Málaga

"El principal reto para los medios es enamorar a los jóvenes"

  • La catedrática considera que el periodismo está en transformación y salir de esta fase de forma victoriosa pasa por la autocrítica y la unidad para defender valores básicos de calidad

La catedrática Bella Palomo con el logotipo diseñado para la celebración del 25 aniversario del título de Periodismo en la UMA.

La catedrática Bella Palomo con el logotipo diseñado para la celebración del 25 aniversario del título de Periodismo en la UMA. / javier albiñana

Fue la primera alumna de la recién creada Facultad de Ciencias de la Comunicación que entró como profesora, solo dos años después de licenciarse y cuando le faltaban dos meses para cumplir los 24. Y, aunque asegura que aquello de pasar a ser docente de compañeros y colega de profesores fue una experiencia un tanto traumática, hoy puede contar dos décadas dedicada a la enseñanza de futuros profesionales del periodismo. Ha impartido una docena de asignaturas y su línea de investigación siempre ha girado en torno a las nuevas tecnologías. Desde 2016 es directora del Departamento de Periodismo, entidad que el próximo miércoles celebra su 25 aniversario.

-¿Cómo ha cambiado la docencia en estos veinte años?

-Son asignaturas muy complejas y dinámicas, cambian cada año, hay tecnologías que surgen, otras que desaparecen y nos debemos de adaptar a ese entorno, hay que estar muy en contacto con la profesión para saber cómo están afectando esas tecnologías a las rutinas periodísticas y poder transmitir cuánto de útil pueda resultar su conocimiento a las nuevas generaciones.

-¿Cree que el alumnado de hoy sale bien preparado para enfrentarse al mundo laboral?

-Al margen de que uno de nuestros desafíos a corto y medio plazo sea una revisión del plan de estudios, que fue creado hace una década y merece una actualización, evidentemente la formación de los estudiantes de hoy no tiene nada que ver a la que se recibía hace 20 años, que era mucho más teórica. Desde el punto de vista del material y las infraestructuras, somos punteros a nivel nacional. Hay otras facultades que nos envidian porque tenemos no sólo una cantidad suficiente sino también de una calidad adecuada. Eso sí, el reto es poder combinar esos conocimientos con la actitud adecuada.

--Usted opina que la actitud es fundamental para el éxito…

-El estudiantes debe de ser consciente de que las ofertas laborales no van a llamar a su puerta. Existe un periodo natural de sacrificio, de demostrar la valía, para conseguir un contrato. Sobre todo en el momento actual, con este boom de facultades. Ahora hay más de 40 y cuando nació esta facultad éramos siete, por tanto la competencia es mayor. Sí que nos preocupa que en este contexto, después de una crisis tan aguda, se ha creado cierta desafección del alumnado. Llegan a preguntarse para qué esforzarse si fuera no les espera nada. Desde el Departamento el profesorado intenta trabajar mucho la motivación, estamos convencidos de que el éxito profesional depende de la actitud. La formación es muy importante pero actualmente cualquier ciudadano tiene que estar preparado para un aprendizaje permanente de por vida. Esa mentalidad funcionarial que es tan tradicional en nuestro país es algo que hay que relegar al pasado, actualmente nadie tiene asegurado nada. Incluso actividades realizadas por funcionarios, como puede ser en la propia universidad, exigen de esa renovación de conocimiento y una adaptación constante.

-¿Qué opina del sistema de prácticas, los que acaban son eternos becarios?

-El sistema se ha pervertido un poco. El estudiante necesita esa experiencia y, a veces, también sirve para engancharse a la profesión si existe vocación. El ser periodista es un estilo de vida y probablemente con esto le haces un favor a la empresa periodística. Pero es verdad que tienes que estar dispuesto a demostrar tu valía y a sacrificarte, no tanto por la empresa sino por la responsabilidad social, cuando se es consciente de que el trabajo es necesario para el resto de la ciudadanía, como por ejemplo, en el momento actual. Ahora que hay tantas fracturas, el periodismo es esencial para poder entender todas estas desconexiones que existen.

-¿Cree que el periodismo está herido de muerte?

-No creo que esté herido, creo que está en un periodo de transición pero que la clave para salir con salud de él pasa fundamentalmente por dos aspectos. Uno sería la autocrítica constante, que es algo que habitualmente no realizan los medios de comunicación. Autoevaluarse, mejorar la planificación, dar enfoques más multimedia, etcétera. Esto es necesario porque solo la calidad es la que puede salvar al periodismo. El otro punto es la unidad. El periodismo tiene que estar más unido que nunca en defender unos valores básicos, inquebrantables, que son sus señas de identidad. Solo la unidad va a evitar el intrusismo, que comunicaciones alternativas puedan tener tanto eco en la sociedad como ahora. Si todos los medios de comunicación se unen en unos mínimos, que se garanticen los plazos necesarios para que el contenido sea de calidad, para que exista verificación y contraste de fuentes, tiempo para crear contenidos más profundos yo creo que esa unidad en torno a estas líneas son las que pueden beneficiar a este futuro del periodismo.

-¿La sociedad va a los medios de comunicación o un tuit le basta para sentirse informado?

-Muchos lo consideran suficiente. El principal reto para los medios es enamorar a los jóvenes. Tienen que incrementar su atractivo porque la clave está ahí, son la nueva generación de consumidores. El público joven dice en las encuestas que no consumen medios porque no se sienten representados. Les resulta más cómodo ir directamente a las recomendaciones que les llegan de sus amigos por Facebook. La alfabetización mediática es la llave para la revitalización y el rejuvenecimiento del consumo mediático. Y que esa aproximación se realice desde la escuela y en los institutos es básico.

-¿La gente sabe distinguir una noticia falsa, sabe ir a la fuente autorizada?

-No, la gente no sabe identificar las noticias falsas. De hecho whatsapp ha fomentado mucho la circulación de fake news. Resulta mucho más cómodo darlas por correctas porque quien te lo remite es una fuente fiable para ti, pero no vas al origen. Whatsapp es una herramienta de comunicación inmediata maravillosa pero está haciendo muchísimo daño a la credibilidad y a la información profesional, incluso también al conocimiento general de la sociedad. Se transmiten contenidos de alarma social que no son ciertos, que generan inseguridad y temor. La sociedad no está preparada para protegerse de este tipo de contenidos que circulan por los móviles.

-¿Hace falta mayor formación?

-Sí, sin duda. Falta formación y, además, estamos enrolados en una sociedad hiperactiva que nos hace llegar imputs constantemente, notificaciones al minuto. Eso genera una dependencia absoluta al móvil y no poderle dedicar el tiempo necesario a solucionar problemas que se plantean por esta vía. Qué se hace, lo más fácil, darle a un 'me gusta' o un 'retuit'. Pero el proceso analítico no se está haciendo.

-El periódico en papel continúa vivo después de llevar anunciando su muerte décadas. ¿Por qué?

-El periódico es verdad que se vende poco pero tiene autoridad y todavía es el gran referente. La seriedad que se le atribuye al papel pocos medios solo digitales la han logrado. Hay otra cuestión fundamental, el papel queda y los bits desaparecen y los anunciantes, sobre todo los institucionales, avalan todavía que eso quede registrado. Ha habido un cambio radical, no tiene nada que ver cómo era la prensa en papel hace 25 años y en lo que se ha convertido en la actualidad, es muy residual. Se han concentrado las plantas de impresión, las tiradas son menores y ha habido un reajuste del sistema. Pero de ahí a la desaparición total, lo dudo. Eso sí, hay que seguir reinventándose para continuar siendo necesarios. El periodismo de hace 25 años no es el mismo que funciona hoy, la sociedad ha cambiado y hay que ir adaptándose a las nuevas demandas.

-¿Cuáles son los retos?

-La pluralidad mediática es fundamental para la democracia, deben de existir muchos medios de comunicación y la forma de fortalecerlos es invertir en las generaciones futuras, en llevarles el papel al aula. Si queremos rescatar esa lectura pausada y profunda de un medio de comunicación, que se ha perdido a favor de la superficialidad actual donde el ciudadano piensa que por leer un tuit ya está informado, es fundamental construir hábitos de lectura y eso hay que hacerlo desde pequeños. La unidad de los medios para la supervivencia del periodismo es fundamental también.

-Ha sido noticia que una mujer dirija El País por ser la primera. ¿Por qué las mujeres no llegan a puestos de responsabilidad?

-La tendencia, en la sociedad en general, es a que seamos bastante conservadores y da igual el partido al que se vote. De entrada la gente se resiste a los cambios y si durante tanto tiempo la costumbre ha sido que los grandes empresarios y grandes directores fueran hombres, simplemente por inercia se ha seguido trabajando en esa línea.

-Habrá que ir rompiendo estos moldes…

-Claro. Que por primera vez en la historia haya más ministras es un hito. Si, a pesar de que no se han contado con los plazos habituales de un periodo de elecciones y que ha sido una situación precipitada, vemos que el nuevo Gobierno viene ya dotado de un respaldo femenino importante yo creo que como mínimo vamos a avanzar positivamente en materia de mujer. Lo conseguido el 8 de marzo fue un paso fundamental y nos debe satisfacer que meses después ese espíritu siga vivo haciendo cosas muy relevantes.

-¿En la igualdad resta mucho por hacer?

-En este tema, como en muchos otros, hay que volver al origen, a la educación como pilar fundamental para construir una sociedad de calidad. El respeto a la igualdad de género es algo que se tiene que inculcar desde pequeños. En el caso del género es mucho más fácil aprender que desaprender. Ciertas actitudes asimiladas, que casi forman parte de tu ADN, que te digan que tiene que ser de forma distinta es complejo para todos, incluidas las mujeres

-¿Qué momento vive la Universidad de Málaga?

-El momento de crisis que vivimos hace unos años donde hubo extinción de contratos de profesores asociados está superado, hay un periodo de estabilidad, de promoción del profesorado y creo que es una etapa positiva.

-¿Y cómo ve la evolución de la ciudad?

-Yo creo siempre que hay que ser constructivos. Somos unos privilegiados por vivir en Málaga, eso se aprende con la madurez. Para mí siempre ha sido una ciudad muy cómoda, fácilmente habitable y paseable. Aunque es verdad que esto está cambiando, hay cada vez más turismo y comienzo a sentirme extraña en mi propia ciudad.

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