El campo malagueño está sufriendo uno de los otoños más secos de los últimos años. Los agricultores calculan que los daños van a ser significativos en algunos cultivos, como el olivar, y que la falta de lluvias y la consiguiente mala situación de los pantanos está afectando a casi todos los sectores. Por eso no se explican que la Junta de Andalucía no haya convocado aún a todo el sector para hablar de medidas de urgencia, a pesar de que desde la Delegación del Gobierno en Málaga se aseguró que dicha reunión no se alargaría más allá de este mes de octubre.

Las últimas precipitaciones, con hasta 100 litros por metro cuadrado en dos días en la zona del Genal y en prácticamente toda la provincia, refrescaron los cultivos, pero los agricultores empiezan a cuantificar las pérdidas. Según el presidente de la Unión de Pequeños Agricultores, Francisco Moscoso, sólo en el olivar se acercan a los 38 millones porque no se podrá recoger la cosecha del año. A ello se suman daños de medio millón en el viñedo o más de tres millones en la almendra o el cereal. En total, la UPA calcula unas pérdidas de 43 millones en la provincia.

Esta asociación va a plantear hasta 15 medidas en su próxima reunión con la Junta, entre ellas que se rebaje la tarifa eléctrica para que los agricultores puedan regar por la noche los campos. En este mismo sentido, el secretario provincial de COAG Málaga, Antonio Rodríguez, aseguró que su colectivo pedirá "con urgencia" el encuentro con la Junta y que se arbitren líneas de ayudas. "A estas alturas hay que poner financiación, porque las pérdidas son graves en el olivar, el cereal y la ganadería. Como medidas a medio y largo plazo, Rodríguez apuesta por una mejor organización de los regadíos, un "planteamiento serio", que evite la necesidad de revisar las medidas año a año. También plantearán en la próxima reunión que se aborde la mejora de las infraestructuras dedicadas al riego.

Desde el colectivo de regantes, el secretario de Aprema, Juan Antonio Aguilar, se queja de las limitaciones de riego que se están aplicando en la provincia, y exigen que los sectores responsables del aumento del consumo, como los del sector turístico, se impliquen en nuevas infraestructuras. Aguilar recordó ayer que el agua procedente de los pantanos se cortó para el regadío el pasado 9 de este mes y que los agricultores están buscando reservas en pozos y con instalaciones propias. La situación afecta según Aguilar a 7.800 familias que viven de los cultivos del Guadalhorce

Las escasas precipitaciones de los últimos meses no han servido para mejorar la situación de los pantanos. Los siete que abastecen a la provincia almacenan en este momento poco más de 208 hectómetros cúbicos, lo que supone un 33,7% de su capacidad. La situación ha empeorado en la última semana y respecto al último año, cuando por estas fechas, el agua embalsada rozaba los 240 hectómetros cúbicos.