Francisca ruiz moreno. vicedecana primera del colegio psicólogos de andaludía oriental

"Hay personas que pasan más tiempo en las redes sociales que en la vida real"

  • Denuncia que el modo de acoso ha cambiado y que ahora sus autores se protegen tras las redes sociales

  • Reivindica el nuevo Hospital Regional y duda de que vaya estar para 2024

La psicóloga en su consulta profesional.

La psicóloga en su consulta profesional. / FOTOGRAFÍAS: Javier albiñana

Las redes sociales, la tecnología, el móvil, el whatsapp, el teletrabajo son buenos o malos desde un punto de vista psicológico?

-Depende del uso que se les dé. Hay personas que pasan más tiempo en las redes que en la vida real. La parte buena de las redes sociales es que la gente se siente menos sola. La sensación de soledad no es la misma porque está siempre conectado. Pero el problema es que no aprendemos a estar solos y a disfrutar de nosotros mismos. Las redes sociales son un arma muy buena para personas con más problemas para relacionarse con los demás. Pero a la vez es un arma de doble filo si no sabes controlarlas o si estás todo el tiempo en las redes sociales. En psicología no se puede generalizar. Son una buena herramienta si se hace buen uso. Hay gente que vivía muy aislada y que está mejor. Personas que tenían dificultades para relacionarse con los demás y a las que las redes sociales les han ayudado. La otra parte es que nos aislamos de la vida cotidiana y de aprender a disfrutar de las personas que tenemos cerca.

Se pide permiso en el trabajo para ir al dentista, pero no para ir al psicólogo. El estigma de la salud mental continúa"

-Habla de la dificultad para relacionarse, ya que usted ejerce como psicóloga clínica ¿Ve mucha soledad?

-Hay mucho sentimiento de soledad. Cuando hay rupturas a la gente le cuesta mucho reiniciar una nueva vida y se siente sola. Cuando los niños se van de casa, cuando no tienen un trabajo... No tenemos cultura ni educación de disfrutar de la soledad y de nosotros mismos. Hay que mirarse hacia adentro y aprender a ser feliz solo. Los demás suman.

-¿Ahora hay más casos de acoso o trascienden más?

-Estadísticamente no lo sabemos. Creo que trascienden más y que el modo de acoso ha cambiado mucho. Las redes sociales protegen al acosador. No creo que haya más, sino que es distinto el método y hay más publicidad. Hay que hacer prevención para que los niños conozcan cuando es acoso. También se está pasando al otro extremo de que los niños utilizan la palabra acoso con cualquier tontería de patio de colegio. Es importante que aprendan a distinguir cuándo hay acoso y cuándo tienen que pedir ayuda. Twitter a veces es un arma para insultar... Muchas veces el acosador está resguardado detrás de una red social.

-¿La salud mental está minusvalorada respecto a la física?

Sí, sí, sí. Por supuesto. Hay un desconocimiento. La salud mental parece que no es salud. En el sistema público se ve con la prioridad que se da a otro tipo de intervenciones frente a la salud mental... Pero los propios usuarios pensamos que no es un problema. Si no es una patología grave -de las que hay pocas- parece que no es un problema. Y realmente hay mucho sufrimiento. La gente sufre mucho por cosas cotidianas, por dificultades de la vida real y no hay conocimiento de que eso también es salud mental y que se puede paliar, que un profesional de la psicología te puede ayudar.

-¿Y por qué?

-La salud mental es una disciplina nueva si se compara con la medicina. Comienza a principios del siglo pasado, del siglo XX, cuando Freud empieza a hablar del inconsciente y con otros autores que se dedican a la psicología y a la psiquiatría. Realmente tiene muy poco tiempo. Y sobre todo es porque se focaliza mucho en la patología y eso asusta. La salud mental tiene mucho estigma negativo asociado. Hay muchos trastornos cotidianos. Las consultas están llenas de dificultades cotidianas de la vida, de momentos de crisis vitales. Y en eso ayudamos, más que en patologías. La mayoría de los trastornos son ansiedad y depresión por cosas cotidianas de la vida.

-En una sociedad más hedonista, ¿tenemos menos capacidad de sufrir ahora que antes?

-Es el término resiliencia, la capacidad del ser humano de resistir ante las dificultades. Vivimos de espaldas al sufrimiento. No queremos ver que hay emociones negativas. Pero no pasa nada, tenemos que aprender a manejarlas y a convivir con ellas. Si estoy triste porque se ha muerto alguien querido o me ha dejado mi pareja ¡Claro que tienes que estar mal! Pero en general, no permitimos que la gente sufra. A nuestros amigos le decimos 'tienes que estar bien'. Pero hay un proceso para que la herida sane. Y nos da miedo, no queremos sufrir. Hay que normalizar las emociones negativas y aprender a llevarlas. Es complicado, es un proceso difícil. Cuando hay una pérdida, a veces hay otras pérdidas alrededor. Cuando te deja tu pareja o te echan del trabajo pasan muchas más cosas.

-Por cierto, la crisis ha afectado mucho supongo...

-Muchísimo. Nos educan para tener un proyecto de vida y a que vayamos cumpliendo determinados objetivos y patrones. A tal edad hay que tener una familia, un trabajo estable, una casa... Cuando todo eso se cae, te quedas sin objetivos, sin tu proyecto de vida. Y la crisis a muchas personas le ha roto su proyecto de vida. Es lo que se dice ahora que hay que reinventarse. Reinventarse con 20 años es muy fácil, pero con 50 no es fan fácil.

-¿Nos preocupamos pocos de la salud mental?

-Poquísimo. Hay un estigma. Asociamos salud mental con patología. Nadie pide permiso en su trabajo para ir al psicólogo; para ir al dentista sí. Seguimos teniendo un estigma. Hay que normalizar las emociones negativas y que hay profesionales que ayudan en momentos vitales y de crisis, a reconducir la situación.

-Hace psicología clínica ¿qué es lo más frecuente?

-Hay muchos trastornos de ansiedad y del estado de ánimo; no son depresiones graves. La mayoría de las veces son reactivas ante cosas que nos pasan, como rupturas de pareja, el miedo a la soledad, a envejecer solo, el miedo al futuro... Y entre la gente joven se produce por las exigencias, el estrés, la competitividad, la autoexigencia... Vivimos en un mundo que tiene que ser perfecto.

-Es difícil un consejo general, pero ¿qué les diría a las personas que lean esta entrevista?

-Primero hay que reconocer qué nos está pasando. El primer paso es decir por qué estoy triste. Cuando alguien tiene un síntoma de tristeza o ansiedad es por algo. Y que hay que buscar apoyos y soluciones. La mayoría de la gente que viene a mi consulta sabe por qué esta triste o ansiosa. Nosotros le damos una hipótesis explicativa para que lo entienda. Cuando uno entiende por qué está así, es más fácil encontrar las soluciones.

-Estas situaciones llegan también a centros de salud. ¿Diría que se medican demasiado estos casos?

-En los centros de salud, y es una de las demandas que hacemos desde el Colegio, si hubiera psicólogos filtrarían muchísimo estos casos. Evitarían derivaciones a salud mental.

-¿Algunos se solucionarían sin fármacos ni derivaciones a salud mental?

-Sí. Con una buena evaluación y una terapia breve se podrían reconducir. Ya hay tres comunidades autónomas hay un proyecto piloto con los psicólogos en atención primaria. Pero aquí en Andalucía no se incorporan a los centros de salud.

-¿Cuáles son las reivindicaciones en ese sentido?

-Más plazas para PIR [psicólogo interno residente] porque hay solo 135 para toda España, más psicólogos en atención especializada y la incorporación de los psicólogos a los centros de salud. Hay pocas plazas en todas las administraciones públicas en general; en los servicios sociales, juzgados, la mediación... No hay psicólogos en los colegios. Pedimos la incorporación del psicólogo en todos los ámbitos públicos. Si nos referimos sólo a la salud mental, ir al psicólogo por lo privado cuesta de media entre 60 ó 70 euros de una hora de consulta y las terapias son largas... Con un sueldo de mil euros no se puede afrontar.

-¿Hay salida laboral para los psicólogos?

-Desde lo privado sí. Pero desde lo público hay muy pocas salidas laborales. Esas 135 de PIR para ser psicólogo clínico son a nivel nacional... Además, para trabajar en atención sanitaria o clínica hay que hacer un máster profesionalizante y sólo hay 30 plazas por máster. Es otro embudo.

-Para tener salud física se aconseja dieta saludable y ejercicio. Para una buena salud mental ¿qué recomienda?

-Los psicólogos le llamamos factores protectores... La red de apoyo social y familiar es muy importante, pero no todo el mundo la tiene. Hay que hacer actividades lúdicas, de ocio... Ser consciente de mis dificultades para desarrollar una estrategia para abordarlas porque así se prevé caer en determinadas situaciones. Todos somos más vulnerables a algo. Si sé cuál es mi parte vulnerable y sé cómo controlarla, voy a prevenirlo. Eso es lo que enseñamos. Además, es importante tener objetivos, metas porque tu foco de atención lo pones en una cosa creativa y no en lo que no tienes y en la tristeza.

-Digamos no pensar tanto en lo que no se tiene, sino en lo que se tiene.

-Y en lo que puedo conseguir. Y por supuesto mejorar el autoconcepto de nosotros mismos. Si la gente se cree que es capaz de hacer cosas, las va a hacer.

-Pero la sociedad es dura porque si después no consigues empleo, ¿qué se hace?

-Hay que tener alternativas, no frustrarte a la primera. Porque a veces intentas algo y no sale. Hay que aceptar que las cosas no salen a la primera. Es difícil. Si veo cinco alternativas, puedo seguir intentándolo.

-¿O aceptarlo? Porque un parado de 57 años tiene difícil reinsertarse.

-Hay cosas que hay que aceptar. La aceptación no es rendirse. Hay cosas que no dependen de nosotros. La aceptación es comprender que es una situación real que tenemos y que debemos avanzar en otro camino.

-No se hablaba mucho del suicidio por el efecto contagio. Ahora eso ha cambiado un poco. ¿Es bueno?

-Hay polémica con ese tema. Es una realidad que pasa. Cuando se visibilizan las cosas, se previenen. ¿Hay más malos tratos desde que se habla de ellos? No. ¿Hay más embarazos no deseados desde que se habla de sexualidad a los jóvenes? No. Hacer visible una realidad nos va a ayudarla a conocerla y a prevenirla. Si sabemos que esa realidad existe, podemos estar alertas y ayudar. Lo que sí es muy importante cómo se trata ese tema. Y sobre todo, hacer prevención.

-Sobre violencia de género ¿Hay más casos o más sensibilidad?

-Se denuncia antes. Es más visible, hay menos vergüenza a reconocer que se está siendo maltratada. Y también la red de apoyo institucional es mucho mayor.

-¿Y se puede explicar?

-Es muy complejo. Creo que hay más a edades más tempranas porque las mujeres paran antes, permiten menos cosas. Es tan cultural... se permiten muchas cosas que son violencia de género de fondo, no hace falta que nadie te pegue para que sea violencia de género. Siguen habiendo situaciones de poder... hay situaciones que no son normales y las damos como normales. Es importante la prevención y la educación. Nuestras niñas siguen siendo víctimas de violencia de género y ya no debería pasar esto. Falta mucha concienciación. Es parte de la dependencia emocional... Pero es muy complejo.

-¿Qué le mejoraría a la provincia?

-La ciudad ha crecido muchísimo en los últimos años, para lo bueno y para lo malo y la provincia ha mejorado los accesos. Quizás haría falta un tren a Marbella.

-La Junta ha prometido el nuevo Regional para 2024 ¿Cree que se podrá cumplir ese plazo?

-Falta poco tiempo... Lo veo difícil. Es necesario y llevamos esperando muchísimo tiempo, las listas de esperas existen y los profesionales están desbordados. Desde Uprosama [unión de los 11 colegios sanitarios de la provincia] lo reivindicamos porque hace mucha falta.

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