Málaga

Una rehabilitación maldita

  • Vecinos de Dos Hermanas se manifiestan para exigir que se termine la obra

Desesperados, indignados y cabreados. Todos los adjetivos son pocos para expresar el malestar de los vecinos de Dos Hermanas por la eterna rehabilitación de la barriada. La obra acometida por la Junta de Andalucía en esta zona de la capital debería haberse acabado en 2006 y sin embargo todavía no está terminada. "Aquí hay bloques cobrados [por las adjudicatarias] que no se han hecho siquiera", aseguraba un trabajador de una subcontrata. Ayer un centenar de vecinos -provistos de pancartas y bocinas- recorrió a pie la distancia que hay entre este barrio de la Carretera de Cádiz y la Delegación de Vivienda para exigir que se acabe de una vez esta rehabilitación maldita, por la que ya han desfilado media decena de empresas sin que ninguna la haya finalizado. "Se están cachondeando de nosotros", protestó el presidente de la asociación de vecinos, Adolfo Cervantes.

Unos residentes de esta barriada humilde formada por unas mil familias denuncian que las obras sucesivamente se han empezado y luego se han dejado a medias con la consiguiente suciedad y riesgo de caídas. Otros, que la rehabilitación es una auténtica chapuza. En algunas viviendas, los albañiles han comido espacio a las cocinas de modo que ahora los vecinos no pueden colocar los muebles. A algunos, con la obra les han roto tendederos o ventanas y ahora no se las reparan. Los bajantes nuevos se atoran y apestan por lo que han tenido que ponerle unas tomas de aire hacia arriba para alejar el mal olor.

Según el parlamentario andaluz del PP Francisco Oblaré, que ayer acudió para apoyar la manifestación, los habitantes de la barriada han presentado medio millar de reclamaciones. "Esto es un despropósito. La Junta ha abandonado a su suerte a los vecinos", sostuvo. Hay porteros sin colocar, escaleras inconclusas, desagües inacabados... El concejal de Carretera de Cádiz, Julio Andrade (PP), denunció que algunos contadores se han puesto a ras de suelo, con el peligro que entraña esa ubicación, máxime si se tiene en cuenta que la barriada se anegó hace poco más de un mes. Debido a que las obras se enquistan, hay bloques en los que los cables están por medio y los vecinos han tenido que atarlos y levantarlos con cuerdas para que no estén al alcance de los niños.

El Ayuntamiento ha tramitado varias multas contra las adjudicatarias por romper aceras, tapar alcorques con hormigón, tirar escombros a los contenedores o arrojarlos en plena calzada. Algunos trabajadores también las han denunciado por impago. La protesta de ayer también pretendía reclamar que se complete la rehabilitación de las viviendas unifamiliares de la barriada, que suman unas 120. Según los vecinos, sólo se ha arreglado una docena. Según Andrade, únicamente se ha rehabilitado una que es de un familiar del encargado de la adjudicataria.

El proyecto de rehabilitación prevé una inversión de 10,96 millones, de los cuales 7,73 corresponden a arreglos de zonas comunes y 3,23 a la reparación de fachadas y cubiertas. El gasto medio por vivienda ha sido superior a 12.000 euros.

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