Málaga

Los trabajadores fallecidos en el tajo se duplican con respecto a 2007

  • En 2008 ha habido ya siete accidentes mortales, frente a los cuatro registrados en el mismo período del año pasado

La sangre de los trabajadores sigue derramándose en Málaga. Siete personas han perdido la vida en lo que llevamos de año cuando se encontraban desempeñando sus tareas en el tajo; cifra que contrasta de lleno con las cuatro muertes registradas en el mismo periodo de 2007, según la información aportada por los sindicatos. La comparación pone de relieve un aumento de la siniestralidad en la provincia de un 75% en los primeros meses y pone en evidencia la escasa eficacia de las acciones impulsadas en pos de poner coto a un fenómeno que ha acabado por convertirse en una lacra social. En 2007, el número de fallecidos fue de 14.

Cientos de personas, entre ellos representantes de Comisiones Obreras y UGT, de la Junta de Andalucía y, por primera vez, de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), se concentraron ayer en protesta por el último de los siniestros, ocurrido en Antequera el pasado viernes. Este episodio tuvo como protagonista a un obrero, de 58 años, que perdió la vida cuando estaba echando una cadena de hormigón en un muro de piedra de 4,5 metros de altura.

Este accidente sigue la senda de los contabilizados en este ejercicio y ha provocado una nueva denuncia por parte de CCOO ante la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social para que se compruebe si el obrero tenía o no formación en materia de prevención laboral. Pero antes que él perdieron la vida otras seis personas.

El primero de los siniestros mortales se produjo el 10 de enero, en la comarca de la Axarquía, cuando un hombre de 50 años murió al volcar el camión en el que circulaba y realizaba el transporte de un movimiento de tierra. Tras éste, el 22 de febrero, otro obrero, de 30 años, falleció en Estepona al ser golpeado por la pala de una máquina, y en marzo se registraron cuatro defunciones más. "En lo que llevamos de año se han producido siete muertes, hechos inadmisibles e intolerables", denunció el secretario de Salud Laboral de CCOO, Alfonso Galisteo, quien admitió tener conocimiento de "más accidentes" en esta primera parte del año, aunque precisó que se está a la espera de "la información oficial".

En este contexto, instó a los empresarios y a la Administración a que se "tomen en serio" la prevención y a que cumplan con sus obligaciones. Así, el responsable sindical, recordó que los sindicatos están a la espera de la convocatoria de los empresarios para celebrar una reunión y trasladar acciones para erradicar los accidentes.

El secretario general de UGT, Manuel Ferrer, hizo hincapié en la necesidad de que todas las organizaciones implicadas trabajen juntas para "acabar con la alta tasa de siniestralidad laboral que existe en la provincia". "Es un día importante para todos nosotros porque todas las partes estamos mostrando nuestra indignación y solidaridad con el trabajador fallecido", señaló. Ferrer apuntó que la empresa en la que trabajaba el obrero muerto en Antequera no tenía representación sindical y dijo que en esos casos "los accidentes se multiplican por mil".

Pero la principal novedad en la concentración de ayer la puso la presencia del secretario general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara. El representante de la patronal justificó su asistencia en la preocupación que supone para su organización "la desgraciada situación que se vive en la provincia con la siniestralidad laboral". "Nadie podía sospechar que desde enero se iban a producir tantos accidentes, algunos por presunta responsabilidad de la empresa y otros por un presunto despiste de los trabajadores, pero es evidente que todos somos responsables y tenemos que buscar formulas de solución y no entrar en la dialéctica del reproche", sentenció.

En este sentido, González de Lara abogó por impulsar herramientas que permitan mejorar la formación y la prevención de los trabajadores. Una iniciativa que, según explicó, se ha visto ralentizada en los últimos meses por las elecciones generales y autonómicas y por la incógnita que pesa sobre la identidad del próximo consejero de Empleo de la Junta y el próximo delegado provincial.

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