Lleva más de una década de retraso y aún le quedan algunos años más para ser una realidad, pero al menos ya parece que hay un acuerdo definitivo entre la Junta de Andalucía y los municipios de Málaga, Cártama, Alhaurín de la Torre y Alhaurín el Grande para llevar a cabo el proyecto en la misma ubicación donde se planteó en 2012. Eso sí, en el mejor de los casos, la que será la tercera estación depuradora de aguas residuales de la capital, y que atenderá a varias poblaciones metropolitanas para evitar que se siga vertiendo directamente al río Guadalhorce, no entrará en funcionamiento hasta el año 2021.

Se trata de una buena noticia, aunque resulta paradójico que el proyecto haya estado paralizado varios años para volver al punto de partida. Y es que pese a los problemas de inundabilidad que el Gobierno andaluz argumentó para no ejecutar la obra en la parcela reservada en Málaga capital, ahora parece que sí es factible salvar este escollo llevando a cabo una serie de medidas correctoras por valor de 500.000 euros después de varios años perdidos. De hecho, la razón que los responsables de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio esgrimen es que al tratarse de una infraestructura planificada previamente a la entrada en vigor de la Ley de Agua podrá salvar el escollo que impedía construir la depuradora allí.

En la reunión mantenida ayer entre todas las partes, la Junta informó de que antes de que termine el año se va a encargar la redacción del anteproyecto y que conjuntamente se hará el trámite ambiental con la idea de tener listo el proyecto en 2018. La licitación y la adjudicación podría llevarse a cabo a finales del año que viene y, al menos, habrá que esperar otros tres más para su construcción.

Costará unos 74 millones de euros con cargo al canon autonómico de depuración que cobran las empresas de agua desde 2011, de los que 43 millones irían destinados a la construcción en sí de la planta y otros 6,7 a los colectores que traerán las aguas residuales desde los municipios que incluirá. Además, tendrá una capacidad de 70.000 metros cúbicos y evitará que algunos de estos municipios, como Cártama y Alhaurín el Grande, sigan vertiendo directamente al río Guadalhorce como ocurre hasta ahora al no contar con depuradora.

La directora general de Infraestructuras y Explotación del Agua, Inmaculada Cuenca, señaló que se trata de "una actuación compleja", aunque destacó la importancia del consenso alcanzado entre todas las administraciones para su desarrollo y ejecución.

Este consenso llega tras un cúmulo de sin sentidos por parte de la propia Junta de Andalucía. Primero no había dinero para hacerla, cuando hubo disponibilidad presupuestaria hubo desencuentros sobre sus dimensiones, solucionado esa cuestión surgió un obstáculo que parecía insalvable respecto a la ubicación prevista inicialmente, se encargó entonces un estudio de alternativas de hasta cinco que fueron rechazadas por los municipios afectados y al final la opción acordada es la idea original. Es decir, la parcela de alrededor de 40 hectáreas entre el aeropuerto malagueño y el límite con el municipio de Alhaurín de la Torre que el Ayuntamiento de Málaga tiene reservada desde 2012 en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para construir esta nueva depuradora y que está afectada por la huella de inundabilidad del río Guadalhorce.

El siguiente paso será la expropiación de los terrenos, situados al norte del aeropuerto, y que supondrá casi 1,2 millones de euros.