Málaga

Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible

Cuando hay toros, no hay toreros. Ni apenas público, que no superó la media entrada. La corrida de Fuente Ymbro salió noble y con clase, unas virtudes que los diestros no supieron ver o potenciarlas. En este caso, como diría el genial diestro Rafael Guerra Guerrita: "Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible".

En el primero de la tarde Paco Ureña intentó recibir al toro por verónicas, aunque sin lograrlo. Con la muleta logró encadenar tres tandas con la derecha, así como otras tantas con la izquierda, aunque sin llegar a tener la largura y el eco que las del pitón derecho. Tras varias manoletinas, entró a matar, dejando una estocada entera que le sirvió para abrir el marcador. Cortó la primera y única oreja de la tarde.

Paco Ureña cortó la única oreja, tras una faena en la que destacó su toreo con la derecha

Javier Jiménez recibió al primero de su lote con buenas verónicas a las que siguieron chicuelinas y revoleras. Durante el tercio de varas, el toro se arrancó de largo y derribó al caballo, que aún no estaba colocado. En la siguiente entrada el picador aguantó. José Garrido aprovechó su turno de quites para llevar a cabo chicuelinas y una media, probablemente una de las mejores cosas que se vieron del extremeño durante la tarde de ayer. Asimismo, el tercio de banderillas fue correcto y ordenado, aunque algunos de los pares quedaron traseros. Tras brindar al público, Jiménez comenzó la faena a pies juntos y por alto. Al igual que Ureña, los mejores momentos llegaron con la mano derecha, mientras que con la izquierda se vio obligado a perderle pasos tras cada muletazo. La falta de emoción junto al constante toreo con el pico de la muleta hicieron que la faena resultase pesada. Con los aceros, en la misma línea. Cuatro pinchazos y un descabello. Afortunadamente no se repitieron los tres avisos del pasado año, y tan solo se quedó en uno. Tras su muerte, el diestro saludó desde el tercio.

Con el tercero no se terminó de estirar Garrido con el capote, quien no logró lucimiento. Acto seguido, en el caballo, Óscar Bernal propició un buen puyazo en la segunda entrada del toro. Además, con los palos se mostró eficaz Antonio Gutiérrez, quien se tuvo que desmonterar. Manirroto le transmitió su sosería a Garrido, cuya colocación impidió que la faena cogiese mayores vuelos. O sencillamente algo de interés, del cual carecía.

José Garrido se empeñó en matar recibiendo, momento en el que sonó el primero de los dos avisos. Finalmente optó por un volapié en el que dejó un feo bajonazo. Aplausos para el toro en el arrastres y silencio para el matador.

En el segundo de su lote, Ureña quedó inédito con el capote. Unos primeros compases de la lidia en la que destacó el picador Pedro Iturralde, quien protagonizó un gran puyazo, tanto por su colocación como por ejecución. Para el comienzo de faena Ureña citó al toro desde los medios, iniciando así la primera de varias tandas de derechazos. A pesar de las expectativas, el toro pronto se apagó. Tras la estocada caída, el público pidió una oreja, que se quedó en vuelta al ruedo.

En el quinto Jiménez volvió a estar por debajo de las condiciones del noble toro que no supo aprovechar. Con la derecha mejor que con la izquierda, aunque con ambas manos y pitones volvió a abusar de las recurrentes "trampas". El pico. Su estocada tendida y levemente caída valió para poner fin a Insólito. Tras esto, el diestro saludó desde el tercio. Un reconocimiento que quiso aumentar autoregalándose una vuelta al ruedo que finalmente no dio.

En el último Garrido se mostró muy variado en el toreo de capa. Dos afarolados, verónicas y una aseada serpentina. El tercio de varas pasó sin pena ni gloria. El de banderillas, aún peor. Con la muleta volvió a evidenciar que, aunque se llevó el peor lote, el diestro no estuvo lo acertado que debería para un compromiso de esta importancia. Estocada entera y caída y silencio para el extremeño.

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