Málaga

Unas 4.000 personas apoyan en la calle las reivindicaciones de los bomberos

  • Masiva manifestación con la presencia del líder de Podemos, Pablo Iglesias

  • El colectivo acusa al PP de "desmantelar" el servicio

Unas 4.000 personas apoyan en la calle las reivindicaciones de los bomberos

Unas 4.000 personas apoyan en la calle las reivindicaciones de los bomberos

Un estruendo de bocinas, incesante, marcó el ritmo de desfile de las cerca de 4.000 personas que ayer se echaron a la calle para apoyar las reivindicaciones del Cuerpo de Bomberos. Una asistencia masiva, rebajada a unos 2.000 por la Subdelegación del Gobierno, compuesta por varios cientos de operarios del dispositivo antiincendios de la capital de la Costa del Sol, pero también por sus familiares y amigos, que viven en primera persona una huelga que se alarga desde cuarenta días y un encierro que alcanza la centena.

"El pueblo de Málaga está con sus bomberos" o "el pueblo está en la calle por su seguridad". Eran dos de los gritos que acompañaron el recorrido de la protesta desde su salida, alrededor de las 12:10, en la puerta del parque central de Martiricos, hasta su culminación, cerca de las 14:00, en la Plaza de la Constitución.

Se tiraron 30 millones para un museo de piedras preciosas, para enriquecer a duques"

A los muchos nombres anónimos que participaron activamente en la protesta hubo que sumar la presencia de un buen número de representantes políticos del ámbito local, con todos los portavoces de los grupos representados en el Consistorio (por Ciudadanos estuvo Alejandro Carballo, aunque en un segundo plano), si bien su presencia a la cabecera se vio ensombrecida por la atracción de Pablo Iglesias. El líder nacional de Podemos se convirtió en protagonista indiscutible en el arranque de la manifestación, siendo numerosos los que quisieron fotografiarse con él.

El acto de ayer, que permitió poner de relevancia la fuerza social de la reivindicación de Bomberos, el colectivo buscaba forzar al equipo de gobierno del PP y, en especial, al alcalde, Francisco de la Torre, a sentarse a la mesa de negociación. Un movimiento que ha rechazado en los últimos meses a pesar de tener en hasta dos ocasiones el mandato del Pleno.

"Los malagueños son conscientes de que lo que está entre manos es la seguridad de la ciudad", dijo Jorge Ramos, secretario de Administración del Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB), quien acusó al Ejecutivo local de impulsar en los últimos 15 años "una política de desmantelamiento del servicio que nos ha llevado al final a este punto: encerrarnos, declarar una huelga y estar a la espera de que den el paso de una negociación real para la resolución del conflicto, que es bastante sencilla, no es tan complicado". Según arguyó, el citado "desmantelamiento es a todos los niveles", tanto materiales como laborales, subrayando que es esa gestión la que ha llevado al servicio de bomberos de la ciudad "a estar a la cola del país".

A modo de resumen, como viene haciendo el colectivo en los últimos meses, exigió el aumento de la plantilla y su renovación, "ya que ronda los 50 años", así como la reclasificación del cuerpo. "Somos los bomberos que más horas hacemos de toda España; queremos que nos equiparen al resto de ciudades y pueblos de Andalucía y de España", apostilló.

Algunos, como José, bombero durante 34 años y jubilad desde seis, lo que ayer ocurrió por las calles del centro tendría que haber sucedido "hace mucho tiempo". Aseguraba incluso que ahora las condiciones son peores que las que él se encontró. El suyo es uno de los muchos testimonios que pudieron recabarse. Javier ponía el acento en el sufrimiento que, a su juicio, viene padeciendo el cuerpo "hace una pila de años". Y lanzaba un mensaje más próximo a la preocupación que genera el problema de los medios que dicen tener los operarios. "Tengo un amigo que vive por encima de una décima planta y no tiene posibilidad si hay un incendio", venía a confesar, aludiendo de manera directa a la polémica suscitada la pasada semana tras saberse que hay un brazo articulado de 42 metros de longitud que permanece averiado desde hace año y medio.

Almudena es la esposa de uno de los bomberos que ayer lucía encadenado, de manera simbólica, en el arranque de la manifestación. "Están siendo meses intensos", admitía, confesando que lo que más le preocupa en una situación como la actual es "su seguridad, que se juegue la vida sin tener los materiales en condiciones".

A Iglesias le tocó el turno de poner el broche final a la marcha, circunstancia que concitó el malestar de algunos de los representantes municipales que participaron en la misma. "Los bomberos son un ejemplo de lo que necesitamos para el siglo XXI, una ciudadanía que quiere desparasitar las instituciones de quienes las han convertido en un instrumento para enriquecerse y no para trabajar a favor de los ciudadanos", dijo, señalando que lo que está ocurriendo en este conflicto laboral es "el modus operandis de la trama mafiosa que tiene como mayor expresión política al PP".

"Aquí se tiraron por la ventana 30 millones de euros para hacer un museo de piedras preciosas y enriquecer a unos cuentos duques y a unos cuantos condes y lo que hace falta en Málaga es cuidar a sus bomberos, hace falta una plantilla que se rejuvenezca, hace falta una plantilla que trabaje menos horas.... las cosas se pueden cambiar y cuando la gente se moviliza los de arriba tiemblan", subrayó.

Por el contrario, el concejal de Seguridad, Mario Cortés, dijo que la manifestación fue "un fracaso" y criticó "la politización tan bestial" que está teniendo el conflicto. Por ello, consideró que los representes del comité de huelga "deberían replanteárselo y sentarse a trabajar de cara a enero de 2018 para ultimar los detalles" en relación con la reclasificación o el bajar las guardias".

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