Trágico suceso en villanueva del trabuco Pasan a disposición judicial los detenidos

El presunto autor del doble crimen presumía de que iba a convertirse en sicario

  • Había manifestado a varios residentes de Archidona que así se ganaba mucho dinero · El arma que empleó se la robó a un vecino · La juez decretó prisión provisional sin fianza para él y el hermano de las víctimas, supuesto instigador

Lo había repetido en varias ocasiones, pero nadie lo tomó en serio. Miguel G. A., el vecino de Archidona considerado el presunto autor material del doble crimen de Villanueva del Trabuco, había manifestado en el pasado que su intención era convertirse en sicario "porque se gana mucho dinero". El domingo hizo realidad su macabro plan. Tras pactar el pago de 48.000 euros con el hermano menor de las víctimas, que pretendía apoderarse de la totalidad de la herencia paterna, acabó con la vida de Juan y Francisco Cabello, a quienes disparó en la cabeza con una escopeta que dos días antes había robado a un vecino. Los dos imputados en el caso ingresaron ayer en la prisión provincial de Alhaurín de la Torre tras prestar declaración ante la juez de Archidona que instruye el caso.

Según explicaron varios vecinos de este municipio de la comarca antequerana, en diversas ocasiones habían escuchado a Miguel alardear de que quería convertirse en asesino y cobrar por ello. "Me voy a meter a sicario, que se gana mucho dinero", aseguró a un grupo de residentes, una de las cuales no daba ayer crédito al carácter profético de estas palabras. "No se podía calificar como una persona peligrosa, pero sí de las que te perdonaban la vida cuando te miraba", lo definió otra de las personas que lo conocía, que precisó que se podía considerar "un lobo con piel de cordero".

Las fuentes consultadas señalaron que sobre Miguel G. A. siempre sobrevoló la sospecha de que se encontraba detrás de una serie de pequeños hurtos cometidos en la localidad, aunque nunca se pudo demostrar su participación en ellos. Pero el doble asesinato que cometió reveló que también llevaba a cabo estas prácticas delictivas, ya que el viernes sustrajo del coche de un vecino la escopeta de cacería con la que dos días después cometió los crímenes.

La víctima de este delito comunicó los hechos a la Guardia Civil, aunque inicialmente no se vincularon estos hechos con los ocurridos en Villanueva del Trabuco. La conexión se estableció cuando Miguel y el presunto instigador de las dos muertes, José C. P., declararon ante los investigadores.

Las citadas fuentes señalaron que el arma fue localizada en un río del municipio, donde presuntamente la había arrojado el supuesto autor material de las muertes, que acompañó a los agentes para ubicar el lugar exacto donde se encontraba.

Los vecinos señalaron que podría haber robado la escopeta porque recientemente le habían retirado la suya y suspendido el permiso de armas.

Miguel y José pasaron ayer a disposición de la juez de Archidona que lleva el caso. A su llegada al juzgado del municipio en sendos furgones de la Guardia Civil, ambos se mostraron tranquilos. No ocultaron sus rostros y, ante la expectación moderada de un grupo de vecinos, se mostraron ausentes.

El primero iba vestido con ropa de cazador, mientras que el segundo llevaba el mono de trabajo azul con el que fue arrestado.

La declaración se inició pasadas las 10.30 y concluyó sobre las 13.00. Miguel G. A. aseguró a la titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción sentirse arrepentido por lo sucedido.

La magistrada decretó prisión provisional sin fianza para los dos detenidos , a los que se les acusa de un delito contra la vida de las personas y otro de hurto o robo que aún está por precisar. El secreto se mantiene sobre las actuaciones del caso.

Según informaron en su momento fuentes cercanas al caso, José C. P., como solución a unos problemas económicos, supuestamente propuso a Miguel G. A. que acabara con la vida de sus dos hermanos mayores para convertirse en el principal beneficiario de la herencia paterna. La cantidad de dinero que pactaron fue de 48.000 euros.

Estas fuentes señalaron que José presuntamente proporcionó datos del lugar y la hora en la que sus dos hermanos se iban a encontrar solos en una finca de la zona de Villanueva del Trabuco conocida como Rajaestacas.

Los cuerpos de los fallecidos se encontraron sobre las 21.30 del domingo y presentaban heridas de arma de fuego en la cabeza. Fue el propio José quien alertó a las fuerzas de seguridad de la ausencia de sus hermanos.

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