse a un vehículo para proceder al rescate. "No me podían sacar desde donde estaba el resto. Ellos se habían subido al techo de uno y yo tuve que desplazarme a otro porque la hélice corría peligro. El agua me llegaba al pecho, aunque no cubría el capo del coche, un Peogeot 106 que se me echó a perder", relata el hombre, que en ningún momento se planteó renunciar a su mascota. "Si se hubieran tenido que ir sin mi perro me habría subido con él a un tejado", asegura convencido de que no se habrían ahogado porque el agua "no llegaría a más de dos metros".

Los vecinos cuentan que en ninguna de las tres inundaciones que ya han sufrido otras veces el nivel había subido tanto. "Fue mucha la que cayó y demasiado rápido", destaca. Lorena agrega que su novio "no reaccionaba" y que fue "impactante" el momento en el que vio cómo el helicóptero se aproximaba a él. Al miedo del que Antonio todavía trataba de recuperarse se sumaba la incertidumbre por no haberse subido nunca en un avión. Una vez arriba, se derrumbó. "Antes solo pensaba en salir de allí. Si no es por la Guardia Civil me habría quedado abajo y no sé si habría subido más el agua. Se arriesgaron mucho para salvarnos. Me tranquilizaron", expresa.

Los agentes condujeron a los rescatados hasta una explanada, donde unos residentes les ofrecieron ropa. "Nos recogieron y ya nos pudimos ir a ducharnos y a contar la anécdota", narra su pareja.

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