El presidente de la Federación de Peñas, Miguel Carmona, presentó el lunes su dimisión a través de un escrito en el que explicaba que "ha llegado el momento de parar en este trabajo tan extenuante". Una decisión adoptada, según precisó, por prescripción facultativa", dado que su médico le ha aconsejado "dar un paso atrás en todas las actividades que ha venido realizando al frente de la Federación", ya que las mismas, "así como la responsabilidad que conlleva dicha presidencia", supone un "riesgo cierto" para su salud. Hasta ahí la versión oficial. En declaraciones a la Cadena Ser, Carmona denunció el acoso que ha sufrido por parte de unos peñistas de otra candidatura que denunciaron supuestas irregularidades y que él niega.

A su juicio, el grupo de detractores, a los que tildó de "perdedores que no aceptaron la derrota" tras las elecciones correspondientes al tercer mandato, le han hecho "la vida imposible" tanto a él como a su familia, con "insultos y difamaciones". "No me han llevado a los juzgados porque no hay nada, solo que no aceptaron la mayoría absoluta", recalcó Carmona, que fue reelegido por mayoría absoluta en abril del pasado año y que ostentaba el cargo desde mayo de 2013. Uno de los candidatos a la presidencia fue Manolo Curtido, que ayer aseguró a este periódico que las declaraciones del hasta ahora presidente "no se ajustan a la realidad", aunque apuntó que su intención ahora "no es hacer sangre del tema, ni leña del árbol caído". Pero eso sí, la valoración que hace de su marcha es "altamente positiva" dado que entiende "que había llegado el momento". Según destacó, por su parte no ha habido ningún tipo de "acoso" y recordó la "deuda importante" de la Federación, al tiempo que destacó el hecho de que, en los últimos días, "hayan dimitido cuatro directivos".

Con la renuncia del presidente, queda cesada en su conjunto la junta directiva, a excepción del secretario general que se encargará en los próximos días de convocar a la Comisión Gestora y que seguirá desarrollando su labor en funciones. Manuel Curtido, que fue vicepresidente primero de la Federación, insistió en la idea de transmitir "la unidad del colectivo". "Queremos que -los peñistas- estén tranquilos y unidos. Si se ha roto algo, lo recompondremos. Sacaremos esto adelante", remachó. Fue en 2017 cuando los tres ex consejeros de la comisión gestora denunciaron ante la Fiscalía tanto a Carmona como a la junta directiva al entender que incurrían en "irregularidades" en la gestión del organismo.